Yoro ‘condena’ a Tchouameni
El pivote francés se antoja como revulsivo en el eje de la zaga junto con Militao y Rüdiger como ya hiciera la pasada temporada.
Con el giro de 180º en la operación Leny Yoro, el Madrid se ha quedado descolocado y cojo en una posición en la que ya la pasada temporada sufrió varios reveses. Cuando todo hacía indicar que el prometedor zaguero francés (18 años) iba a recalar en la disciplina blanca, Yoro decidió aceptar la oferta del Manchester United. Una oferta que consta de un contrato de cinco temporadas, con un salario de nueve millones de euros por cada una de ellas, mientras que el Lille, su equipo, se embolsará una cifra que rondará los 63 millones (50 de fichaje más otros 13 por diversas cláusulas) por vender sus derechos al equipo mancuniano.
Por su parte, el Real Madrid no quería pasar de 40 millones de euros: consideraba a Yoro todavía una promesa y esperaba que el jugador forzara su situación: acababa contrato en 2025, por lo que podía presionar para salir ahora o, si no, dentro de un año, o que presionara al Lille para que aceptara la oferta madridista. Al decantarse por la oferta inglesa, los blancos deberán buscar nuevas soluciones para la zona defensiva.
Ya el pasado curso, los blancos se vieron mermados en la zona defensiva. En la primera jornada de Liga, Eder Militao caía lesionado a los 55 minutos de haber comenzado la temporada liguera ante el Athletic. El zaguero brasileño sufrió la rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Estuvo varios meses de baja, hasta que 232 días después volvió a jugar con la elástica madridista: fue precisamente ante los bilbaínos cuando regresó a los terrenos de juego. El segundo fue David Alaba. El austriaco se lesionó jugando ante el Villarreal en diciembre: como Militao (y Courtois), sufrió una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Ambas lesiones fueron salvadas por Rüdiger y Nacho, que tuvieron una segunda parte de la temporada formidable. Otro que se turnó en esa demarcación fue Aurelien Tchouameni, y el que tiene todas las papeletas para volver a ejercer de zaguero. Incluso Carvajal jugó de defensa central. En cualquier caso, todo parece indicar que el Madrid contará esta temporada de nuevo en sus filas con Jesús Vallejo, quien podrá ser utilizado también por Ancelotti en caso de emergencia. Pese a que en un principio se barajaba su salida, el empeño del defensa en seguir de blanco tendrá éxito salvo sorpresa.
Pero volvamos a Tchouameni. Fue una decisión de Carlo Ancelotti la de apostar por el francés como central. Lo hizo en diez partidos, ocho de Liga y dos de Champions. Sus datos no son malos: con él de zaguero, los blancos no perdieron ni un solo partido. Ganaron siete y empataron tres. Dejó la portería a cero en cinco de los 10 partidos (la mitad, el 50%), los blancos marcaron 20 goles en Liga (mas cuatro en Champions), y sólo encajaron siete en Liga (más tres en Champions). Ahora, sin Nacho (rumbo a Arabia), sin Rafa Marín (Nápoles), Gila (Lazio), y a la espera del regreso de Alaba y ver si finalmente el club se decide a fichar un central, Tchouameni parte con todas las garantías de ser el central suplente de Militao y de Rüdiger. El bueno de Aurelien está ‘condenado’ por la decisión de su compatriota Yoro…
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