La guinda de Cazorla contra el milagro del Mirandés: solo uno asciende a Primera
El Oviedo, con su capitán de vuelta, busca el regreso a la máxima categoría 24 años después contra un rival que quiere hacer historia.
Es la lucha del mito contra el equipo más sorprende que se conoce. El epílogo perfecto a uno de los representantes de la generación dorada del fútbol español o el prólogo en la máxima categoría de uno de los proyectos más llamativos. Romanticismo clásico o nuevas aventuras. El Real Oviedo de Santi Cazorla o el Mirandés con el que nadie contaba (sigue el partido en directo en As.com).
Carbayones y jabatos se enfrentan esta noche en un Carlos Tartiere repleto hasta la bandera para dilucidar cuál es el último equipo que formará parte la temporada que viene de la Primera División. Gane quien gane, la cosa tendrá chicha: el histórico Oviedo lleva 24 años alejado de la élite y el Mirandés nunca ha formado parte de la misma.
Los visitantes parten con la ventaja del 1-0 cosechado en la ida en Anduva. Acertó Reina y Colombatto falló su penalti. Cuestión de detalles. Pero los azules tienen a su favor la mejor clasificación en la liga -acabaron igualados a puntos pero con mejor balance del Oviedo en los enfrentamientos directos- lo que otorga el pase si se iguala en el cómputo de goles tras la disputa de una prórroga. Ambos encuentran motivos para encarar la cita con optimismo.
Para el Oviedo es una cuestión de existencia. Una “obsesión”, como lo definió Lisci en la previa de la ida. Son demasiado años, dos décadas y media casi, sin jugar en Primera para un club de los considerados clásicos del fútbol nacional. En este paréntesis, la entidad asturiana coqueteó con la desaparición y la sorteó, en parte, gracias a los esfuerzos de una afición que nunca abandonó la nave. Son ellos los que sienten que es el momento de volver.
Cazorla comendará las operaciones sobre el campo, una vez que se ha repuesto de las molestias en la rodilla izquierda que le dejaron fuera del choque de Anduva. Apunta al once, aunque Paunovic podría reservar su concurso para el segundo acto. Sí parece claro que el Oviedo recuperará el sistema más empleado por el serbio, ese 4-2-3-1 que le disparó en la tabla, en vez del dibujo de tres centrales que abrazó en Anduva. Hoy se trata no tanto de anular al rival como de mostrar tus armas. Viñas también llega a la cita, aunque no al cien por ciento, y los azules solo tienen la baja segura de Lemos, lesionado de larga duración desde hace meses.
La ‘aldea rojilla’ ante un reto de Primera
Astérix y Obelix es el cómic más famoso del planeta tierra. Relata la historia de una pequeña aldea gala que resiste a la ocupación romana gracias a una pócima que otorga una fuerza sobrehumana a sus habitantes. Y algo así, pero en la vida real lleva sucediendo durante doce temporadas en la categoría de Plata con el Mirandés, aunque sin necesidad de brebajes mágicos. Trabajo, esfuerzo, solidaridad y confianza acompañan en el día a día a un club que sueña con un reto mayúsculo: conseguir el ascenso a la liga de los más grandes con 98 primaveras de historia a sus espaldas.
En una división plagada de clubes históricos y poderosos, la irreductible ‘aldea rojilla’ se ha permitido el lujo de soñar con el comandante Alessio Lisci a la cabeza. Una apuesta personal de la dirección deportiva que se ha consagrado en su segunda campaña en Anduva. El preparador italiano ha sabido dar forma y elaborar una poción perfecta con un grupo de jugadores que han puesto todo de su parte por hacer feliz a toda una ciudad.
Miranda y el Mirandés creen. Creen en un nuevo milagro del modesto y creen en el sueño perfecto porque los sueños pueden convertirse en realidad si uno quiere y se implica en el intento. Y ha quedado demostrado que la plantilla jabata no cejará en su empeño pese al ambiente que reinará esta noche en el Carlos Tartiere con 30.000 almas apoyando a un gran ejército. La gloria es para los valientes y este Mirandés quiere convertirse en leyenda.
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