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JUEGOS OLÍMPICOS | GIMNASIA ARTÍSTICA

Biles renuncia al suelo y ya sólo se la podría ver en barra

La estadounidense decidió no competir tampoco en la final de suelo y se mantiene la duda sobre la barra mientras ella se prueba en un gimnasio privado.

Tokio
Biles renuncia al suelo y ya sólo se la podría ver en barra
Jamie SquireGetty Images

El gran momento de los Juegos de Tokio debía ser la coronación de Simone Biles como la reina. Con los cinco oros que se esperaban de ella, igualando a metales dorados con la gran Larisa Latynina. Pero el gran momento será, simplemente, si decide participar en la final de barra este martes. USA Gymnastics comunicó que su estrella de 24 años tampoco saldrá en la final de suelo, su fuerte, el lunes. "Tomará una decisión sobre la barra más tarde. Todos estamos detrás de ti, Simone", tuiteó su federación.

El pasado domingo, la pequeña bomba de Ohio (1,42 m) compitió en la calificación de equipos. Con un error en el suelo pero el mejor desempeño en potro. Una rutina. Pero el martes, en la final, llegó la desorientación en el potro, donde firmó la peor prestación de las tres estadounidenses. El estrés. La ansiedad. El vacío. Los "demonios en la cabeza". La retirada del concurso y la posterior del all-around.

Estos días, Biles libra su particular combate contra el miedo, el miedo de hacerse mucho daño, en un gimnasio privado cercando al Ariake Gymnastics Center en sesiones de mañana y tarde. Fuera de la Villa después del positivo de una de las suplentes del equipo los primeros días. Y muestra en Instagram cómo pierde la orientación atacada por los 'twisties', el temido bloqueo mental que puede atenazar a un gimnasta y llevarle a desorientarse, aterrizando peligrosamente sobre los bloques de espuma.

Su renuncia al suelo, donde ha llegado a realizar un triple-doble, es sintomática de que Biles no mejora. Le queda la opción de la barra, en la que también se inventó una salida con doble-doble que difícilmente parece se pueda ver ya porque quizá tras Tokio llegue su retirada.

Por la tarde, Biles se acercó al pabellón Ariake para animar a sus compañeras desde la grada. Vio la victoria de la belga Nina Derwael en asimétricas (plata para Anastasiia Iliankova y bronce para su colega Sunisa Lee) y la coronación en salto de la brasileña Rebeca Andrade, a quien acompañaron la estadounidense Mikayla Skinner y Seojeong Yeo.  Su sitio estaba abajo. Pero lo vio desde arriba. 

Antes de los Juegos, Biles relató en '60 Minutes' que, tras el aplazamiento de un año por la pandemia, dudó si continuar. "Tenía en mente terminar en tres meses. Realmente, pensé en que no iba a ser capaz de hacerlo. Me tomé un poco de tiempo, hablé con mis entrenadores y Cecile (Landi) me dijo: 'Simone, has entrenado tan duro para esto... ¿Por qué vas a renunciar?'. Y concluí que no vine de tan lejos para dejarlo así. Quiero ver de qué soy capaz", contó. Todo parecía ir bien en el año 'extra' hasta que la mochila en la que llevaba demasiada carga ha acabado por aplastarla y sacar a la luz los problemas mentales a los que se enfrenta la élite del deporte.

Biles renuncia al suelo y ya sólo se la podría ver en barra