SEVILLA - REAL MADRID

Revuelta en Nervión

Miles de aficionados secundaron la propuesta de Biris y decidieron no entrar al Sevilla-Real Madrid hasta el descanso. Protesta generalizada, solo interrumpida por un merecido homenaje a Suso.

La grada de Nervión, vacía ante el Real Madrid.
José A. Espina
Jefe de Sección de Diario AS en Andalucía. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla. Pegando teclazos desde 1998, durante toda una década en Madrid (2000-2010). Sevilla, Betis, Selección española y lo que se ponga por delante. Loco por el fútbol, guarda un poco de esa pasión para su otro deporte favorito, el tenis.
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Tétrica imagen la que ofrecían en el comienzo del Sevilla-Real Madrid las gradas del Ramón Sánchez-Pizjuán, parcialmente muy vacías y más tratándose de un encuentro de tanta enjundia, aunque ninguno de los contendientes tuviera nada serio en juego. Cuajó la propuesta que el grupo ultra Biris Norte y la Federación de Peñas habían hecho durante la semana para que los aficionados entrasen durante el descanso, como medida de protesta contra el Consejo.

Menos seguida fue la invitación a que la gente vistiera de amarillo, mismo color que llevan los ya famosos carteles que se ven en las gradas de Nervión durante los últimos meses en los que se pide la marcha del máximo dirigente. Aunque sí se percibieron muchos globos de ese color.

Varios miles de sevillistas permanecían durante el primer tiempo a la espera de que llegase el descanso para ocupar su localidad habitual en Nervión, mientras entonaban cánticos contra el presidente José María del Nido Carrasco, Júnior, y su directiva. El club tuvo el buen gesto de mantener las puertas abiertas durante todo el tiempo por si alguno quería entrar antes de que concluyesen los primeros 45 minutos.

Una gran cantidad de hinchas accedió durante el intermedio, aunque la entrada que ofreció la TV era la más pobre en LaLiga de toda la temporada: 22.500 aficionados. El club lo matizó después: finalmente, entraron 31.633. Todos ellos continuaron con fuerza la protesta contra Del Nido Carrasco con cánticos de “Júnior, vete ya” e incluso “Júnior, muérete”.

En el club hispalense existía gran miedo a un cierre del estadio si se producían incidentes en la grada que obligaran al colegiado Busquets Ferrer a detenerlo. Si eso hubiera ocurrido en más de una ocasión, el balear tendría que haber aplazado o suspendido definitivamente el juego y tanto Antiviolencia como Competición habrían dispuesto de la potestad para clausurar el recinto durante uno o varios encuentros, parcialmente o en su totalidad. Pero a pesar del numerito de la primera mitad, de los cánticos y de que se arrojaron muchos objetos durante el partido, Busquets no se vio obligado a parar el juego más allá de dos pausas para la hidratación, que pocos entendieron, porque no hizo calor para eso en Sevilla.

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En realidad, y con la connivencia de Caparrós, que sustituyó a Suso a 13 minutos del final, la grada interrumpió su rebelión para darle un merecido homenaje al extremo gaditano. Suso jugó sus últimos minutos en el Ramón Sánchez-Pizjuán pues abandona el Sevilla al final de esta temporada después de cinco años y medio en el club de Nervión.

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