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En Estados Unidos son célebres los cuerpos de élite de su ejército. Desde los Marines a los Boinas Verdes, sus integrantes tienen un nexo común identificador: el que comete un error que perjudica al grupo queda excluido. Sólo los mejores sobreviven a las pruebas de inclusión. La palabra excusa no existe. La situación tan preocupante por la que atraviesa el Madrid tiene varios puntos de intersección con lo expuesto y sólo encuentro un punto de luz. La solución está en sus cuerpos de élite, en su Delta Force, en esos hombres sobradamente preparados (teóricamente), lo que les permitió en su día entrar en el organigrama del club más grande de la historia. Pero algunos no son conscientes de la responsabilidad que conlleva defender ese escudo. De hecho, más de uno se ha burlado del Libro Azul.

El Centenario, Florentino, Valdano, Del Bosque están en sus manos. Hierro debe ejercer de capitán de una vez, hacer autocrítica como demostraron en su día Di Stéfano o Pirri, inyectar sangre en el ojo de gente descastada como la que se arrastró mayoritariamente en el Insular y que, como Fuenteovejuna, se pongan todos a una. Estos mismos ganaron la Liga hace cuatro meses y la Champions hace año y medio. ¿A qué esperan? Que saquen el orgullo, que dejen de buscar excusas mediáticas y respondan en el campo. Esto es el Madrid. La puerta está abierta para los indecisos.