La octava medalla de un equipo de leyenda
La Selección femenina de waterpolo suma un plata a su colección. Desde Londres 2012 se ha convertido en el segundo mejor equipo del mundo. La historia de su gesta.
De Londres a Tokio, pasando por Barcelona, Budapest o Gwangju. La historia de la Selección femenina de waterpolo sigue llenando páginas a su álbum de éxitos y recuerdos. La medalla de plata en estos Juegos es la octava en una década en la que el equipo de Miki Oca y las Laura Ester, Pili Peña, Maica García o Anni Espar y compañía han llevado el waterpolo femenino a ser uno de los deportes más exitosos, sanos, que dignfica el deporte español. "Lloro porque me retiro, estoy orgullosa de este equipo. Le dimos todo. Merecíamos estar en el podio más que nadie", comentó Rosser Tarragó.
El éxito del waterpolo tiene muchas vertientes. En 1989, en una piscina de la Toscana, se jugó el primer partido oficial. Un grupo de chicas, pioneras en la primera liga de clubes, fueron seleccionadas y se abrió un camino totalmente amateur, sin recursos, que no encontró el cobijo en Barcelona 92 porque el waterpolo femenino no entró en los Juegos hasta más adelante. Después de los Juegos de Atlanta 96, en el CAR de Sant Cugat se creó el Centro de Tecnificación de la Federació Catalana para potenciar a las jugadoras con más habilidades.
España, entonces, no era top ten mundial. Jugadoras como Blanca Gil, Patricia del Soto, Sara Domínguez y una jovencísima Jennifer Pareja empezaron a formar una selección que se quedó a las puertas de acudir a los Juegos de Atenas 2004. Pese a no lograrlo, España empezó a demostrar competitividad, especialmente en el Europeo de Málaga de 2008, cuando lograron la plata, primera medalla. Pareja metía goles y Laura Ester, Pili Peña o Maica García también formaron parte de ese equipo. Lo mejor estaba por llegar.
El gurú Oca y la explosión de las guerreras
Después de la renuncia de Joan Jané, quien lo ganara todo con la masculina, la Real Federación España de Natación (RFEN) apostó por Miki Oca. El ex jugador, con una vida de película, había llevado al CN Alcorcón a ganar dos títulos nacionales, y destacaba por su poder magnético y capacidad para llevar grupos. Oca renovó la Selección. Se dio cuenta rápidamente que necesitaba savia nueva, y que debía confiar en un equipo joven. No empezó de la mejor manera posible en el Mundial de Shanghai, cuando España fue undécima, en 2011.
Pero Oca perseveró, como hizo siempre en su carrera, que tocó la gloria en Atlanta 96 con el oro olímpico. En 2012, en el Preolímpico de Trieste (Italia), España ganó el torneo y se metió en Londres 2012. Se cargó a Italia en Italia. Ese torneo le dio alas y confianza. Miki se convirtió en un gurú y las chicas se liberaron. Todo era nuevo para las jóvenes waterpolistas, que solo encontraban la experiencia en Ana Copado, Pili Peña y Jennifer Pareja. Se salieron en Londres al grito de “somos guerreras” y se colgaron la plata. Su historia había comenzado.
A partir de ahí, y gracias a clubes como CN Sabadell o CN Mataró especialmente en los que se aglutinaban la mayoría de internacionales, los éxitos siguieron sucediendo. Oro en el Mundial de Barcelona 2013, en un julio mágico; oro en el Europeo de Budapest en 2014 en Hungría destrozando a Holanda en la final. Y también hubo desilusiones y momentos más duros, como el séptimo puesto en Kazán 2015, la exclusión de Jennifer Pareja de Río 2016 y la decepción de esos Juegos. Pero siempre hay barreras que saltar.
El seleccionador estaba efectuando una renovación silenciosa del equipo. En 2015 debutaron Paula Leitón, con 15 años, y Bea Ortiz, ahora puntales. También se había unido al equipo Judith Forca y ahora Elena Ruiz, de 16 años. Pese a los cambios, Miki fue capaz de gestionar el talento, de mantener la llama de un equipo que nunca perdió la ambición se ser campeón olímpico. En 2017, ya lograron la plata en el Mundial en Budapest, como en Gwangju 2019. Bronce en el Europeo de Barcelona 2018 y oro en el Europeo de Budapest de 2020. Ganaron a Hungría en Hungría, la cuna del waterpolo. Y ahora una plata que sabe a oro. Es el techo de una Selección que ha vivido una década gloriosa.