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Ciclismo | Vuelta a España

Torrelavega no olvida a la Pulga

Aunque la ciudad ha enloquecido con la llegada de Freire, todos mantienen vivo el recuerdo de Vicente Trueba

Actualizado a

Torrelavega ha vivido dos días de fiesta con el paso de la Vuelta por sus calles y la presencia de su héroe, Óscar Freire, dentro del pelotón. No en vano, es la primera vez que el ex campeón del mundo en línea (Verona 99) llega a su ciudad natal vestido de ciclista profesional.

El trato y los homenajes que Freire ha recibido por parte de sus paisanos han resucitado el recuerdo de Vicente Trueba, el gran pionero del ciclismo cántabro.

"Él, Ezquerra y Cañardo engrandecieron este deporte en España", dice José Gándara (el "escalador de los récords", según Jesús Loroño). "Hoy en día no tendría ni para empezar", afirma Fermín Trueba, hermano y compañero de equipo de Vicente y mito viviente del ciclismo español a sus 89 años. Ambos se refieren a la Pulga de Torrelavega.

Vicente Trueba (1905-1980) fue el ciclista que inauguró la clasificación de la montaña en el Tour de Francia, en 1933. "Subía el Galibier como nadie, sólo Gino Bartali podía acercarse", recuerda Fermín, al que se le llena la boca relatando su rivalidad: "Me ganó un campeonato de España al sprint; aún me da rabia. Llegó a ser bueno incluso en el llano".

Gándara, que pese a tener 82 años aún conserva fuerzas para regentar una tienda de bicis en Torrelavega, no esconde quién fue su primer ídolo: "Un fuera de serie. Hablador, cariñoso. Cuando yo era chaval salíamos a entrenar a las cinco de la mañana y recorríamos 340 kilómetros".

Vicente Trueba poseía un metro y sesenta centímetros de fuerza descomunal, como demostró en sus cinco participaciones en el Tour de Francia. Un año, camino de los Alpes, se cayó. Le dolía una pierna hasta el punto de que apenas podía pedalear. Tenía que ir dando saltos encima del sillín y de ahí el apodo de la Pulga, cuenta su hermano: "Supongo que incluso en esas condiciones coronaría primero el puerto". ¿Qué fue de su vida? "Le gustaba la buena mesa y el buen vino", apunta Fermín. Hizo dinero y se marchó a Francia. Allí murió con 20 kilos de más y con el alma puesta en su Torrelavega natal, que le ha dedicado su pabellón municipal.