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ATLÉTICO

Riquelme frente al espejo

El canterano, cuya ‘mili’ con Míchel en Girona en la 22-23, le confirmó como un futbolista para la élite, nombre propio del Atleti cuando regrese la competición liguera.

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Riquelme, en una sesión del Atlético.
Atlético de MadridEFE/Atlético de Madrid

El parecido de Rodrigo Riquelme (Madrid, 2000; 24 años) con Griezmann va más allá de lo meramente futbolístico, en el desequilibrio, el regate, el tiro y el gol. Son similares también en lo físico. Tremendamente. Hay una anécdota que lo resume. Es del verano de 2019, cuando Griezmann iba a fichar por el Barcelona y, para tensar la cuerda y empujar al Atleti al acuerdo, comunicó a través de su abogado que no se presentaría en el Cerro del Espino para coger el autobús y comenzar la pretemporada en Los Ángeles de San Rafael aquel verano. No lo hizo el francés aquella tarde de domingo, 7 de julio. Al día siguiente, sin embargo, cuando amaneció en el campo de golf, primera sesión preparatoria, con el sol deslumbrando, muchos creían que tenían en sus cámaras la imagen de la semana, Griezmann de regreso, Griezmann en el Atleti. Rubio, desgreñado, delgado, guindilla. Pero no, los teleobjetivos revelaron que no: ese que creían Antoine era Rodrigo Riquelme.

Rodrigo Riquelme, en la pretemporada del Atlético en 2019.
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Rodrigo Riquelme, en la pretemporada del Atlético en 2019.EDUARDO CANDELDIARIO AS

Un Rodrigo Riquelme que participaba por primera vez en una pretemporada con el primer equipo, con el Cholo. De aquel verano quedaron para siempre varias fotos: un taconazo a Marcos Llorente para asistirle ante un combinado de estrellas de la MLS o su latigazo desde fuera del área para buscar el 3-1 del Atlético ante un rival como la Juventus, salpicado todo de personalidad y descaro. Medida aquella temporada, se marchó a Inglaterra, al Bournemouth de la Championship, en la primera de las tres cesiones que viviría antes de que Simeone, cuatro años después, cerrara la puerta a una nueva salida. Riquelme se quedaba, como Lino, para ser jugador del primer equipo de pleno derecho. Había conquistado al Cholo en la pretemporada. Y ahí Girona, el próximo rival del Atlético en la Liga, fue clave en ello.

Llegado al Atlético con diez años, tras pisar las canteras de Zaragoza y de Rayo, aquel paso por Inglaterra media temporada no cuajó (19 partidos, dos goles) como sí lo hicieron su paso por el Mirandés (39 partidos, ocho goles, 12 asistencias) en Segunda y Girona que suponía su debut en Primera. 35 partidos, cinco partidos y cuatro asistencias. “En pretemporada veíamos que estaba bien. Es un chico con ilusión, hambre, ganas de seguir creciendo. Hablamos con él contándole la realidad que tiene hoy en el equipo, con muchos futbolistas en su posición y que el crecimiento que estaba teniendo se iba a detener”, explicaba Simeone en la rueda de prensa anterior al Atlético-Girona de la temporada pasada, la 22-23, que suponía el regreso del canterano con otra camiseta al Metropolitano. “Se le veía que era futbolista de Primera División”, insiste Pablo Nozal, uno de los técnicos que tuvo en la cantera del Atlético, cuando llegó: se enfrentó con la directiva de la cantera rojiblanca entonces, dirigida por Julián Muñoz, por ponerle de titular, porque la apuesta del club era Salomon Obama, y en Riquelme no terminaban de confiar. Pero la raíz siempre termina encontrando el agua. Y el destino de Roro era la élite.

De Dani Fernández al Inter

La música que más le gusta es la de Dani Fernández, artista con casi dos millones de reproducciones al mes en Spotify, fiel rojiblanco y amigo personal de Koke. Humilde, trabajador, familiar y cercano, cala. Y juega donde Simeone le pone, aunque en la gran parte de sus partidos esta temporada en el Atleti no sea en su sitio, ese que Griezmann ocupa y en el que es más letal. Con la marcha de Carrasco, a Lino y a él les tocaba batallar por su carril aunque los dos sean en realidad jugadores de ataque. Ni siquiera en los seis partidos de baja del francés por su lesión de tobillo, el Cholo apostó por Riquelme en el sitio del francés, su sitio. De mediapunta solo ha disputado un partido de los 37 que ha jugado con la rojiblanca (tres goles, seis asistencias, 1.571 minutos, jugador número catorce de campo para el Cholo), pero ha mostrado su personalidad apabullante.

Otra foto. La vuelta de los octavos ante el Inter, esa ocasión fallada a portería vacía en el último minuto del partido que hubiese sido el pase sin necesidad de prórroga y penaltis. Cuando tocó la tanda, se dirigió al punto con paso firme y decidido. “No me ofrecí yo a tirarlo. El cuerpo técnico tenía una lista y cuando me he visto ahí he estado bastante tranquilo después de la que he fallado y lancé como si estuviera en un entrenamiento”, confesaría después en zona mixta, ante la prensa. Un fallo le hubiera sentenciado, quizá, un fallo sumado a aquel error al final de los 90 minutos. Pero lanzó impecable. Salió reforzado. Ante el Girona se mirará en el espejo. Partido especial. Puede ser uno de los nombres del duelo. Míchel bien sabe. Que Simeone tiene en Roro el futbolista más parecido a Griezmann en su plantilla. Y no solo en el físico.

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