La aventurera Anni Espar
La jugadora de la Selección femenina, escogida entre las diez mejores del mundo, ha jugado en EEUU, Australia y cambió Sabadell por Mataró.
Toda selección tiene un cerebro, una jugadora que decide antes que nadie, que no se pone nerviosa cuando el reloj de la posesión se consume. “Una más, una más”, le gusta decir a Miki Oca, amante de exprimir el cronómetro. Y en la Selección femenina de waterpolo ese rol lo desempeña Anni Espar, escogida entre las diez mejores jugadoras del mundo de las dos últimas décadas, una aventurera del balón amarillo.
“Hay dos tipos de deportistas, podríamos decir. Aquellos que están a gusto en un sitio y desarrollan allí su carrera y los que quieren vivir nuevas experiencias. Yo soy de las segundas”, explica la barcelonesa, la antítesis de Leo Messi, futbolista del que disfruta en el Camp Nou siempre que puede, porque para ella el deporte también es viajar: “He cambiado de clubes sin saber qué pasaría. Me fui del mejor equipo, el CN Sabadell, al CN Mataró, que es más pequeño. No he ganado la liga pero no valoro solo el resultado, la experiencia no la cambio por un título”, reflexiona Espar, que disfruta de sus terceros Juegos Olímpicos después de la plata de Londres 2012 y la decepción de Río 2016.
Anni ha jugado en Estados Unidos y en Australia, una experiencia esta última vital. Nadó con delfines, pasó dos semanas en Nueva Zelanda, visitó el país, hizo amistades y disfrutó del waterpolo. “Creo que los deportistas necesitamos cambios, vivir nuevas experiencias, ya que esa es la mejor manera de aprender”, piensa.
Ganar a Estados Unidos, la NBA del waterpolo
Y ahora en Japón tiene un sueño más grande, el oro. Para ello deben, primero, ser primeras y llegar a esa final para medirse a Estados Unidos, la selección invencible. “Es un país muy grande, hay mucha competencia y tienen 20 jugadoras en las universidades que se juegan el puesto. Su nivel físico es alto y su mentalidad es ganadora desde niñas”, manifestó.
España se ha preparado todo lo bien que ha podido por culpa de la pandemia, que ha machado fuerte a los deportes acuáticos. Pero en los dos últimos meses, la Selección ha estado concentrada en Sierra Nevada y realizando concentraciones con Estados Unidos, Hungría o Canadá. “Nunca estuve tanto tiempo sin tocar agua”, comentó rememorando el confinamiento. Pero ahora llegan preparadas para el gran reto. Han empezado como un tiro y este miércoles se miden a las 8:30 a Holanda. Un partido crucial para terminar primeras de grupo y evitar a Estados Unidos.