-¿Está contento con el cambio que ha sufrido su vida desde el verano?
-La verdad es que sí. Juego en el Benfica, uno de los mejores equipos de Portugal, y las cosas están funcionando muy bien. Tengo continuidad y eso me permite estar con la selección.
-¿Espera estar en el Mundial de Corea y Japón?
-Claro. El primer objetivo era clasificarnos, y lo hemos cumplido. Yo tenía una cosa muy clara desde hace tiempo: quiero estar en el Mundial, por lo que estar en un club como el Barcelona sin jugar hubiera significado prácticamente renunciar a él.
-¿Por qué no cuajó?
-El primer año estuve bastante asombrado por todo. La sombra de Figo en la banda derecha era muy grande. El segundo año fue muy diferente. Con Serra Ferrer las cosas fueron a mejor, por lo que fui el jugador más utilizado, junto a Sergi. Tuve una lesión que me cortó de raíz la proyección que llevaba. Después, el cambio de entrenador me perjudicó, ya que Rexach nunca confió en mí.
-¿Está dolido con él?
-No. Además, lo entendí desde el primer día. Él tenía donde elegir y prefería a otros. La competencia en el vestuario del Barcelona es muy grande.
-¿Sigue al Barça?
-Evidentemente. Siempre seré del Barça. Hablo mucho con Rivaldo. Me explica lo que pasa allí dentro. Somos muy buenos amigos.
-¿Sabía del intento de plante que hizo Rivaldo antes de la pretemporada?
-Prefiero no hablar de esos temas.
-¿Y de lo que le pasa a Figo?
-Hizo un cambio muy difícil de entender para el aficionado del Barça. Vistiendo esa camiseta lo dio todo, y es comprensible que ahora la gente esté triste. Pero él es un profesional. Entiendo las dos posturas, porque además es mi compañero en la selección y mi amigo.