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JUEGOS OLÍMPICOS | BALONCESTO

Una jaula para Doncic

Scariolo explora variantes para intentar frenar el ritmo de juego de Eslovenia, contener a su crack y poder exhibir al suyo, Ricky. España será primera si gana.

Tokio
Doncic, en un bosque de manos en el partido ante Japón.
Gregory ShamusGetty Images

El foco de los Juegos se traslada este domingo (10:20 horas) al Saitama Super Arena. Hay muchos ojos puestos en el España-Eslovenia que decide el primer puesto del grupo C, premio que garantiza evitar a Estados Unidos en cuartos de final. La crítica asistió atónita a la puesta en escena de Luka Doncic en los Juegos Olímpicos. "El mejor jugador del mundo, NBA incluida", se rindió el Oveja Hernández después de los 48 puntos que firmó ante Argentina. Doncic es un reto fabuloso para España, especialmente para su entrenador, Sergio Scariolo, que ha calificado el desafío como "un reto divertido" y el amplio grupo de ayudantes que le acompaña: Luis Guil, Ángel Cañete, Víctor García...

Scariolo ya anunció que España no va a renunciar a su personalidad y al ADN que le ha convertido en multicampeón, pero este domingo tiene dos retos mayúsculos, porque a Eslovenia hay que ganarle a fuego lento. Primero, bajarle las pulsaciones al partido y frenar la orgía anotadora de los balcánicos, que han metido 234 puntos en 80 minutos de Juegos Olímpicos, e intentar minimizar de alguna manera la mils cosas que Doncic, que ha metido 73, puede hacer. Tiene una buena batería de jugadores para intentarlo: Claver, Garuba, Abalde, Abrines, el mismo Ricky o Llull. Todos tienen alguna buena cualidad defensiva para pensar que pueden frenar de alguna manera a Doncic: capacidad atlética, físico, experiencia, buenas piernas, astucia. Pero, en estos días de esplendor, Doncic da la sensación de ser un monstruo que puede con todo. Además, está acompañado por un ejército de fieles que está dispuesto a ir con él al fin del mundo: Blazic, Dragic, Cancar, más la nacionalización providencial de Tobey. Mucho arsenal. Y un equipo, en esencia, muy parecido al de 2017. Entonces, Eslovenia aplastó a España (92-72) porque iba a otra velocidad.

A España le ha sobresaltado en las últimas horas la inesperada noticia del semiaislamiento en la Villa Olímpica de Abalde, Marc Gasol y Garuba. De momento, el asunto no ha ido más allá de la incomodidad que supone, pero añade más estrés si cabe a una concentración en la que jugadores y técnicos han vivido con esa preocupación en cada desplazamiento a Valencia, Málaga, París o Las Vegas y que, curiosamente, encontró de manera desafortunada ese contacto en el vuelo de Dallas a Tokio que ahora es otro motivo de preocupación.

Se habla mucho de Doncic y menos de Ricky, que también ha ido de exhibición en exhibición, Japón y Argentina. Para el base de El Masnou, los últimos torneos de selecciones se están convirtiendo en una reivindicación ante la aparente incomprensión de las franquicias NBA para no aprovechar a un jugador que tiene el libro del baloncesto en la cabeza y está jugando a un nivel descomunal. Si es por desafíos, Doncic es uno gigantesco para Rubio.