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JUEGOS OLÍMPICOS | ATLETISMO

Asier Martínez se sale

El pamplonés, de 21 años, fue sexto en la final olímpica de 110 vallas, con 13.22, su mejor marca personal. Ganó el jamaicano Parchment.

Tokio
Asier Martínez se sale
Christian PetersenGetty Images

Asier Martínez se va de Tokio con un diploma olímpico y algo igual de importante: la tarjeta de entrada al grupo de élite mundial de 110 metros vallas. El navarro de Pamplona acabó sexto la final olímpica con 13.22, el mejor tiempo de su vida que supera a los 13.27 de las semifinales. Tiene 21 años, pero compitió como un vallista sin fisuras, de mentalidad implacable. "Ahora mismo estoy hasta mareado, no me lo creo", decía Asier. Ganó el jamaicano Parchment (13.04), un sorpresón, porque batió a Holloway (13.09), uno de los favoritos más indiscutibles. Bronce, otro jamaicano, Levy (13.10).

Salió Martínez bien, pero siempre pierde algo de comba con los explosivos americanos. "Tenía al lado a Pozzi, especialista en 60 vallas y de primeras se me había ido tres metros". A partir de ahí, tres apoyos entre valla y ¡pum! Pasar. Sin tocar. Otra vez, tres apoyos entre valla y ¡pum! Pasar. Así superó los 10 obstáculos, y remontó posiciones, aunque esta vez la cabeza se iba mucho. Asier fue sexto olímpico, por delante de Pozzi y Manga, dos top mundiales. Por delante, y muy cerca: Martinot-Lagarde, Allen, Levy, Holloway Parchment. "Me sorprendió mucho que ganara a Holloway, al que veía como posible récord mundial".

Martínez ha trabajado mucho la técnica en las pistas de Larrabide durante toda la temporada, los días que no toca entrenar en Basauri, al salir de las clases de políticas en Bilbao. "Es mi ventaja, que soy bueno técnicamente", decía el de Zizur Mayor, que con François Beoringyan, su técnico, ha hecho especial hincapié en cuidar esa parte. Con ejercicios, largos y persistentes, con visualizaciones... "François me enseñó batir, a pasar, a respetar la valla, a disfrutar de ellas y que no nos perjudique en la carrera. Todo para sacar provecho a correr en los metros lisos, que es mi gran virtud".

Pasar las vallas con garantías es sinónimo de corredor seguro y también permite una sobriedad emocional ante las carreras que refleja totalmente Martínez. "Parece que no estoy nervioso, pero por dentro sí". Pero el nervio lo canaliza en positivo, como sucedió en la veloz pista del National Stadium tokiota...

La final olímpica de 110 metros vallas.
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La final olímpica de 110 metros vallas.JAVIER SORIANOAFP

Grata sorpresa

Asier ha sido uno de los grandes descubrimientos de 2021. Un vallista excelso, con mentalidad de hierro, que ya es diploma olímpico. Ahora toca regresar a Pamplona donde le espera su familia y la Azpi Crew, esa cuadrilla que va a fuego con Asier. Con este diploma hay mucho que celebrar. "Ahora hay por delante dos semanas para poder hacer cosas de un chico de 21 años".

El pamplonés es un atleta de carácter inquieto, con gusto por la lectura, la música... "Dejé de hacer cosas que pueden perjudicar el rendimiento, salir, trasnochar... Decidí apostar por el deporte para llegar a mi mejor versión, conseguí dedicarme tiempo como deportista", explicaba Asier, que pelea con "el síndrome del impostor": "Siempre tuve esa impresión de colarme donde no me correspondía, mis rivales siguen siendo algo mejor. No sé lo que la gente espera de mí, lo que yo espero me lo guardo para mí". Ha ganado unas eliminatorias olímpicas, hizo marca personal en semifinales, tiene un diploma, sexto, y marca 13.22. El síndrome del impostor está fulminado.

La pregunta final para Asier Martínez es si dará el chupinazo en Pamplona en las próximas fiesta de San Fermín: "Eso lo es todo". Por méritos va sobrado.