La historia del esquiador que preparó los Juegos en asfalto
El colombiano Carlos Andrés Quintana debutó este martes en unos Juegos Olímpicos a los 36 años, en esquí de fondo, cumpliendo así el sueño de toda una vida.
Las lágrimas de Carlos Andrés Quintana durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín eran las lágrimas de una persona que ve cumplido el sueño de su vida. El abanderado colombiano debutó este martes en la prueba de esprint en estilo libre (esquí de fondo), donde quedó último, a casi un minuto y medio del líder en un recorrido de apenas 1.500 metros. Pero el resultado es lo de menos para Quintana, que a sus 36 años por fin está pudiendo disfrutar de la experiencia que más deseaba.
Desde bien pequeño, el colombiano soñaba con ser deportista profesional. Empezó con el patinaje de velocidad, pero se pasó al triatlón, deporte que ha practicado durante gran parte de su vida, aunque nunca llegó a la élite. Quintana aspiraba a participar en unos Juegos Olímpicos, pero se dio cuenta de que el tiempo pasaba y esa posibilidad nunca iba a llegar, al menos en triatlón. Fue entonces cuando, viendo los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyongyang, en 2018, decidió romper con todos los esquemas. Vio a su compatriota Sebastián Uprimny competir en esquí de fondo, y Quintana inmediatamente contactó con él para que le enseñara lo necesario.
De esta manera, Carlos empezó a practicar un deporte totalmente desconocido a los 33 años. Sabía que, al no haber tradición en Colombia, aumentaban sus posibilidades de estar en unos Juegos Olímpicos. Y desde entonces ha estado cuatro años preparándose a conciencia para ello. Se fue a vivir a España, donde su tía tenía una casa en Seo de Urgel, a los pies de los Pirineos, teniendo ahí su primer contacto con la nieve. Y si el camino ya era difícil de por sí, hubo más complicaciones. Su permiso para residir en España sólo duraba tres meses, por lo que tuvo que volver a Colombia, y la pandemia complicó todo un poco más. Lejos de rendirse, siguió practicando incluso sin nieve, haciéndose ahora viral un vídeo suyo esquiando sobre asfalto. Aquello lo combinaba con horas y horas de visualización de vídeos en YouTube para conocer la técnica, hasta que finalmente pudo regresar a los Pirineos.
Todo ese esfuerzo, también económico, tuvo su recompensa al clasificarse finalmente para unos Juegos Olímpicos, a los 36 años y tan solo cuatro años después de iniciarse en el esquí de fondo. Ser abanderado de la delegación colombiana, que lleva a dos deportistas más, fue el premio a una historia en la que rendirse nunca fue una posibilidad para Quintana. En su debut en Pekín ha sido 88º, último, en esprint en estilo libre, y su especialidad son los 15 kilómetros en estilo clásico que disputará el próximo viernes. Aunque el resultado no importa para el colombiano, que ya puede decir que ha cumplido su sueño.