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JUEGOS OLÍMPICOS | PIRAGÜISMO

Íñigo Peña y Paco Cubelos, la extraña pareja

Los palistas del K2 1.000, dos veces subcampeones mundiales, modificaron la piragua para compensar su diferencia de peso (20 kg) y altura (24 cm).

Tokio
Íñigo Peña y Paco Cubelos, la extraña pareja
RAFA APARICIODIARIO AS

El piragüismo, que toma protagonismo del 2 al 7 de agosto, presenta una baraja amplia de candidatos a medallas. Si el as es el K4 500 de Saúl Craviotto y cía, uno que aparece debajo de la manga es el K2 1.000 de Paco Cubelos (Talavera de la Reina, 28 años) e Íñigo Peña (Zumaya, 30).

El toledano y el vasco han sido dos veces subcampeones del mundo en este ciclo (2018 y 2019) y aunque en el test de la Copa del Mundo de Szeged en mayo no entraran en la final, su día D no era ese. Compiten en la madrugada del martes al miércoles (3:47) y la final sería la siguiente madrugada (5:55).

Estos días, Cubelos se fotografiaba con Pau Gasol en la Villa, y el contraste de alturas chocaba. Como choca su 1,70 frente al 1,94 de su compañero de piragua. Una descompensación importante también de peso que les obligó a realizar retoques en la embarcación.

"Metimos una modificación al barco para navegar mejor ya en el Mundial 2019. Hay más de 20 kg de peso entre Íñigo y yo, y se levantaba de proa. Nos hemos desplazado los dos hacia adelante para que el barco navegue más hundido. Con la proa fuera iría botando. Es una modificación mínima. Pequeños detalles para mejorar centésimas", explica Cubelos.

Con el K2 clasificado tenían opción también de doblar en K1. Pero antes de la concentración previa al viaje a Tokio que realizaron, aislados, en Portugal, lo descartaron: "El objetivo está claro porque es donde más posibilidades tenemos. Hay que apostar y jugársela".

Peña formó parte del K4 1.000 que compitió en Río y fue quinto. Cubelos, olímpico en Londres 2012, no se metió en Río pero no desesperó. "He tenido que esperar nueve años para volver a unos Juegos, pero he disfrutado de la preparación. Es un momento dulce, el mejor de nuestras carreras", advierte. La desequilibrada pareja del K2 ha encontrado el equilibrio.