España resuelve la incógnita
Desde 2017, la selección femenina no se enfrentaba a Canadá, un equipo peligroso. Ganaron por 14-10, en un partido que fue tenso hasta el último cuarto.
Tenían cierto recelo en el equipo femenino de waterpolo con Canadá. Las norteamericanas llevaban tiempo sin competir contra ellas, cuatro años, y eran una incógnita. “No sabíamos como sería, llevaban un año encerradas en su país preparando”, revelaba Maica García. Lo poco que les habían visto, por pantalla u otros sitios, era peligroso. Y lo fue. España ganó (14-10), pero no fue la goleada a placer contra Sudáfrica. Se sufrió. Lo importante, dos victorias de dos.
Salió Canadá en tromba, quizás con España algo expectante con ese respeto a lo que lleva tiempo sin controlar. Y el desenfado de Lemay Levoie y Eggens se transformó en un 0-2 para empezar a hablar, en dos minutos. Miki Oca gritaba algo estresado. El mensaje llegó a las jefas del equipo, Bea Ortiz y Maica García que igualaron (2-2). Reparto de golpes y 4-3 al final del primer acto con otro golpe de Ortiz.
Un calco fue el inicio del segundo cuarto. Canadá ganó la carrera por la bola, Lemay Levoie marcó, reparto de golpes y 6-5 de Anni Espar. Las defensas andaban más ajustadas, Laura Ester se entonaba y también paraba bastante la canadiense Wright, porque las americanas son intensas en su juego. Si España bajaba los brazos, ahí estaban.
El tercer parcial siguió así, presión canadiense, desatascos de España con Paula Leiton y Bea Ortiz. Lemay Levoie era pesadilla y marcaba otro. Se cerraba con 9-7 y llegaba la reanudación con el siguiente cuarto, el final. El inicio fueron los mejores momentos de las jugadoras que entrena Miki Oca. 10-7 Roser Tarrago, 11-7 Maica. Una distancia cómoda para relajarse…, pero con Canadá… Así volvieron al 11-9. Último arrebato americano, ya no más. 13-9, con goles de Tarragó y Bea Ortiz. Estaba resuelto, un intercambio de golpes simbólico. 14-10. Partido acabado. España lleva dos de dos, aunque esta vez fue más difícil.
Siguiente estación: Holanda
Ahora toca subir otro escalón, contra Países Bajos. “Hay muchísima rivalidad, competencia. Ellas son jugadoras muy fuertes, nos conocemos bastante y tenemos que ganar, queremos hacerlo”, reflexiona Maica, feliz en Tokio: “Somos una familia, esto es lo que nos apasiona. Es nuestro sueño olímpico”.