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BOXEO

Una muralla rusa contra Mike Tyson

En Estados Unidos ya han encontrado el tipo idóneo para que le plante cara al mismísimo Mike Tyson en la que sería la primera pelea del siglo, del XXI se entiende.

Una muralla rusa contra Mike Tyson
AP

Se trata de un auténtico gigante ruso, una montaña humana de 27 años y semidesconocido hasta ahora incluso para los aficionados: Nicolai Valuev, que de escolar jugaba de baloncesto en San Petersburgo, pero con poco éxito pese a su enorme físico, y que un buen día comprobó que sacaba más partido con los puños que bloqueando a los rivales con sus codos.

Por eso cambió las canastas por el ring, ahora está de gira por los Estados Unidos en su segunda experiencia en el continente americano. El sábado derrotó por K.O. en el primer asalto y a los dos minutos de combate a Linberger (32 años), un ex jugador de fútbol americano que actualmente trabaja como maestro es una escuela pública en Akron (Ohio) y que de vez en cuando se encuentra con un contrato para boxear.

20.000 millones. Don Elbaum, promotor de veladas y dicen que también corredor de apuestas, se frota las manos tras el triunfo de su nuevo patrocinado en el distinguido y exclusivo hotel Trump Taj Mahal de Nueva Jersey, donde declaró emocionado con su nueva joya que “un futuro combate entre Tyson y Valuev sería histórico, el primero de siempre que valga 100 millones de dólares (20.000 millones de pesetas)”. Y ahí espera estar él con su nuevo hallazgo venido del Este.

Nicolai Valuev es en este momento una especie de cheque millonario al portador si se le sabe dirigir en estos vericuetos del marketing. De momento, se trata del peso pesado conocido más alto de la historia del boxeo, de 2,16 metros y 145 kilos de peso. Una auténtica muralla de sólo 27 años de edad y un palmarés profesional de 29 combates, todos ellos ganados, y 23 antes del límite, desde que se pasó al profesionalismo en 1993.

Hasta ahora su nombre no concitaba la más mínima atención, aunque había peleado en varios fuera de su casa en Europa (Alemania, Inglaterra, República Checa), en Japón, en Australia, y sólo una vez en los Estados Unidos, hace cuatro años, pero la máquina creadora de estrellas ha comenzado a funcionar, y ya es una especie de montaña blanca venida de Rusia para acabar con los grandes mitos estadounidenses. A partir de esos presupuestos es posible que en los próximos meses su fama se multiplique por mil en los Estados Unidos.