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PARÍS 2024 | PIRAGÜISMO

Adrián del Río, rumbo a París junto a Marcus Cooper: “Sentí más alivio que presión”

El piragüista llega a la cita olímpica tras el bronce mundial junto a Germade. En París, junto al abanderado Marcus Cooper, confía en “volver de los Juegos Olímpicos con medalla”.

@Adriesta22

“¿Esto realmente merece la pena?”, pensó Adrián del Río en 2020, cuando apenas tenía 17 años y llegó a dejar el equipo nacional junior. Sin embargo, su ilusión por este deporte resurgió tras la pandemia. Tanto es así que representará a España en los próximos Juegos de París, a sus 21 años, a pesar de que no estaba previsto que el joven madrileño acudiera a la cita olímpica.

El destino se la tenía preparada cuando una bacteria obligó a romper la pareja Rodrigo Germade - Marcus Cooper para el Mundial de K2-500 de piragüismo. Fue entonces cuando Miguel García, seleccionador nacional, echó un ojo en la cantera y allí le encontró. Con apenas 15 entrenamientos juntos y la presión sobre la espalda de ser el ‘sustituto’ de un doble medallista olímpico, Del Río se colgó el bronce mundial junto a Germade. De ahí, directo a París. “Necesitas muchos más entrenamientos para adaptarte a competir en equipo, yo iba sin experiencia y con mucha incertidumbre, no me esperaba obtener medalla”, explica el deportista a AS.

Los obstáculos para ser piragüista profesional

El piragüismo es el segundo deporte en el que España ha conseguido más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos. Así, los palistas de nuestro país son un seguro de vida para la delegación española en París en 2024. Sin embargo, para llegar a la élite en esta disciplina se necesita superar un camino lleno de piedras porque “solo se puede vivir de ello si eres top 5 del mundo y ni aún así te soluciona la vida”.

Adrián del Río comenzó a practicarlo impulsado por su primo y un amigo cuando tenía 9 años. Sus primeros pasos fueron cerca de casa, en el Club Escuela de Piragüismo de Aranjuez. Un equipo con el que fue quemando etapas a velocidad de vértigo, coleccionando varias medallas en las categorías de formación tanto a nivel nacional como internacional.

Aquí empezó a nacer su vena ganadora. “Llegué a un campeonato de España con 12 años tras lesionarme el codo, la pierna, el dedo, todo. De pequeño era muy propenso a las lesiones. Me acuerdo del momento exacto en el que vi a mis compañeros de equipo consiguiendo una medalla cuando yo no gané nada y dije ’yo también quiero eso, voy a entrenar duro e intentar ser la mejor versión de mi mismo’”, recuerda.

El Covid-19 le “ayudó” a no rendirse

En edad junior llegó a la órbita del equipo nacional, entrenando con el equipo Sub- 23 en Sevilla. Pero en 2020, cansado de “no obtener resultados” pensó: “Esto realmente merece la pena? Al final hay muchas personas que entrenan a muerte y se quedan al filo, al borde de llegar a la élite, muchos se quedan en el camino y es muy duro”.

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Sin embargo, el confinamiento hizo un ‘click’ en su cabeza. “Comencé a salir de nuevo para entrenar, me volví a motivar. Justo había dejado el equipo nacional junior, lo bueno es que no hubo competiciones durante la pandemia y pude volver sin perderme nada importante. De nos ser por el confinamiento, probablemente lo hubiese dejado”, asegura el piragüista.

La pareja creada sobre la marcha que se colgó el bronce

De casualidad y con apenas 15 entrenamientos juntos se tuvieron que enfrentar Germade y Del Río al Mundial en 2023. “Él tenía más esperanzas de poder conseguir medalla”, reconoce. “Yo iba sin experiencia, sabíamos que estaríamos entre los seis o siete primeros y que algo malo tenía que pasar para no conseguir plaza olímpica, pero tenía la incertidumbre de no saber qué iba a pasar”. Y lo que pasó fue que se coronaron, la pareja en el top 3 mundial y Del Río como la futura esperanza del piragüismo español.

