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La carambola definitiva: un ascenso por tarjetas

En la apretada lucha en Segunda existe un caso en el que UD Las Palmas y Levante empatarían a todo y el ascenso a primera se decidiría por ‘fair play’.

12/03/23 PARTIDO SEGUNDA DIVISION 
LEVANTE UD - ALBACETE BP
ARBITRO
TARJETA AMARILLA
JORGE DE FRUTOS
ALBERTO IRANZODiarioAS

La última jornada de Segunda División ha hecho que las calculadoras echen humo por la extrema igualdad que existe entre los cuatro candidatos al ascenso directo: Granada (72 puntos), Las Palmas (71), Alavés (70) y Levante (69). Para los nazaríes (reciben al Leganés), un triunfo o un empate les mete en Primera directamente. Las Palmas y Alavés se enfrentan entre sí, con los canarios en mejor situación (le vale la victoria y el empate) que los vitorianos (necesita ganar). El Levante, por su parte, se mide con el Oviedo y lo tiene más difícil: necesita ganar y que el Granada pierda, porque aunque empataría a puntos, le superaría en el golaverage particular entre los dos, el primero de los criterios de desempate que figuran en el reglamento en caso de empate a puntos.

Los enfrentamientos directos es el más común de los criterios de desempate mientras que el segundo (en caso de igualdad en sus duelos), el de la diferencia de goles en el campeonato, tampoco es raro. Menos es el tercero, el de más goles anotados, mientras que verdaderamente extraño es el cuarto, si los tres anteriores no han roto la igualdad. Se trata del criterio del fair play, es decir, el que menos tarjetas tenga en el campeonato, y existe una posibilidad de que haya que echar mano de él: si Las Palmas y Alavés empatan a cero y el Levante gana al Oviedo por 5-0.

En ese remoto caso, Las Palmas y Levante empatarían a puntos (72), en los duelos directos (empataron 0-0 y 1-1 en Liga), en diferencia de goles (+20) e incluso en tantos anotados (49). Un extraño caso en el que Las Palmas también saldría ganando: ha visto 103 amarillas y tres rojas, por las 114 amarillas y cinco expulsiones directas del Levante. Pero sería la primera vez que algo tan importante para un club como es el ascenso a Primera en una competición tan extensa como una temporada (42 jornadas en Segunda) se decide por este criterio que sí se ha aplicado en torneos más cortos y no ha estado exento de polémica.

Japón, en el Mundial 2018

El caso más relevante y que levantó mucha polvareda ocurrió en el Mundial 2018. La fase de grupos tiene muchas más posibilidades de ver un caso en el que dos selecciones empaten a todo y el reglamento de FIFA también recoge este tipo de desempate. En el grupo H del torneo celebrado en Rusia, Japón y Senegal empataron a todo en la segunda posición: las dos selecciones terminaron con cuatro puntos, cuatro goles a favor y los mismos en contra. El fair play entró en juego y Japón se clasificó al ver cuatro amarillas (y ninguna roja) por las seis de Senegal. Hubo grandes críticas a esa forma de clasificación y hasta la FIFA aseguró que lo revisaría, pero en el pasado Mundial 2022 también se recogía.

El Eurorayo

Muy recordado es el caso del Rayo Vallecano en el año 2000, que se benefició del criterio fair play para ir a la entonces Copa de la UEFA. Fue una manera de la asociación europea de premiar a los equipos más deportivos, y no sólo se contabilizaban las tarjetas, también el comportamiento de los delegados, etc... De hecho, el criterio fue cambiando en diversas etapas, se premiaba a las federaciones, etc... Aquello duró 20 años, de 1995 hasta 2015, cuando se cambió por un premio económico. Hasta entonces, el Gefle sueco se aprovechó para jugar en Europa en tres ocasiones y el Manchester City, en dos. Sólo el Rayo se clasificó por este criterio en España.