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JUEGOS OLÍMPICOS | ATLETISMO

El mes mágico de Natalia

Natalia Romero, jiennense de 32 años, se clasificó para las semifinales de 800 de los Juegos de Tokio, que se disputarán este sábado (13:50 horas). Era su debut olímpico.

Tokio
TOKYO, JAPAN - JULY 30: Jemma Reekie of Team Great Britain competes during round one of the Women's 800m heats on day seven of the Tokyo 2020 Olympic Games at Olympic Stadium on July 30, 2021 in Tokyo, Japan. (Photo by Michael Steele/Getty Images)
Michael SteeleGetty Images

Julio de 2021, el mes que no olvidará Natalia Romero. Jiennense, del barrio de la Alcantarilla. A sus 32 años, la mediofondista se clasificó por primera vez a unos Juegos, consiguió la plaza de profesora titular de Fisioterapia en la Universidad de Illes Balears y este viernes, en la inauguración del atletismo olímpico, entró en semifinales de 800. Con marca personal, 2:01.16, sexta en la última serie, y una actitud tremenda. Llegaba con el tiempo número 43 de 47. Ya es la 24 al menos.

“Esto es un sueño. Sabía que quería salir a saco. Tuve codazos en el 200, a falta de 300. Pero no sé, me lo creí. De repente se pusieron a correr muchísimo y yo dije, a mi ritmo”, explica para AS Natalia, que se marchó de Jaén a Mallorca para seguir su evolución como profesora universitaria. “Pero la forma de hablar de Jaén cerrada no la pierdo ¡eh! Esas ‘o’ abiertas siguen ahí”.

Romero comenzó en 400, pero se veía “lenta” para la vuelta a la pista. Me consideraba limitada. Se entrena con Pedro Jiménez-Reyes, un estudioso del atletismo, que trata de cuantificar cargas y analizar hasta el más mínimo detalle para optimizar el rendimiento. A distancia, habla los entrenamientos con Natalia. “Pedro planifica y yo lo adapto en Mallorca, allí mi pareja me ayuda en las series, en todo. Al final es un trabajo de equipo”.

Natalia Romero, sexta, en la recta final del estadio olímpico.
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Natalia Romero, sexta, en la recta final del estadio olímpico.Richard HeathcoteGetty Images

Natalia, que lleva tiempo en el atletismo, pero poco en 800, confiesa su devoción por las dos vueltas. “A mi me gusta más el 800 que el 400, porque no me veo límites, en el cuatro si veía que tenía un tope. Aunque también es verdad que las ‘bicharracas’ de 800 pasan a 57 sin problemas el 400. Yo voy relativamente cómoda a 58, 59”, analiza y explica que es una ochocentista distinta: “El entrenamiento es algo diferente a lo habitual. Hago un mixto entre velocidad y fondo. Hacemos multisaltos, que es un entrenamiento de velocista”. Y luego está la experiencia: “Eso te lo da correr”.

Universidad y entrenamientos

El calor y la humedad de Tokio no asusta a Natalia, porque en Mallorca se entrena a las 11 de la mañana. No queda otra, en el resto de tramos del día tiene que dar sus clases de fisioterapia en la Universidad. “El primer semestre es muy duro. Tengo 180 horas de clase, y en el segundo, 40. Hay veces que entro de 8:30 a 11:30, me voy a entrenar y luego a clase otra vez. Para dar clase tienes que estar concentrada, tenerlo todo preparado, es un esfuerzo mental, porque hablas y tienes que decir las cosas razonables. Además, yo soy muy autoexigente”, cuenta Natalia, que da clase a segundo, cuarto y posgrado.

Este sábado (13:50, en España) disputa las semifinales olímpicas. La atleta que creció en el Caja de Jaén, en la pista de La Salobreja. Sigue en el mismo club, ahora llamado Unicaja, pero ella es otra, catedrática, semifinalista olímpica. “Ellas que corran, yo correré lo que sé”. Será 31 de julio, el último día de un mes mágico.