“Lo peor de este deporte es que puedes estar ahí, en la puerta, una y otra vez sin llegar a entrar en la élite porque está muy limitado el tema de las plazas. Entonces, hay veces que simplemente tienes que estar ahí por si algo falla y no sabes cuando va a pasar, ni siquiera si va a pasar”, cuenta el deportista. Y pasó. De hecho, sucedió más pronto que tarde, cuando Miguel García, el seleccionador nacional vio en Del Río las aptitudes necesarias para ser el relevo generacional en el equipo nacional de piragüismo, que en la actualidad acumula ocho medallas olímpicas. ¿Si sintió presión al darle esta responsabilidad inesperada? Más bien “alivio”.

Cuando supe que iría al Mundial junto a Germade sentí más alivio que presión

Adrián del Río, piragüista español

“Me hizo muchísima ilusión. Además, venía de una Copa del Mundo y lo había hecho bastante bien. Entonces, en el momento en el que me llamó el director técnico y me dijo: ‘Oye, Adrián, creo que quieren contar contigo también para el proyecto de K2-500, pues la verdad que fue una sensación de alivio. Todo depende de cómo te lo tomes, cuando compites en alto nivel hay que enfocar toda la presión de la manera más positiva posible y cuando cuentan contigo en el deporte profesional es porque tú has demostrado algo”. Y entonces, comenzó la carrera contrarreloj con su nuevo compañero: “Fueron muy pocos entrenamientos juntos, pero todo lo que me transmitía era seguridad, sentía que yo iba a rendir bien”.

La presión de competir con los mejores del mundo

Junto a Marcus Cooper, Adrián del Río competirá en los Juegos Olímpicos de París en la prueba del K2 - 500 masculino. Pese a ser uno de los benjamines de la delegación española, Del Río afirma que su relación con el resto del equipo es magnífica, “a pesar de las diferencias de edad y que los gustos a veces pueden ser distintos”. Él mismo reconoce, entre risas, que Craviotto, cinco veces medallista olímpico tiene “la edad de su padre”, pero que tienen una gran relación y “es todo un privilegio poder competir con ellos. Intento escucharlos y ver todo lo que hacen para poder jugar al mismo nivel”.

Adrián del Río (izda.) y Rodrigo Germade (dcha.), bronce en K2 500.
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Adrián del Río (izda.) y Rodrigo Germade (dcha.), bronce en K2 500.

Además, el abanderado de los próximos Juegos será su compañero y amigo Marcus Cooper. “Todos estamos muy orgullosos. Ya es el segundo abanderado en piragüismo después de Saúl. Es una alegría que nos represente alguien como él, que tiene un palmarés increíble y que además ganó el oro olímpico con 21 años”. Un espejo en el que ahora se mira rumbo a los Juegos. “Ojalá poder seguir sus pasos, claro”, reconoce el piragüista.

Aún no está nervioso para París. “Tengo muchas ganas, confío en volver con medalla”, asegura. De estos y de los próximos Juegos: “Espero, por supuesto, estar en Los Ángeles, tenemos el nivel y quiero tener una carrera larga”.

Confío en volver con medalla de París

Adrián del Río, piragüista español

Estudiante de psicología, si hay algo que ha aprendido de sus compañeros es a tener un ‘plan b’ fuera del deporte. En este sentido, Del Río no solo tiene en su lista de sueños lo de ser campeón olímpico: “Quiero sacarme una oposición de bombero, y me gustaría invertir en la psicología . Siempre he tenido en mente crear una clínica a la que puedan acudir las personas que no tienen la posibilidad de acceder al psicólogo, para que todo el mundo pueda tratar su salud mental”.

Con la misma juventud que ilusión, Adrián del Río afronta sus primeros Juegos como una oportunidad de dejar su primera gran huella en el mundo del piragüismo. Un deportista ajeno a las especulaciones sobre su potencial y con los pies en la tierra, por mucho que se le intente comparar con sus compañeros. Un alumno a la altura de las estrellas, de las que aprende cada día, les pide “consejos” y sueña con seguir sus pasos. La siguiente zancada de su camino es la de los Juegos de París.

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