Lorena Torres: "Mejorar un 0,1% en un jugador puede ser mucho"
Torres, científica deportiva, nueva incorporación de la FEB este verano, ha trabajado con los jugadores de Scariolo hasta el viaje a Tokio. Habló en AS.
Lorena Torres (Ibiza, 1981) ha sido una incorporación de lujo de la FEB para preparar los Juegos Olímpicos. Científica deportiva, con experiencia en franquicias como los Spurs y los Sixers, su cometido ha sido optimizar el rendimiento de los jugadores de Scariolo con vistas a la cita de Tokio. También tendrá alguna función específica para la Selección femenina de Mondelo.
¿Cómo se presentaría Lorena Torres?
Como una 'sport scientist'. Una preparadora física (licenciada en el INEFC de Barcelona) con un doctorado, que ha trabajado en la investigación y ha trabajado para diversas organizaziones.
¿Sus estudios le llevaron al deporte o lo trae de cuna?
Siempre he querido dedicarme a esto. Mis inquietudes han estado relacionadas con el mundo del deporte en todas sus aristas, de ahí mi perfil holístico. Nutrición, recuperación...
¿Quién fue su contacto para entrar en la FEB, fue a través de jugadores, del mismo Scariolo que ha estado en la NBA o algún cazador de talento que andaba buscando ese perfil para la Federación?
No quiero dar nombres. Digamos que fue una coincidencia de situaciones. La FEB se planteaba tener un perfil de mis características, hubo unas conversaciones y a mí hacía ilusión el proyecto.
¿Qué cree que puede aportar a un equipo que ya es campeón del mundo y que tiene una nómina brillante de preparadores físicos y recuperadores?
Como dice, la FEB es una organización exitosa. Puedo aportar ciencia aplicada al deporte. El análisis, el filtrado de datos, saber por qué alguna cosa determinada funciona u otra no. Creo que mi experiencia en la NBA también puede ayudar. Tecología, recursos. Esto no es un cambio de rumbo en el trabajo de la FEB, es un refuerzo con la aportación de innovación.
¿Puede concretar algún ejemplo de jugadores a los que su plan les haya funcionado?
Hay muchos, pero no daré nombres de jugadores. Mi trabajo es facilitar herramientas: de nutrición, tecnológicas, de nutrición. Y aunque no soy responsable de la parte mental, sí tengo en cuenta las 'mental performance' de los profesionales.
Una de las cosas que suele remarcar el seleccionador, Sergio Scariolo, que ha trabajado tres años con los Raptors, es la diferencia en el tamaño de los staffs, de los recursos tecnológicos, de la cantidad de datos que se manejan. ¿Cree que es así?
No conozco la Euroliga, pero sí la ACB. Y sí, hay mucha diferencia. Hay que entender, claro, que también hay diferencia en los presupuestos.
¿Han podido medir en qué porcentaje puede mejorar a un jugador las herramientas que utilizan especialistas como usted?
No se puede cuantificar. En algunos jugadores, mejorar el 5% ya es mucho. En otros, mejorar el 0,1% ya es mucho. Dar un valor numérico en general no puede hacerse pero es cierto que en charlas que se dan sobre estos asuntos, siempre se dice que una mejora de un 1% ya es mucho. Cuando estás en el supernivel, tienes que asumir que ya trabajas con jugadores muy buenos, muy competitivos, con capacidad de sufrimiento y mejora. Y el nivel de mejora es bueno.
Usted ha venido para hacer algo muy puntual que, podría pensarse, puede colisionar con el trabajo que hacen los entrenadores personales que tienen muchos de los internacionales.
Tengo clarísimo que lo importante es la comunicación. Esto en la NBA es muy normal. Si un jugador confía en alguien, tiene que apoyarse en él. La clave es coordinar los trabajos. Es lo más común.
¿No es muy estresante pensar que sólo puede mejorar el 0,1% de un jugador, se cuestiona uno su utilidad?
No, porque siempre se puede mejorar. No es estresante para nada. es un reto atractivo. Trabajar con jugadores top y ver mejoras, es estimulante.
En el grupo de jugadores que le ha tocado estudiar está Abrines, uno de esos pocos jugadores que se abren y admiten que ha pasado una depresión. ¿Eso hay que vigilarlo o una vez superado no tiene por qué estar en la lista de atenciones?
Entiendo el rendimiento siempre desde la parte física y mental. Igual que desde la parte científica es importante que un abductor esté perfecto, la parte mental es importante. Eso el deportista lo cuida a través de sus entrenadores de confianza. Todos pasan sus altos y bajos, algunos se conocen y otros no. Esos deportistas ya son muy fuertes, pero siempre hay que estar pendientes del estado mental de los jugadores.
Coincidió con Pau en San Antonio. ¿Cómo puede estar su cuerpo después de dos años parado y con 41 recién cumplidos?
Pues lo primero que diré es que Pau tiene mucha presencia. Su IQ de baloncesto, su inteligencia para jugar al baloncesto, es increíble. No he seguido concretamente su recuperación porque todavía no estaba trabajando en la FEB. Pero su tenacidad y su resiliencia son ejemplares, el cómo ha luchado por un sueño. No me salen palabras y adjetivos para expresar la admiración que siento por Pau. Pau trabaja hace muchos años con su gente de confianza y yo he tratado de apoyar a Pau en lo que he pdid.
Que por delante tenga un reto como los Juegos, ¿fue clave para decir sí a la FEB?
Ya había trabajado en la Federación de Natación, pero me hacía ilusión hacerlo con la FEB porque para mí siempre ha sido ejemplar el compromiso que he visto históricamente en sus jugadores y jugadoras. Para mí, es un lujo, un privilegio y un honor trabajar aquí.