Felipe Miñambres: dos años en el cargo y más de 40 operaciones
El director deportivo cumple un bienio en el Levante, tiempo en el que solo ha pagado por Bouldini y el club ha ingresado más de 25 millones de euros.
El 12 de febrero de 2022, Felipe Miñambres llegó a Valencia para tomar las riendas de la dirección deportiva del Levante. Durante sus dos primeros años en el cargo ha realizado 42 operaciones (20 fichajes y 22 salidas, varias de ellas en forma de cesión), en las que solo ha podido pagar traspaso por la incorporación de Mohamed Bouldini procedente del Fuenlabrada e ingresando más de 25 millones de euros en las arcas del club con la venta de jugadores.
Miñambres ocupó la vacante del binomio formado por Manolo Salvador y David Navarro, que fueron despedidos junto al entrenador Javier Pereira en la noche del 29 de noviembre por decisión del Consejo de Administración liderado por entonces por Quico Catalán, con el club sumido en una profunda crisis de resultados, colista de Primera División y con un complicado panorama para darle la vuelta a la situación.
Pese a ello, Miñambres, a su llegada a la estación Joaquín Sorolla, en vísperas del encuentro contra el Betis (el Levante sumaba 14 puntos en las primeras 23 jornadas, con únicamente dos victorias), lanzó un mensaje cargado de optimismo en plena tormenta. “Quiero ser parte de una gesta heroica”, aseguró el astorgano nada más pisar la capital del Turia, acompañado por el actual presidente, Pablo Sánchez, en la figura de consejero, y trayéndose consigo a su mano derecha, Ángel Medina.
Su primer movimiento fue la incorporación de Marcelo Saracchi, diez días después de hacerse con el cargo y una vez pasado el mercado de invierno, pues el lateral uruguayo recaló como agente libre al rescindir meses antes su contrato con el RB Leizpig. El último, la ampliación de contrato de Andrés García; más allá de la incorporación de Nikola Maras, vía cesión, en el mercado de enero como reemplazo de Ruben Vezo.
Durante su mandato, han pasado tres entrenadores por el banquillo granota: Alessio Lisci, heredado por decisión de Quico Catalán tras fulminar a la secretaría técnica y a Javier Pereira, Mehdi Nafti (la decisión más cuestionada desde su llegada) y Javier Calleja.
En su primer mercado de pleno derecho, ya en el verano de 2022, la labor de Miñambres pasó por tratar de apuntalar un proyecto que miraba con decisión el reto de regresar a Primera División, truncándose el sueño del ascenso primero por el golaveraje en favor de Las Palmas en la fase regular y más tarde con el cruel desenlace en la final del playoff frente al Alavés.
Así, más allá de retener piezas para tratar de cumplir el objetivo, tras la salida de una parte importante de la plantilla como agentes libres, como fue el caso de José Luis Morales, Miñambres le dio el banquillo a Nafti e incorporó a la plantilla granota a jugadores como Mohamed Bouldini (el único jugador por el que ha pagado traspaso hasta la fecha), Álex Muñoz, Joan Femenías, Rober Ibáñez, Charly Musonda y Fabrício Santos (todos ellos como agentes libres) y las cesiones de Vicente Iborra, Joni Montiel y Wesley Moraes.
En el capítulo de salidas, se traspasó a Enis Bardhi, Roger Martí, Gonzalo Melero y Mickael Malsa y salieron en forma de cesión Dani Gómez, Enric Franquesa, Álex Blesa, Fabrício Santos, Giorgi Kochorashvili y Toni Herrero.
Tras las primeras nueve jornadas, y con el equipo vagando sin rumbo por la clasificación, Miñambres fulminó a Nafti y desempolvó el carnet de entrenador durante dos jornadas antes de pasar el testigo a Calleja, con el desenlace anteriormente mencionado.
En su segunda temporada, todavía digiriendo el golpe del no ascenso y con la entidad sumida en una importante crisis, que se saldó con la salida de Quico Catalán con una deuda cifrada en 107 millones de euros, el astorgano tuvo que recalibrar el proyecto deportivo. Calleja siguió en el banquillo y los esfuerzos se centraron en sacar el mayor rédito a la venta de jugadores, con las marchas de Pepelu, De Frutos, Marc Pubill, Dani Cárdenas y Son. Mientras que Franquesa, Pablo Cuñat, Carlos Giménez, Carlos Benítez y Álex Cerdá hicieron las maletas como cedidos.
Pese a la estrechez económica, Miñambres incorporó prácticamente media plantilla en un mercado condicionado por la situación financiera, cerrando diez incorporaciones en verano: Oriol Rey, Sergio Lozano, Dela, Óscar Clemente, Algobia, Iván Romero, Carlos Álvarez, Andrés Fernández, Ander Capa (todos ellos como agentes libres) y la cesión de Álex Valle.
Sus últimos movimientos, en un mercado de enero que se preveía tranquilo en un inicio, y que culminó con unos últimos días agitados, fueron la marcha de Ruben Vezo, el central más caro de la historia del club que se marchó gratis al Olympiakos en un traspaso que conlleva ingresos a futuro por una serie de variantes desveladas por este diario, y la llegada de Nikola Maras. Además, también se incorporó, vía filial para no influir en el maltrecho Fair Play Financiero del primer equipo, al guardameta Alfonso Pastor, procedente del Sevilla.
En resumen, estos han sido los movimientos realizados por Felipe Miñambres desde que desembarcó en Orriols hoy hace dos años, donde firmó hasta junio de 2025. Con luces y sombras en su gestión, marcada por las limitaciones económicas del proyecto, el castellanoleonés asumió un reto complicado desde su gestación con el objetivo de devolver al Levante a la élite del fútbol español. Un desafío que, hoy en día, parece más una quimera.