"Tokio serán los Juegos más importantes de la historia"
AS reúne a Alejandro Blanco (COE), Lydia Valentín, Fernando Carro, Niko Sherazadishvili y Sandra Aguilar a 100 días de la inauguración de los Juegos de la pandemia.
Hoy, 14 de abril, faltan 100 días para los Juegos de Tokio, para unos Juegos de la XXXII Olimpiada que se celebrarán con un año de retraso por la pandemia de la COVID-19. La cuenta atrás ha comenzado mientras la antorcha hace su recorrido por Japón camino del Estadio Nacional, donde hará su entrada el 23 de julio como símbolo de resistencia. Como luz en medio de una tiniebla que se ha llevado ya la vida de casi tres millones de personas en todo el mundo, con casi 137 millones de infectados. Una fecha redonda, pues, para aclarar dudas. Las que pueden tener los deportistas ante una cita que será extraña y a la vez inolvidable.
"Los Juegos se van a celebrar y el 23 de julio veremos a todo el equipo español desfilando en Tokio", se arranca Alejandro Blanco (Orense, 70 años). Delante, Lydia Valentín (oro, plata y bronce en halterofilia), Fernando Carro (clasificado en 3.000 obstáculos y que ya corrió en Río 2016), Niko Sherazadishvili (campeón del mundo de judo en -90 kg que debutará en una cita olímpica) y Sandra Aguilar (plata en gimnasia rítmica en Río 2016). Cuatro deportistas convocados en la sede de AS, con su director Vicente Jiménez moderando la charla, para que puedan plantear sus inquietudes al presidente del Comité Olímpico Español (COE), el jefe de la expedición a Tokio.
Ellos serán parte del contingente de 300 españoles, una parte del total de 10.500 deportistas que vivirán en una burbuja durante los 19 días que durará la cita. "¿Pero iremos vacunados?", lanza Lydia Valentín (Camponaraya, León, 36 años). "Habrá vacuna. Vamos a intentar que se administre entre la segunda y tercera semana del mes de mayo para todo el que quiera. No hay fecha cerrada porque dependemos de Sanidad, pero todos tranquilos porque las condiciones de seguridad serán máximas", tranquiliza Blanco, que ha tratado el tema varias veces con el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes. El Comité Olímpico Internacional, además, comprará vacunas a China que pondrá a disposición de los 206 comités olímpicos nacionales susceptibles de enviar representación.
¿Y cómo será el viaje? "Habrá que realizar una PCR 72 horas antes, otra al llegar y cada cuatro días. Y estamos planteando que se pase otra al regresar", cuenta Blanco. Niko, nacido en Georgia y afincado en Brunete (Madrid) desde los 13 años (tiene 25), quiere saber si podrá estar en la ceremonia de apertura. "Dependerá de cuándo compitas. En el desfile sólo habrá limitación para oficiales. Pero sólo podrás entrar en la Villa cinco días antes de competir y hay que abandonarla 48 horas después. Mientras el deportista esté dentro, podrá acudir al pabellón a ver sus compañeros, pero no mezclarse con nadie de fuera de la burbuja", especifica Blanco. "¡Se eliminan las fiestas de entrada y salida!", bromea.
"¿Y tú no podrás estar con nosotros en ninguna competición?", le pregunta el judoca a Blanco. "¡Me colaré como sea! No puedo entender que no pueda veros en un entrenamiento, en la Villa o en el calentamiento. Si me tengo que hacer dos PCR cada día, me las haré. Estar con vosotros es una obligación y espero daros un abrazo antes, durante y después", suelta el dirigente gallego.
Fernando Carro, que tiene entre ceja y ceja un diploma olímpico en 3.000 obstáculos pero sueña con algo más, se interesa por los periodistas. "No van a poder pasar a la Villa. Nadie podrá contactar con vosotros porque si no estamos perdidos. Hay acreditados 30.000 y el COI tiene que controlar lo que está dentro de la burbuja. Eso plantea problemas con los fisios y técnicos de apoyo que no están en la Villa por problemas de espacio. Pero se alojarán en hoteles controlados por la organización y recibirán pases de día. El contacto con los periodistas será virtual, por videoconferencia. Los controles son duros, pero se trata de que el deportista entre sano y salga sano", resuelve Blanco.
