Marcus Cooper: “No hay palabra que describa el poder ser abanderado”

Si se atiende al palmarés olímpico para definir quién debe ser el abanderado español en los Juegos Olímpicos de París, Marcus Cooper Walz (Oxford, 29 años) debería serlo junto con Maialen Chourraut. El piragüista, campeón en K1 1.000 en Río 2016 y plata con el K4 500 en Tokio 2020, afronta ahora unos Juegos de París en los que el reto se convierte en doble: además de ir al asalto del oro en el K4, en el que comparte embarcación con Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, también hará lo propio en el K2, previsiblemente con Germade. Marcus, que acaba de lanzar el Plan Cooper, el proyecto de su vida, charla con AS en París durante una visita exprés con motivo de su incorporación al programa ‘Talento a bordo’ de Iberia.

Pregunta: Se acerca París. ¿Cómo van los entrenamientos?

Respuesta: Ostras, los entrenamientos de este año están... El entrenador está con el cuchillo entre los dientes, pero es que nosotros también. Se nota una actitud en el equipo, en todos, espectacular. Eso dice mucho, porque yo creo que cuando nos colocamos en la línea de salida ya está el trabajo hecho, porque es debido al día a día de los entrenamientos. Ahí es donde verdaderamente se gana o se pierde. Y el día a día, nuestro entrenamiento, es inmejorable. Literalmente no sé cómo podríamos hacer las cosas mejor. Es verdad, hay que decirlo, que el año pasado, o la temporada pasada, no fue para tirar cohetes... De hecho, fue uno de nuestros peores resultados el séptimo en los Campeonatos del Mundo clasificatorios. Después, además, de venir del año anterior, 2022, en el que ganamos el Mundial. Entonces creo que eso nos ha venido bien, así somos los humanos a veces, que después de un mal resultado, que por cierto me recuerda a mi mal resultado de 2015, previo al oro de 2016, pues eso nos está haciendo este año hacer lo que estamos haciendo, que es sacarle punta y ser inmejorables en el día a día de entrenamiento.

Ya que lo menciona. ¿Qué pasó en esa prueba de Duisburgo en la que fueron séptimos?

Fue un error de cálculo, en general. Entre todos, tanto palistas, quizás entrenadores, todos los que estamos metidos en el pack como sanitarios, Federación... Quizás no le dimos la importancia al día de los entrenamientos y creo que llegamos, lo que se diría fácilmente, como relajados a los Campeonatos del Mundo. Y pues ahí fue el fallo, ¿no? También hay que decir que son pocas las veces que fallamos en cuanto a resultados. A veces ya también es cuestión de estadística, que después de muchas victorias hay una derrota.

¿El viento que les llegaba al estar en la primera calle influyó mucho?

Bueno, hay mil detalles que sí que influyen, pero eso no debería hacer que nosotros, con lo que valemos, con lo que vale nuestro K4, quedemos en séptimo lugar en unos Campeonatos del Mundo. Somos un K4 de no bajarnos del podio. Y no lo digo yo, lo dice nuestra experiencia. El año anterior quedamos campeones del mundo.

Y tras ello, ¿ha habido cambios?

Tras el mal resultado, el único cambio realmente, pero muy significativo, ha sido el de actitud. El de obsesionarnos por cuidar todos los detalles, vivir por y para mejorar nuestro rendimiento y con un hambre voraz, una ambición infinita.

Ahora tiene además un doble reto, porque también va a competir en K2. ¿Cómo lo afronta?

Cada uno dentro del K4 tenemos el objetivo común, el del K4, y no todos necesariamente vamos a doblar en París. Yo sí, lo tengo clarísimo, entreno por y para eso, si no lo tuviera claro no estaría aquí.

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¿Sabe con quién doblará en K2?

No, es incierto, aunque por la experiencia de esos últimos años tiene todo el sentido que sea con Rodrigo Germade. Rodrigo y yo estamos casi invictos a nivel internacional, somos un K2 que, realmente sin prepararlo nunca, siempre hemos estado ganando a nivel internacional, entonces es un K2 que va muy bien y es lo que me ha dado y me está dando la ilusión de querer doblar y también ir a por ese K2. No hay una gran dificultad por el hecho de doblar, o no en este caso, ya que ambas son una distancia de 500 metros. Somos compañeros que vamos juntos en el K4 y que ya llevamos años en ello, y simplemente es quizá un extra de mentalizarse de que vas a hacer dos pruebas y un extra de resistencia aeróbica de aguantar tantos días seguidos. Quizá también mental por la presión que puede llevar, aunque yo lo gestiono bastante bien.

