La era de los ‘pigs’ continúa: “No es casualidad que solo países mediterráneos ganen Euros”
La victoria de España alarga una tendencia del siglo XXI, en el que solo las naciones del sur de Europa han levantado el torneo continental.
12 años, que se dice pronto, han tenido que pasar para volver a ver a la selección española ganar una Eurocopa. La cuarta ha llegado gracias a un cambio de estilo de la mano de Luis de la Fuente, el nuevo ‘tiki-taka’ vertical y el nacimiento de nuevas estrellas. Somos campeones de Europa. Nosotros y los países mediterráneos. De hecho, lo llevamos siendo 24 años, porque la victoria de España alarga una tendencia del primer cuarto de este siglo, en el que nadie gana a los países del sur de Europa.
Ya en 2008, el fútbol español vivió el nacimiento de su generación de oro. Antes fue Grecia y después, Portugal e Italia. Todas sufrieron la crisis y el escarnio del Financial Times en un artículo en el que acuñó con las iniciales en inglés de Portugal, Italia, Grecia y España (Spain) el acrónimo PIGS. Pues bien, ya van más de dos décadas sin ganar a los ‘cerdos’.
De la P a la S, la era de los pigs
La primera en imponerse y la mayor sorpresa fue Grecia. Charisteas, Nikopolidis y compañía montaron un bloque compactísimo que se hizo con el título en Lisboa, con el gol del mencionado delantero heleno que supuso un triunfo para la G de los PIGS ante un jovencísimo Cristiano Ronaldo, cuya estampa llorando tras la derrota aún se recuerda.
En 2008 y 2012, España reventó la historia del torneo por casi todos los motivos. Fueron los primeros en ganar dos seguidas y además, con un nivel de juego notable con Luis Aragonés y Vicente del Bosque en el banquillo y una plantilla que formó la mejor generación de la historia del fútbol nacional. Primero fue Alemania. Cuatro años después, Italia, a la que ‘La Roja’ goleó.
En 2016, todo parecía ideado para Francia, pero Portugal se coló en la fiesta de Saint Denis. Llegaron a la final como mejores terceros y se llevaron su primer triunfo en una final protagonizada por la lesión de Cristiano Ronaldo, que casi ejerció de segundo de Santos.
La Euro 2020, celebrada en 2021, coronó al último de los ‘PIGS’: Italia, que eliminó a España en penaltis en semifinales. Hasta los once metros tuvo que ir también para volver a reventar otra fiesta local. Esta vez a Inglaterra, con Wembley listo para la celebración. Sin embargo, una serie de rebotes culminados por Bonucci dieron a Italia el empate y en la tanda de penaltis, Donnarumma se hizo gigante para revolcarse en el noble barro de Wembley tras parar varios penaltis.
En esta le ha vuelto a tocar a España, que, sin estar en la lista de favoritas, ha ido eliminando una a una a las mejores selecciones del continente. Desde el grupo de la muerte con Croacia e Italia, pasando por Alemania, Francia o Inglaterra, ante la que ‘La Roja’ celebró la última victoria deportiva del sur de Europa. El resto ya es historia.
¿Por qué nadie gana a los PIGS?
David Moscoso, Catedrático de Sociología y experto en deporte en la Universidad de Córdoba atiende a AS para intentar explicar esta tendencia. “La primera hipótesis que barajé es que hay un mayor número de futbolistas en estos países, por lo que hay una mayor cantera y, por tanto, más probabilidades de que esos jugadores emerjan mejor”.
La otra hipótesis que Moscoso manejó ante esta curiosa tradición es que exista mayor inversión pública o privada en el fútbol en los países del sur de Europa. Sin embargo, el experto en sociología deportiva pronto se dio cuenta de que era incorrecta “porque quién más ha invertido en fútbol en el último siglo ha sido la Premier League. Después, Francia, Italia, Alemania y, luego, España”. Entonces, ¿por qué nadie gana a los PIGS?
En la búsqueda por encontrar una razón lógica, David Moscoso se dio cuenta de una tendencia significativa. “Las ligas del sur de Europa son las que más exportan jugadores alrededor del mundo. Por tanto, tienen la oportunidad de estar compitiendo a un gran nivel durante todo el año y ser más polivalentes, lo que da lugar a una mejor cantera para formar parte de la Selección. Esto no ocurre por ejemplo en otros países. Los que más exportan jugadores de fútbol son Argentina y Brasil y en Europa son España, Croacia y Portugal. Sabiendo esto, te das cuenta de que esta podría ser una explicación, no sé si sociológica o técnica, pero de sentido común. Las casualidades no existen”, concluye el sociólogo, que descarta que esta tendencia sea “fruto de la fortuna”.
