El equipo ONCE vive un conflicto interno

Joseba Beloki estaba muy decepcionado tras llegar ayer a la meta de Torrelavega. Han transcurrido siete etapas de la Vuelta 2001 y el ONCE-Eroski se ha quedado muy mermado y parece estar resignado a subsistir a merced del poderío del Kelme.

Beloki no aprovechó su mejor condición de contrarrelojista para recuperar tiempo a Óscar Sevilla, mientras Santiago Botero vuelve a contar para el triunfo. "No me duele la contrarreloj, pero sigo decepcionado por el error gravísimo que cometimos en la llegada de ayer", dijo refiriéndose al minuto que cogió Botero en la etapa del miércoles.

También sobre esa escapada postrera, Manolo Saiz (director de ONCE) lamentó que Mikel Zarrabeitia no hubiese estado "en su sitio" en el momento en que Zarra tiró de la fuga de Botero. Eso benefició al colombiano (rival directo de Beloki) que después remató la faena.

Dos preguntas quedan así en el aire. Si Zarrabeitia no tenía que colaborar en la escapada, ¿por qué no se le ordenó parar desde el coche del director? ¿Tal vez tenía más ansias la ONCE de ganar en casa de Saiz que de mantener las diferencias sobre Botero?

El Kelme ha vuelto a intercambiarse el maillot de líder y tiene controlada la carrera. "Era muy importante para nosotros salir de Torrelavega con el liderato. Ahora sólo queda esperar que los rivales fallen en los Pirineos", comentó Beloki al respecto. El vasco ya se ha quedado solo como jefe de filas de su equipo tras la dimisión de sus compañeros de terna, Olano e Igor González de Galdeano.

Todos coinciden en admitir que la ONCE corre a contrapié y además lo hace ante un gran Kelme, pero como dice Saiz, "la moneda aún está en el aire". Veremos si tiene razón.