Simón: “Me gustaría jubilarme deportivamente en el Athletic”
El meta de Zuia, que cumple 25 años, muestra su fidelidad al equipo rojiblanco, “mi segunda familia”. Confiesa que no le gusta nada la fama.
Unai Simón, que hoy cumplía 25 años y festejó un día tan especial en la concentración de la Selección, concedió recientemente una entrevista en Zubia, la revista de Zuia, donde deja muy claro lo orgulloso que está de sus raíces: asume que si le preguntan de dónde es, contesta que de Zuia. Cuando empezó en el fútbol hablaban de ‘jugador vitoriano’ y les corregía. Aunque es muy conocido a nivel mundial, no deja de repetir que ha sido siempre “muy casero, muy del pueblo, de estar con mi gente”. De hecho, mantiene la cuadrilla de 20 amigos que labró en el colegio Virgen de Oro, gente que no olvidó al irse a Vitoria, al instituto.
El meta del Athletic repasa su carrera, su pasión por el deporte, hasta que se centró en el fútbol. Con seis años actuaba en el equipo local, luego pasó al Aurrera. Y con 14 tuvo que irse a Bilbao, un cambio enorme en su vida, “fue un gran impacto”. Su padre le visitaba varias veces a la semana para hacer más fácil la adaptación y su madre le ha inculcado “la importancia de la formación”, ahora suele interesarse por cómo va con los estudios de Administración y Dirección de empresas. Pasó por el cadete, juvenil... hasta que a los 21 años, el 20 de agosto de 2018, se estrena con el primer equipo.
La carrera de Simón ha ido a velocidad de vértigo. Hay que tener la cabeza muy bien amueblada para asumir todo lo que ha vivido en este corto período. El año pasado invirtió el verano en jugar la Eurocopa y los Juegos Olímpicos. “Siendo portero de la Selección, mediáticamente estás mucho más expuesto, te reconocen y atosigan un poco, pero es lo que tiene ser un personaje publico”, se resigna. “La fama no me gusta y no lo llevo muy bien, me gusta pasar de incógnito, estoy aprendiendo a llevar este tema lo mejor posible”, ahonda.
Considera el meta internacional que la mayor cualidad de un jugador en su posición es la preparación psicológica, “la capacidad mental es fundamental para asumir que el fútbol es un juego de errores y aciertos”. E insiste en la publicación alavesa que en San Mamés no deben temer por un tercer capítulo de espantadas tras las de Arrizabalaga o Remiro. Exhibe su enorme fidelidad: “Me gustaría seguir muchas temporadas, jubilarme deportivamente en este equipo, que para mí es mi segunda familia, por algo dicen que somos un club diferente”. De todas formas, en este mundillo nunca se puede decir de este agua no beberé: “Siempre he pensado que el mundo del fútbol profesional es muy caprichoso y nunca se sabe qué nos deparará el futuro”.