Se jugaron la clasificación a París en una única prueba, y están en todas las quinielas de medallas españolas. ¿Cómo gestiona esa presión mental de la que habla?

Esa presión yo siempre la considero que va dentro del pack, para mí nunca ha sido una excusa de decir que una competición me ha ido mal debido a la presión, creo que esos valores mentales van dentro del deportista, dentro del día a día, dentro del entrenamiento y dentro de la competición. Pero es que, es más, creo que en nuestro K4 somos cuatro ya bastante experimentados y gestionamos muy bien esa presión. Por suerte o desgracia también hemos tenido momentos intensos, incluso entre nosotros, me refiero como Federación, como país y entre nosotros, de duelos, disputas, en los que estaban como esperando que falláramos. Entonces creo que estamos muy curtidos en ese aspecto y lo gestionamos muy bien. Y sabemos lo que hay, sabemos que vamos a llegar a París con toda la presión del mundo, pero es que es positivo, eso es buena señal y a mí personalmente me encanta la presión.

Pueden contribuir a que Saúl Craviotto sume una medalla más y desempate con David Cal.

Si Saúl consigue una medalla más, querrá decir que nosotros también, así que vamos a empujar a Saúl hacia adelante porque si él la consigue nosotros también. Esperamos que Saúl consiga la de oro. Además, sería algo histórico en el mundo del deporte en general, no solo en piragüismo, porque Saúl está empatado en número de medallas con David Cal, piragüista también. Aunque Saúl le supera en oros, pero es que si encima Saúl saca otra medalla, ya se va a coronar con seis, máximo español histórico.

Todo apunta a que sucederá precisamente a Saúl como abanderado español.

No he tenido confirmación directa, pero es que tampoco lo estoy preguntando, no insisto en ello, lo llevo con muchísima humildad. Sé que es una decisión que tiene que tomarse, que se toma en junio, eso sí que lo sé. Está claro que por resultados olímpicos sí que me corresponde a mí, sí o sí, entonces lo llevaría con muchísima ilusión. Uno de mis retos personales es que la bandera de España sea la que más alto ondee en la ceremonia de inauguración.

¿Piensa mucho en ese momento?

Lo visualizo a veces, pero intento enseguida cortarlo, porque repito que lo mantengo con humildad y, hasta que no me lo confirmen, no empezaré ya a creérmelo, a incrustármelo en el cerebro y a empezar a construirlo. Pero sí que intento imaginarme la sensación que sería portar la bandera de tu país, el que primero te ha dado todo y te ha hecho crecer de la manera que estás creciendo. Me han entrenado entrenadores españoles siempre, he comido comida de España, los sanitarios que me han empujado han sido siempre españoles... Yo les debo todos mis resultados a España y es que además lo siento con orgullo, entonces poder portar esa bandera con todo el resto de deportistas que compartimos esos valores y ese orgullo... No hay una palabra en la RAE que describa eso.

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Luce una gorra que dice Plan Cooper. ¿De qué trata su nuevo proyecto?

Plan Cooper es el proyecto de mis sueños. Siempre he sentido felicidad cuando veo que a mi alrededor la gente está feliz, sobre todo lo siento cuando sé que los estoy haciendo felices a través del deporte y la salud, que es lo que me ha dado todo y donde yo me siento cómodo, Entonces, desde hace años he intentado pensar en la manera de fomentar el deporte y la salud en la sociedad en general, cuanto más lejos llegando mejor, cuanto más fuerte el eco mejor. He creado Plan Cooper, que además lo bautizo con mi nombre porque voy a estar yo empujando para que funcione y manteniendo los valores y la exigencia que debe tener una plataforma así. Es una plataforma de optimización del rendimiento a través del deporte y la salud, en la que el cliente podrá obtener a un nutricionista, psicólogo o entrenador de máximo nivel que habré escogido yo y que me aseguraré que acompañará a esa persona a cumplir sus objetivos, sean directamente deportivos o sean de cualquier ámbito de la salud.

¿Cómo ha llegado a dar con Plan Cooper?

Sí que me ha dejado inspirar y asesorar durante mucho tiempo, pero es totalmente, digamos, hijo mío. Por completo. No pienso para nada en cuándo puede acabar el momento del piragüismo. No creo este proyecto como una salida para retirarme. Lo creo porque de verdad quiero que, cuanto antes, exista una plataforma de este nivel que sea tan integral y que oferte las tres ramas que han sido las que a mí me han hecho campeón olímpico. Pero sí que quiero que sea uno de los proyectos de mi vida, porque lo que hace es fomentar el deporte y la salud, que eso sí que es mi vida.

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