Crisis económica primero, Eurocopa después
Estos países no solo tienen al mar Mediterráneo como denominador común, pues todos ellos levantaron su respectivo título europeo tras ser azotados por una crisis económica. Cuando todo se devaluaba a nivel económico, el fútbol español encontró su generación de oro. Antes fue Grecia, también azotada por la crisis posterior a su triunfo en 2004 y después, Portugal e Italia. ¿Ganamos porque nos va mal en lo económico?
“La interpretación que hago de esto es que la industria del fútbol no deja de invertir, lejos de ser una industria que se retrae o trata de ser conservadora. Si LaLiga genera 7 u 8 millones de euros al año, revierte su valor en las federaciones territoriales. Así, se intenta mantener ese buen nivel y se sigue invirtiendo independientemente de la situación económica del país. A mi juicio, el hecho de que mantenga ese buen nivel también en periodos de crisis tiene que ver con esa dinámica de inversión. Además, con esa tradición popular y sociológica que hay hacia el fútbol, el nivel de exigencia por parte de los espectadores es altísimo”, analiza el sociólogo.
Lo de buscar la luz en tiempos oscuros y la ilusión en medio de épocas complicadas es una tendencia natural del ser humano. Y es que si hay algo que sí que ha vuelto a nacer en el país es un sentimiento de pertenencia por la Selección que no se veía desde hace más de una década. Y esto si que tiene relación con las crisis económicas.
En aquella generación de oro, este sentimiento llegó tras la crisis de 2008. Ahora, España ha vuelto a celebrar tras sufrir las consecuencias de la crisis del Covid-19 y la inflación por la Guerra de Ucrania. “En periodos en los que el ánimo social está más bajo como consecuencia de esas crisis, los aficionados se animan y se vuelcan más con la Selección cuando ven que su equipo responde a esa situación, lo que provoca una mayor ilusión”, explica David Moscoso.
La ilusión por la Selección ha vuelto
Hacía mucho que no pasaba. Tanto que las nuevas generaciones ni lo recuerdan. Futboleros y no tanto. Los que se han tragado los 51 partidos de esta Eurocopa y los que solo han visto uno. Enfundados en la misma bandera, los aficionados se volvieron a unir en una plaza para recibir a los campeones. Como aquellos Puyol, Iniesta o Ramos. Morata, Carvajal, Rodri y compañía han conseguido volver a crear esa ilusión por la selección nacional que parecía perdida. Una selección diferente, diversa y “del siglo XXI” .
Para Moscoso, la primera piedra que volvió a despertar este sentimiento la pusieron ellas, las futbolistas de la selección española: “El Mundial de fútbol femenino generó mucha ilusión en el país ya que desde Sudáfrica no lo habíamos ganado. Fue un entusiasmo y un chute de adrenalina sobre todo para los jóvenes que nunca habían vivido algo así. Ese entusiasmo todavía pervive y se ha reflejado ahora por la selección masculina de fútbol en la Eurocopa”.
Pero no solo fueron las futbolistas españolas, pues la empatía con este grupo “joven y multicultural” ha generado mucho apego entre las nuevas generaciones. Y es que la Selección es tan diversa como el propio país, un puro reflejo de la sociedad. Así, según el Catedrático de Sociología “al igual que la victoria del pasado Mundial supuso un debate público sobre la capacidad de las futbolistas de atraer al público.
En este caso está sirviendo para reivindicar la diversidad cultural, que forma parte de la imagen de la España del siglo XXI. Que los jóvenes que llevaban años sin ver a su selección ganar o que lo vivieron cuando tenían 5 o 6 años se identifiquen con la juventud y cultura de estos nuevos jugadores es esencial”.
Y ahora, ¿qué?
Este martes, los ciudadanos españoles han amanecido contentos. Al menos, la mayoría. De camino al trabajo, a la compra o a la piscina, en España se rememora el vídeo de la celebración de los campeones de Europa. Aunque, como lo bueno, si breve, dos veces bueno, los expertos avisan de que no durará para siempre.
Así, David Moscoso asegura que “son acontecimientos que se viven con mucha intensidad e ilusión, pero que no transforman el estado de ánimo de una sociedad de manera global, sino que lo hace de manera muy puntual. Recuerdo que en 2010 también me preguntaban esto cuando ganamos el Mundial y ya dije que la victoria de España es como un analgésico que dura 48 horas, porque al final volvemos a nuestra realidad con nuestras cosas buenas y cosas malas”.
El fútbol español lleva años sumido en escándalos, entre el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso o los casos de corrupción en la Federación. “El fútbol español estaba necesitado de alegrías, victorias como esta ponen en evidencia que hay algo positivo y que el equipo vuelva a transmitir estas cosas es un gran revulsivo”, asegura Moscoso. La cuenta atrás para volver a la normalidad ha comenzado, los culés dejarán pronto de elogiar a Carvajal y los madridistas de halagar a Lamine. Disfrutemos del analgésico mientras dure.
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