Valero, Cullell, Coloma y el amor por los aros olímpicos
Bronce en Tokio, el granadino ha sacrificado toda la temporada para llegar a tope. Y el catalán viene de hacer dos top-10 en Copa del Mundo.
“Hemos perjudicado toda la temporada para apuntar al máximo a los Juegos”. David Valero (Baza, 35 años) es así de claro cuando se le pregunta sobre la cita en la Colina de Elancourt de este lunes (14:10 horas). Él, bronce inesperado en Tokio 2020, y su entrenador y patrón Carlos Coloma, bronce en Río 2016 también por sorpresa, tienen corazón olímpico. Y, a tenor de los resultados, saben afinar para el día D. Una cita en la que el británico Tom Pidcock defiende título antes de disputar también el fondo en carretera, el suizo Nino Schurter (diez veces campeón mundial y oro en Río) no está saciado a sus 38 años y los franceses Jordan Sarrou y Victor Koretzky morderán.
En Tokio, Coloma tiró de filosofía Luis Aragonés y motivó a su pupilo con el famoso vídeo del ‘Ganar, ganar y volver a ganar’. Tras ese éxito, llegó un 2022 brillante, con el subcampeonato mundial y el número uno UCI. Pero después, la cuesta ha ido hacia abajo. Es 30º en la Copa del Mundo, pero no se ve fuera de la lucha por los metales después de largas concentraciones en Sierra Nevada en altura. “La carrera es diferente a las habituales, porque sólo somos 36 y no se romperá tan pronto. Estuvimos dos veces antes reconociendo el recorrido y me gusta. Tienes zonas artificiales, de fuerza, y me beneficia”, explica. También estrenará un prototipo nuevo de BH adaptado a esas zonas tipo ‘bike park’.
“Todo el trabajo previo ha sido muy duro, con mucho entrenamiento extra en altura. Sólo cuenta esta carrera, este día y esta hora. Todo lo anterior ha sido un mero trámite”, refuerza Coloma. Valero tendrá, además, en el circuito el apoyo de su mujer, su hijo y la niña que está de camino. Motivación extra.
Pero quien llega por encima en el ranking (16º) es Jofre Cullell, compañero en BH Coloma Team, que con 25 años vive su segunda experiencia olímpica y puede ser el tapado. Viene de realizar dos top-10 en las dos últimas Copas del Mundo y se ha impregnado del enamoramiento olímpico de su jefe y de Valero, con quien ha estado concentrado en La Nucía (Alicante) antes de volar. “Este año, he dado un gran salto tanto en mi nivel de forma y en rendimiento, estoy delante y la experiencia de Tokio me va a servir porque saldré con menos nervios. La experiencia de David, además, me está ayudando mucho”, avisa. “Su potencial es bárbaro y se muere encima de la bici. Se ha creído que es una apuesta de medalla”, dice de él su jefe Coloma. Si continúa la tradición, él podría ser la tercera sorpresa.