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JUEGOS OLÍMPICOS | ATLETISMO | ADEL MECHAAL

"No tenía ganas de entrenar, mi mujer me levantaba del sofá..."

Adel Mechaal, clasificado para la final de 1500M, ha desvelado que dejó de competir y ejercitarse por la enfermedad de su madre, que ya evoluciona en su recuperación.

"No tenía ganas de entrenar, mi mujer me levantaba del sofá..."

Adel Mechaal e Ignacio Fontes estarán este sábado en la final de 1.500, tras hacer una magnífica serie. En principio, ninguno de los dos peleará por colgarse una medalla, si bien colarse entre los mejores ya es un tremendo orgullo para ellos. La historia de Mechaal, sin embargo, es impactante y narra todo lo que ha tenido que pasar para llegar hasta aquí. La ha contado él mismo, en el micrófono de Teledeporte tras su gesta. En ella, cuenta cómo su madre ha padecido una leucemia y lo que ha cambiado eso su manera de preparar la cita olímpica.

"Para mí este año ha sido bastante complicado. Mi madre acaba de ver la carrera desde el hospital. Sigue todavía ahí, pero estamos contentos debido a que ya está muchísimo mejor. Los últimos análisis dicen que la leucemia ya ha remitido. Está bastante bien y estamos a la espera de los efectos secundarios de la quimioterapia, pero, como ya dije en España, esto es gracias a todos los médicos que están ahí cuidándola. Llevan más de 40 días tratándola genial y les doy muchísimas gracias", desvela.

Además del cuidado de su madre, Mechaal ha podido entrenar lo suficiente como para llegar a la cita olímpica. Sin embargo, no quiso competir, centrándose en lo verdaderamente importante: "Yo la verdad es que este año no he competido porque no tenía las ganas ni el entusiasmo de competir. Es un tópico, pero te das cuenta que la salud es lo primero y cuando la salud de un familiar tuyo, como es en este caso tu madre está en riesgo, todo pasa a un segundo plano".

No compitió, pero sí se ejercitó. Todo gracias a su mujer, que confiaba en que cumpliese un sueño y dedicara sus éxitos a todas las personas que han contribuido a que su madre se recupere: "No tenía ganas de entrenar, ni de competir. Mi mujer me levantaba del sofá y me decía 'venga vamos a entrenar'. Estoy aquí gracias a ella y sobre todo a que quería regalarle algo a mi madre y a todos los trabajadores del hospital de Girona, que están todas las noches y todos los días cuidándola. Muchísimas gracias y espero que el sábado en la final os pueda regalar un buen resultado". Lo gane o no, ya tiene un oro olímpico en superación.