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JUEGOS OLÍMPICOS | WATERPOLO

Reacción de oro y a semifinales

La Selección masculina de waterpolo se sobrepone a un 6-6 al descanso y vence a Estados Unidos. Peleará el viernes por las medallas 21 años después.

Miguel de Toro.
ANGELA WEISS

Sin sufrimiento no hay gloria. Y la Selección masculina de waterpolo había transitado por aguas mansas en estos Juegos Olímpicos pese a tener un grupo con campeones olímpicos y del mundo, como Serbia, Croacia o Montengro. Y ese sufrimiento llegó ante Estados Unidos, una de las sorpresas en Tokio, un equipo sujeto por un gran portero, solidario y alegre en ataque, con buenos lanzadores y boyas potentes, una copia de España, que le jugó de tú a tú y la tuvo contra las cuerdas hasta el último cuarto (8-12). El resultado no es un algodón, engaña.

Pero España ganó porque su inercia en Tokio es la de la medalla, y esos pequeños detalles decantaron un encuentro igualado en el que España encontró su rescate gracias a la defensa. El waterpolo mete a sus dos selecciones en semifinales, un hecho insólito, que refuerza el gran trabajo realizado en el último ciclo olímpico. En el Mundial de Gwangju ambos se colgaron la plata. Ahora están a disposición de repetir metal. La Selección de David Martín se medirá al ganador del Italia-Serbia el viernes. Siguen siendo invencibles.

Felipe Perrone abrió el marcador en la primera superioridad española. El curso del encuentro parecía seguir un cauce lógico, pero pronto Estados Unidos demostró que iba a ser un hueso. Hollok empató (1-1) y España se soltó en ataque con tantos de Fran Fernández y Sanahuja (1-3), pero emergió de las profundidades un cañonero americano, Hannes Daube, quien con dos goles seguidos llevó la igualada el marcador (3-3).

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Jesús Rubio.

Un penalti determinante gracias al vídeo

Un menos brillante primer cuarto lo tiene cualquiera. Pero esa impresión se alargó otro más. España no era capaz de desengacharse. Granados (2) y De Toro, desde la posición de boya en una jugada en superioridad, seguían golpeando. Pero EEUU contrarrestaba (6-6). Incluso los americanos llegaron a ir por delante y con posesión. Pero España tiene cuajo, no se descompone. Tiene alma de campeona. En el tercer parcial hubo mucha tensión. Emergió la España de la solidez, la del muro de Pinedo en la portería, aunque en ataque se ofuscó también por las paradas del Wolf. Solamente hubo un tanto, de Sanahuja (6-7).

El punto culminante, cuando se mascaba la tensión en Tatsumi y fuera el calor derretía cualquier ser vivo, hubo una jugada determinante. España desaprovechó una oportunidad en superioridad para ponerse 6-8. Pero uno de los dos jugadores excluidos de Estados Unidos salió antes de lo previsto. Después de consultador con el vídeo, matando el ritmo del partido durante al menos tres minutos, se resolvió penalti a favor de España por la infracción cometida. Munarriz no perdonó. El 6-8, una gran defensa y los goles de Mallarach y de Tahull a falta de tres minutos dejaban el partido concluido (7-10). España sabe arrollar y sabe sufrir. Lo tiene todo para salir de Tokio con una medalla al cuello. Al menos ya ha vuelto a unas semifinales 21 años después.