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Si llega a nacer en Helsinki, tuviese los ojos azules y midiese 1,90, seguro que la crítica ¿especializada? le tendría más respeto. Pero Geremi Nijtap Fotso es chaparrete, su piel de ébano delata su condición africana (vino al mundo en el corazón de Camerún hace 22 años) y su cuerpo tosco y rudo afea sus indiscutibles cualidades como zaguero y como volante, preferentemente por la derecha. Del Bosque se negó a permitir su traspaso al Chelsea hace seis semanas. Tenía razones de peso para frenar una venta que hubiese dejado en caja 2.400 millones de pesetas...

Hace dos temporadas, Toshack explotó las virtudes de Geremi como marcador. El Toro de Batousam se merendó a Rivaldo en el doble duelo liguero de la temporada 1999-2000. Y lo hizo sin necesitar recurrir a la violencia o con faltas reiterativas. El brasileño sufrió dos marcajes por anticipación que todavía no ha olvidado. Geremi se permitió el lujo de correr en el Camp Nou más de 10 kilómetros, como demostró un estudio realizado por AS, y además apuró la línea de fondo en seis ocasiones.

D enilson puede ser hoy su nueva víctima. Geremi está fresco y Del Bosque va a tirar de su portentoso físico para dar oxígeno y presencia a esa banda derecha en la que sólo Figo cuida con arte del chiringuito. La hora de Geremi . Buen futbolista. No es broma.