Una campeona mundial a la pata coja
Katerina Johnson-Thompson se lesionó en los 200M lisos del heptatlón. Salió una silla de ruedas, ella la rechazó y decidió acabar la prueba cojeando.
Otra gran imagen para estos Juegos Olímpicos. La atleta británica Katerina Johnson-Thompson era una de las grandes favoritas para llevarse el heptatlón femenino, más cuando venía de ser campeona mundial. Sin embargo, mientras disputaba la prueba de los 200 metros libres, cayó al suelo lesionada, presumiblemente del tendón de Aquiles. Lloraba de impotencia, cuando salieron los médicos a atenderla, con una silla de ruedas, que la deportista rechazó.
Cuando los sanitarios se disponían a levantarla del suelo y colocarla en la silla de ruedas, Johnson-Thompson fue rotunda en su gesto: no la quería. Entonces se levantó con gesto de dolor y empezó a correr hacia la meta, consciente de que su lesión le impediría llegar a la ansiada medalla. Tuvo que ir a la pata coja, lo que su físico le permitía. Después, trató de ir apoyando los dos pies.
Finalmente, llegó a la meta, ante la emoción de sus compañeras y de los allí presentes. Sus rivales en la prueba la abrazaron después de su gesta. Paradójicamente y pese al simbolismo de su acción, fue descalificada por pisar otro carril.
La deportista británica venía lanzada a por el oro olímpico. Había sido la mejor de su serie en el 100M vallas, tercera en salto de altura y sexta en lanzamiento de peso. Era la gran favorita, tras su oro mundial en 2019. Sin embargo, y salvo milagro, no tiene opción alguna de disputar las pruebas restantes: salto de longitud, lanzamiento de jabalina o 800 metros. Pese a todo, se ha ganado el reconocimiento mundial por querer acabar a toda costa una de las carreras más importantes de su vida y la que llevaba preparando años.