EUROPA LEAGUE (FINAL) | SEVILLA - ROMA
Mou, entre el Sevilla y la gloria
La Roma del entrenador portugués, que está inmaculado también en finales europeas, es el obstáculo para que los nervionenses levanten en Budapest su 7º título.
“Nadie la quiere como nosotros, nadie la necesita como nosotros...”. El enfervorecido discurso de Unai Emery después de ganar su tercera Europa League consecutiva, Quinta para el Sevilla, resonará una vez más en la pradera de Torokor, ese lugar que un día los romanos llamaron Aquincum y sobre el que se erige el moderno y majestuoso (63.000 espectadores) Puskas Arena de Budapest (sigue el partido en directo en AS.com). Roma vuelve este miércoles a tomar la capital húngara con hasta 30.000 tifosi... pero volarán, volarán banderas y sonarán las palmas de 12.000 sevillistas que nadie podrá imitar mientras a la orilla del Guadalquivir otro montón de miles corazones blanquirrojos se ilusiona con la llegada de la Séptima; con la enésima alegría durante este siglo XXI repleto de gloria que ni el más naif de los aficionados nervionenses imaginaba en sus albores, cuando el recordado presidente Roberto Alés manifestaba con una estoica resignación que “no había ni para balones”.
Nadie tampoco se atrevió a soñar que tanto se prolongaría la leyenda en 2006, cuando la Primera de Eindhoven aterrizó en las entonces polvorientas vitrinas, con poca y ennegrecida plata, de un Sánchez-Pizjuán acostumbrado a vivir décadas de travesía por el desierto, sin una mala Copa, ni siquiera una final con la que quitarse algo el hambre de grandeza. 17 años, seis finales y seis paragüeros (2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020) después de aquella noche mágica en el Philips Stadion, el ínclito José Mourinho y su Roma se interponen otra vez entre el Sevilla y un apetitoso trozo más de leyenda, alimentado este último episodio por una milagrosa resurrección obrada entre la mística de un club que sin duda quiere “como nadie” este título y el desembarco balsámico de un entrenador que nunca se vio en una más gorda. Pero también porque lo gordo, esta vez, lo han gestado él y su sentido común Made in Zaldibar.
Con 62 años y tras más de dos décadas ejerciendo en banquillos de todo pelo, José Luis Mendilibar se enfrenta esta vez al desafío más importante de su carrera y lo hace frente a otro entrenador, Mou, que tiene la libreta llena de muescas en forma de títulos de los campeonatos de media Europa y también continentales: cinco partidos decisivos (dos Champions, dos Europa Leagues y una Conference, el año pasado) ha dirigido el técnico portugués en torneos UEFA (aparte de las Supercopas) y todos ellos los cuenta también por victorias. Sevilla o Mourinho: sólo puede quedar uno.
Dueño del discurso y de los tiempos, Mourinho ha cerrado a cal y canto esta semana los entrenamientos de su equipo y también decretó el Silenzio Stampa en un intento de despistar con la titularidad y el estado físico de Paulo Dybala, el futbolista más talentoso de un equipo fuerte y acorazado, capaz de ganar muchas veces con el minimalismo de los grandes. A priori, la titularidad de Dybala se convierte en gran incógnita. Spinazzola, que también vuelve de lesión, parece más en forma.
Mendi ya sabe que no podrá contar con uno de los pilares de su once, Marcos Acuña. A ese lateral izquierdo apunta Alex Telles, recambio natural, con sólo saber que al técnico vasco no le gustan los experimentos. La otra mínima duda sobre la alineación sevillista aparece en la mediapunta: Suso u Óliver Torres se disputarán el rol de asistir de inicio a En-Nesyri. Juegue quien juegue, en Nervión se apela a la leyenda como mejor argumento para la victoria, una séptima victoria que confirme lo que todos sospechamos con la máxima lógica y un montón de indicios: que no sólo el Sevilla quiere como nadie a la Europa League. Probablemente, es la Europa League la que quiera ser levantada (¿otra vez?, sí otra vez) por el Sevilla.
