Una decena de fichajes para construir un equipo de Primera

El Girona ha sido el último equipo en sumarse a la Primera División, acabando la temporada bastante más tarde que el resto de equipos, por lo que ha tenido que retrasar su planificación 15 días. Evidentemente hay trabajo hecho, y se sigue haciendo, pero hasta hace una semana Quique Cárcel y toda la dirección deportiva del club no sabían si tocaba activar el Plan A o el Plan B. Finalmente las cosas salieron de la mejor manera posible en Tenerife, el equipo ascendió y se activó la planificación para jugar en Primera. Y hay mucho trabajo por delante.

Con el ascenso el Girona incorporará a una decena de jugadores. No es un número cerrado, podrían ser alguno más en función de cómo evolucione el mercado y las salidas, pero la intención de Cárcel es renovar a la mitad del equipo. La categoría exige jugadores de mayor nivel para no sufrir y, como es lógico, los recursos para acometer las incorporaciones no son los mismos. Se cuenta con los jugadores más importantes del curso, como Stuani o Arnau, pero la configuración de la plantilla está completamente abierta.

De hecho, en el anterior ascenso en 2017, el Girona incorporó a 13 jugadores. Una cifra que podría repetirse pues la intención de la dirección deportiva es reforzar todas y cada una de las parcelas del equipo. Se firmarán jugadores en todas las demarcaciones (portería, defensa, bandas, centro del campo y delantera) para darle al equipo un empaque que ahora mismo no tiene. Durante la 2017-2018 llegaron jugadores también para desenvolverse en todas las parcelas del campo, con un rendimiento desigual. Los fichajes fueron: Bernardo, Stuani, Gorka Iraizoz, Aleix Garcia, Timor, Muniesa, Olunga, David Luiz, Choco Lozano, Kayode, Planas, Marlos Moreno y Boulaya. Además, se firmaron varios jugadores con proyección para el filial, como Kevin Soni, Maxi Villa o Diaby, que finalmente no se asentaron en el primer equipo. Este verano habrá una revolución similar.