Plan a medida para Koke
El capitán, instalado en el once y clave para el Cholo, reduce la carga de trabajo durante el parón. El objetivo es evitar lesiones y que llegue a tope a primavera. El retorno de Cardoso, fundamental


“Ojalá tenga en el Atlético una carrera tan larga como la de Koke”, dijo Giuliano el jueves en El Larguero, aunque bien podría ser el deseo de cualquier chico de la casa. El internacional argentino no ha empezado nada mal, 67 encuentros a sus 22 años, pero aún le queda largo camino por recorrer. Muy largo. Porque si nada se tuerce, el capitán, 33 años, jugará en Getafe (domingo 23) su partido número 700 con la rojiblanca. Koke vuelve a ser, un año más, una pieza fundamental en el esquema de Simeone y el técnico traza una hoja de ruta para no sobrecargar de minutos al centrocampista, que está acumulando esfuerzos por su gran nivel y por las necesidades del equipo. Y el parón está siendo parte de este plan para cuidar al capitán.
El equipo cerró este viernes la semana de entrenamientos y, como en las anteriores sesiones, Koke se ejercitó al margen. Así quedó regulado dentro del plan individualizado de trabajo que ha seguido el centrocampista en esta primera semana del parón. En principio, el martes, cuando el Atlético retorne al trabajo tras tres días de descanso, el vallecano se reintegrará con el grupo para empezar a preparar de forma más exhaustiva la visita al Coliseum. Es habitual que, a lo largo de la temporada, Luis Piñedo libere de carga de trabajo a determinados jugadores en momentos puntuales para evitar fatigas y lesiones.
Un calendario intenso en Liga y Champions
Es el caso de Koke. El capitán fue titular en todos los encuentros que jugó el Atleti entre el parón de octubre y este de noviembre. En total, seis, siete si contamos el amistoso en Libia en el que el 6 disputó los 90 minutos. Y especialmente intensa fue la última tanda, tres partidos en siete días (Sevilla, Union SG y Levante) en los que el medio acumuló 90, 62 y 90 minutos más respectivamente. Por todo esto, ante lo que le viene al equipo (tras Getafe tocan Inter, Oviedo, Barça, Athletic y PSV) y para que llegue enchufado a la primavera, hay que mimar al timón del juego rojiblanco.
Porque Koke se ha rebelado. El centrocampista estaba llamado a un rol más secundario. A un papel en el que el equipo necesitara más control del partido o para rotaciones en el centro del campo. Y a mediados de noviembre, la situación es opuesta. El canterano es el octavo rojiblanco con más minutos (963), el segundo entre los centrocampistas con los que se asocia y compite. Ha jugado menos que Barrios (1.204), pero más que Gallagher (545), que Baena (449), que ha estado lesionado y ha pasado en algunos tramos por el doble pivote, y que Cardoso (185), que también ha arrastrado problemas físicos. Y es este último quien tiene que empezar a sumar. El estadounidense no juega desde el 30 de agosto. Se ha sentado en el banquillo en los tres últimos encuentros tras dejar atrás un esguince de tobillo, pero sin saltar al campo. Cuando entre en la dinámica de jugar, servirá tanto para que él recupere sensaciones y acumule minutos, como para Koke tenga descansos.
“Me estoy divirtiendo mucho”
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“No tengo ningún secreto ni nada raro. Intento hacer lo que me pide mi entrenador y lo que necesita el equipo, como siempre hasta hoy. No han cambiado muchas cosas”, analizó Koke en la víspera del Atlético-Union Saint-Gilloise. El capitán confesó entonces también que vive un momento dulce: “Disfruto un montón. Me estoy divirtiendo mucho, me siento a gusto”. Él es una de las claves de este Atlético mandón que, por ejemplo, tuvo ante el Levante el 74,3% de la posesión (con 81 pases suyos) y en otras cuatro jornadas manejó el balón más del 60% del tiempo. Muchos argumentos para considerar clave a Koke y también para tratarlo con mimo.
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