Las autoridades niponas ya han vetado la asistencia de público extranjero en un país que registra una tasa de 30 infecciones por cada 100.000 habitantes a 14 días por las más de 180 de España. Y a finales de mes se decidirá qué pasa con el nacional, al que se le podría recomendar que no grite en las gradas. El Gobierno japonés, que se va a gastar unos 9.900 millones de euros en los Juegos (con el desembolso adicional por el retraso) podría perder unos 3.000 millones de forma directa, según un informe de la Universidad de Kansai, por celebrarlos a puerta cerrada. Pero el COI y las Federaciones Internacionales salvarán los derechos de televisión, su sustento.
El madrileño Carro plantea la cita como un mensaje de ilusión al mundo. "Van a ser los Juegos más importantes de la historia", refrenda Blanco. "Llevamos año y medio de locura. En 2020, 3.200 millones de personas estaban confinadas y se anuló casi todo. Que seamos capaces de organizar un evento con una audiencia de 3.000 millones y los mejores deportistas, es un canto a la esperanza. Si se puede organizar esto, se puede hacer cualquier cosa en el mundo empresarial. Va a ser una llamada de ilusión. Una luz. Serán los más seguidos de siempre", se atreve a pronosticar el presidente del COE.
"No me va a sorprender que no haya público, lo vamos a llevar visualizado. Lo mejor es amoldarse a la situación porque ha perjudicado o beneficiado a todos por igual. El deportista que mejor se haya amoldado a la situación será el que triunfe. Si te paras a pensarlo, te pasarán por un lado. Van a ser los Juegos que más recuerde el mundo entero. Habrá cosas muy buenas", apoya Lydia.
Lo que será una incógnita es el rendimiento, las marcas. Muchos rivales no se han visto las caras en más de un año. "Para eso no hay respuesta. Aunque viendo lo que está ocurriendo en los campeonatos, creo que España va a llegar en grandes condiciones. En el tiempo de la COVID-19 no todos han entrenado igual, hay países que pudieron aislar a sus deportistas. Pero ha habido tiempo para prepararse bien. Tengo sensaciones como no he tenido nunca", pronostica Blanco. Del techo de 22 medallas de Barcelona 1992 se ha pasado en los últimos ciclos a las 20 medallas en Atenas 2004, 19 en Pekín 2008, 19 en Londres 2012 (ya con la reasignación del bronce a Ruth Beitia por el dopaje de una rival) y 17 en Río 2016.
"España es el país europeo que más equipos ha clasificado y estamos a la altura de Australia y Estados Unidos. Además, no hay que olvidar a los diplomas. Más del cincuenta por ciento de nuestros deportistas estará entre los ocho primeros del mundo, y eso es un éxito", reflexiona Blanco. "Yo este año adicional lo he aprovechado para estar mejor. Un deportista se adapta a todo, cambias el chip y ya está", añade Niko, número uno en la clasificación mundial de todos los pesos.
Por último, un consejo de Blanco al cuarteto: "No leáis nada, no escuchéis a nadie... Comprad el periódico, pero guardarlo para después. Dedicaos sólo a entrenar. No se puede perder un minuto de concentración. Que nada os distorsione, porque escuchar noticias buenas con el coronavirus es difícil". Para neutralizarlas ya está él, al que todos agradecieron que ejerciera como escudo y bálsamo en los meses más duros. Cien días. Tic, tac. Tic, tac. El reloj corre.
PARÍS 2024: SEGUIRÁ LYDIA Y SEGUIRÁ BLANCO
Alejandro Blanco lanzó durante la charla un guante que recogió Lydia Valentín, que a sus 36 años pensaba en Tokio como en el punto final de su carrera olímpica. “El haber alargado un año este ciclo supone que a la vuelta de Tokio ya estaremos en París (los próximos Juegos serán allí, en 2024)... y eso va por ti, Lydia. Dos semanas después de Tokio comenzará la preparación y clasificación para París. Casi se van a juntar dos Juegos...”, soltó Blanco con complicidad a la Berciana. “Me gusta mucho esa reflexión. Si sigues tú también hasta París, yo sigo”, le contestó ella. “¡Seguro!”, contraatacó el presidente del COE, confirmando que se presentará a la reelección después de los Juegos para el que sería su quinto mandato. Tras los de Río 2016 anunció que sería su último ciclo, pero ha dado marcha atrás y no se atisban rivales en el horizonte.
“El olimpismo le debe muchas cosas a Lydia”, reflexionó Blanco, que pudo entregarle en 2019 en el COE la medalla de oro de Londres 2012. Allí, las tres rivales que la ganaron se habían dopado. La plata de Pekín tampoco la recibió en el podio. Pero en Río sí subió, por fin, a por el bronce.