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JUEGOS OLÍMPICOS | HOCKEY

Quemada iguala a la astuta Argentina

La Selección masculina de hockey empata ante la campeona olímpica (1-1) en un encuentro en el que fue superior pero que no logró equilibrar hasta el último cuarto.

Quico Cortés.
John Minchillo

Hay partidos inexplicables menos cuando enfrente tienes a equipos de la talla de Argentina, actual campeón olímpico en Río, torneo que ganó con una efectividad de más del 70% en el penalti córner, con su aguerrida defensa y con un espíritu que le ayuda a que la moneda siempre caiga de su lado. Subida a la misma ola ha empezado estos Juegos de Tokio y estuvo a punto de repetir la misma historia que en los cuartos de final en 2016 ante España, pero en esta ocasión los de Fred Soyez lograron equilibrar gracias a un penalti-córner de Pau Quemada a falta de ocho minutos.

Bajo un calor sofocante, húmedo, que obligó a que la pista sintética se regara cada 15 minutos, España salió agresiva, presionando en campo rival, ahogando la salida argentina. Poco le importó ese escenario al campeón olímpico, que se sintió poco exigido por la posesión española. Álvaro Iglesias tuvo una oportunidad a los seis minutos, pero su remate se marchó por encima del larguero. Mientras los de Fred Soyez intentaban hilvanar las jugadas con Roc Oliva como iniciador, Argentina apostó por un juego directo. Y, tras el primer cuarto (0-0), obtuvo premio.

Mejor posicionados los de Retegui, desconectaron el juego entre líneas español e hirieron su defensa con desplazamientos largos. En uno de ellos, y después de una ocasión española en la que a Basterra se le escapó el control, una bola larga la cazó Mazzili para anotar el 1-0. 59 goles ya como internacional para el veterano delantero (32). No se lo podían creer los de Soyez.

España situó a Oliva en mediocampo para tener más control del juego, pero Argentina siguió defendiéndose sin fisuras. Y aquellas que encontraron los españoles no las aprovecharon, como un contraataque capitenado por Xavi Lleonart que, después de una pared y de superar al portero, Basterro tocó la bola y salió rozando el palo. El "oh" se escuchó hasta en Sapporo. Se abalanzó la Selección, pero Argentina avisó con varios contraataques: no le importaba un partido de ida y vuelta.

Y ese premio, a la constancia y a la paciencia, llegó a falta de ocho minutos para el final del encuentro. A Argentina se le caía la portería encima y España encontró la precisión que le había faltado en los anteriores 45 minutos. Quizás por probabilidad, la Selección dispuso de tres penalti-córners, casi consecutivos, y a la tercera fue la vencida. Pau Quemada sincronizó el remate raso, al palo derecho del meta argentino, que se lanzó sin poder desviarlo. Con el 1-1, el partido mantuvo sus decibelios aunque finalmente ninguna de las dos selecciones dispuso de mejores ocasiones. "Si jugamos así, viviremos más cosas positivas que negativas", sentenció Quemada, el héroe bajo la humedad.