Pol Lozano, el señor de los ascensos, firma el más singular de todos
Tras enlazar cuatro como futbolista entre Espanyol, Girona y Granada, ahora ha subido a Tercera Catalana como gestor del CF La Roca PBB, el club del que es socio Salvador Illa.


Esta próxima temporada cumplirá dos décadas en el Espanyol, lo que se dice pronto habida cuenta de que tiene 25 años. A pesar de las curvas de la recta final de Liga, ha podido Pol Lozano vivir este último curso con cierta tranquilidad, después de una increíble trayectoria, que le había llevado a convertirse en el primer futbolista de la Liga con cuatro ascensos consecutivos a Primera: el que protagonizó como perico en la 2020-21, cedido en el Girona una campaña más tarde, en 2023 a préstamo en el Granada y de nuevo con el Espanyol en la verbena de San Juan de hace justo un año, 2024.
Así que debía sentir que le faltaba algo en esta ocasión, y tal vez por ello al principio de la temporada decidió asumir la gestión de otro primer equipo. Concretamente, del Club de Futbol La Roca Penya Blanc-Blava, la localidad en la que reside, y que se encontraba ante una fecha especial: sus Bodas de Oro, puesto que fue fundado en 1975. El conjunto ‘roquerol’, como se le conoce, tiene como socio insigne al actual president de la Generalitat, Salvador Illa, perico y natural de La Roca del Vallès, donde además fue alcalde.
Pues bien. Por si no tenía Lozano suficiente con cuatro ascensos consecutivos como futbolista, hace unos días le añadió adrenalina desde la banda, sentado a escasos centímetros del banquillo, en el Municipal Fernando González Resina. Tras acabar segundo en el Grupo 9 de Cuarta Catalana (el equivalente a la décima división estatal) y de apear en la primera eliminatoria de promoción al Santa Eulàlia de Ronçana (con un resultado global de 8-5), se plantaba el CF La Roca PBB en casa con un 0-2 favorable en la ida frente al Martorelles B.
No estuvo exento de emoción el definitivo partido, la final, lo que demuestra que el corazón de Pol Lozano está a prueba de bombas. A los 25 minutos, el adversario ya había igualado la eliminatoria con un 0-2 que cayó lógicamente como un mazazo. Para colmo, al filo de la media hora le anulaban un gol a los locales, que por supuesto visten de blanquiazul.
Pero, alentados entre otros por el propio capitán del Espanyol, los jugadores de La Roca no se pusieron nerviosos y devolvieron por su senda la final por el ascenso, con goles de Guillem Anglada, Aleix Vilà y el definitivo 3-2 (y 5-2 en la eliminatoria) de Nil Cuenca, en el minuto 90, para que se desatara la euforia en el Fernando González Resina y, entre abrazos y gritos, acabara manteado Pol Lozano.
A su llegada al club vallesano, hace 11 meses, se había fijado como objetivo el ascenso a Tercera Catalana. Lo ha conseguido. Y seguro que su gestión no ha hecho más que comenzar.
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