JUEGOS OLÍMPICOS
Fukushima, entre la tragedia y la esperanza
La región del país en la que se produjo una explosión nuclear en 2011 será el inicio del recorrido por Japón de la llama olímpica de los Juegos de Tokio.
Este miércoles se cumplen 9 años de una de las peores tragedias de la historia de Japón, el accidente nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, que se unió al terremoto y el tsunami de aquel mismo día. Este año tiene un especial interés, tanto por la anulación de las conmemoraciones debido a la epidemia mundial de coronavirus como por el hecho de que Fukushima y otras zonas de la región tendrán un papel fundamental en los próximos Juegos Olímpicos. Desde Japón se contempla este evento como una oportunidad para regresar a la normalidad y ayudar a la reconstrucción de una zona que sigue teniendo muchos problemas casi una década después de la tragedia.
“Los Juegos de la reconstrucción”. Así vendieron los periódicos japoneses Tokio 2020 una vez se conoció su victoria. Por ello, desde el comité organizador, se insistió en que la zona del país golpeada por la tragedia tuviese un papel en los Juegos. “Tokio 2020 se comprometió a organizar eventos deportivos en esas regiones para demostrar la potencia unificadora del deporte y convertirlo en un símbolo del renacimiento de Japón”, declaró Masa Tayaka, portavoz del comité organizador. Entre estos eventos se encontrará el inicio del recorrido de la llama olímpica a su llegada a Japón, el 20 de marzo, y el alojamiento de las selecciones masculina y femenina de fútbol de Japón como base en el centro deportivo J-Village, a 20 kilómetros de Fukushima, y que sirvió como base para los obreros que habían participado en la descontaminación de la planta.
El esfuerzo no será únicamente deportivo, ya que se espera que, gracias a eventos como este, se estimule la economía y se reconstruya la reputación de la agricultura local, muy afectada por la catástrofe nuclear. Para ello, los organizadores quieren que algunos alimentos de la prefectura de Fukushima se incluyan en la dieta de los atletas en la villa olímpica de Tokio, y que también se incluyan flores de esa zona en los ramos que se entregan junto a las medallas.
Pese a esto, existen algunas dudas sobre si es seguro realizar estos eventos en Fukushima. Greenpeace, que publicará este mes un nuevo informe sobre radiación en la zona, recordó que sigue habiendo zonas radioactivas en algunos de los puntos por los que pasará la llama olímpica, como Iitate, Namie y Okuma, y se preguntó el peligro que pueden correr atletas y visitantes. “Fukushima sigue siendo una amenaza”, insisten.
Estos Juegos, “un sueño que puede darnos fuerza”, como declaró un portavoz del Gobierno, son la oportunidad para que el país pueda mirar hacia delante y la región de Fukushima vuelva a la normalidad. Nueve años después de la catástrofe, que fue un shock nacional de primer nivel, y con el fantasma del coronavirus acechando, Japón cruza los dedos para un anhelado éxito.