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REAL MADRID | MARTÍN VÁZQUEZ

Martín Vázquez: “Cada uno teníamos características diferentes”

Rafael Martín Vázquez debutó en el primer equipo junto a Sanchís en aquel icónico partido en Murcia el 4 de diciembre de 1983.

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Martín Vázquez: “Cada uno teníamos características diferentes”

Rafael Martín Vázquez (Madrid, 58 años) fue, junto a Sanchís, uno de los dos integrantes de La Quinta del Buitre que debutó con el Madrid aquel icónico 4 de diciembre de 1983 en La Condomina contra el Real Murcia. Estuvo diez temporadas en el primer equipo, divididas en dos etapas, en las que jugó 343 partidos y marcó 47 goles. Conquistó 15 títulos y la histórica Liga de Segunda con el Castilla en la 1983-84. Este es un extracto de la entrevista que se puede escuchar en el podcast Mi recuerdo de La Quinta, de AS Audio. AS TV también ha estrenado el documental La Quinta del Buitre, cuando el fútbol era arte.

En el último año de su primera etapa metió 14 goles en Liga. Fue el máximo goleador del equipo por detrás de Hugo Sánchez y por encima de Butragueño... Yo pensaba: ¿Cómo es posible que este hombre se nos vaya a ir?

Las cosas que pasan. De esas cosas que aún hoy en día no te las explicas...

Se dijo que el Madrid no quería igualar la oferta del Torino.

En noviembre [de 1989] nos reunimos el presidente [Ramón Mendoza], mi padre y yo. El club me ofrecía cinco años y yo quería tres. Cuando tenemos todo apalabrado, acordado, suena la puerta: “Presidente, que le llaman al teléfono”. Cuando vuelve es como si le hubieran transformado. Entró muy nervioso: “Oye, de lo que hemos hablado nada de nada. Si quieres la mitad, bien”. Como lo cuento.

¿Y no sabe con quién habló?

Nada. Eso no lo sabremos nunca. Y luego surgió el interés del Torino y di mi palabra de que iba allí, sin firmar nada. Al final de la temporada tuve una reunión con otro equipo, que me ofrecía bastante más, y me fui al Torino. Creo que el Madrid pensó que yo no me iba a ir. ¡Quién pensaba que yo me iba a ir al Torino y al segundo año iba a enfrentarme con el Madrid en la UEFA, que no la jugaba nunca!

¿Ese otro equipo era el Barcelona?

No, al Barcelona no me hubiera ido en la vida.

La afición tiene una visión distorsionada de lo que pasó.

Eso fue así y ya está.

“Nunca tuve ningún problema con Ramón Mendoza; fue un presidente buenísimo para el Madrid”

Rafael Martín Vázquez, jugador de La Quinta del Buitre.

¿Cómo fue volver a ver a Mendoza dos años después?

Yo con Ramón siempre tuve una relación muy buena. Yo con él nunca tuve ningún problema. Fue un presidente buenísimo para el Madrid. Hicimos borrón y cuenta nueva. Volví y fenomenal.

Usted era más de jugar que de ver partidos.

Y de hecho hoy día también. Desde pequeño. Yo dormía con el balón. Donde de verdad empecé a jugar más fue en los Escolapios de Pozuelo. Ahí había competiciones y empecé jugando al fútbol sala.

Ahí jugó el torneo de Televisión Española, como Pardeza.

Correcto. Él estaba en La Palma del Condado.

¿Llegaron a enfrentarse?

No, ellos llegaron a la final y nosotros caímos en la previa.

Quién diría que de ese torneo iban a salir dos de La Quinta.

Imagínate para un chaval salir en la tele, como loco. Yo antes de entrar en el colegio le volvía loco a mi padre: “Que quiero ir al Madrid”. Era muy pesado. Un día, yo tendría ocho años, me llevó. Dijeron que era muy pequeño. Luego me convoca la entonces Federación Castellana para hacer en Cotorruelo unas pruebas para la selección regional. El seleccionador era Laborda, que era del Real Madrid. Somos campeones de España. Yo jugué poco, porque todos eran un año más mayores, y es cuando él me dice: “El año que viene estás conmigo en el Real Madrid, en el Infantil”. Ahí fue cuando mi padre me dijo: “¿Estás seguro de que quieres ir al Madrid?”. Y yo: “Sí, sí”. “Tú sabes que ahí están los mejores. Lo mismo no juegas”. Y le dije: “Bueno, eso será problema mío”. Así fue como entré.

El partido de Copa juvenil que pasa a la historia es el del 83 contra el Barça en la antigua Ciudad Deportiva en el que le metéis ocho. Ya estaban Sanchís, Pardeza y usted. ¿Ahí veía que iba a triunfar?

No, porque en aquella época no se veía el fútbol como ahora. Pensaba en divertirme. Cuando me dicen de ir a la pretemporada con el Castilla fue un sorpresón, porque me quedaba un año de juvenil. Fuimos a Cabeza de Manzaneda (Ourense), con Amancio de entrenador. Yo pensaba que hacía la pretemporada y luego volvía al Juvenil.

No pensaba que era para quedarse...

A la semana me tuerzo el tobillo. Amancio dice: “Que se vaya para Madrid”. Y Antonio Acedo, el masajista, le responde: “Que se quede aquí, que yo lo recupero”. Ese detalle de haberme quedado allí cambió todo. Me quedé y fui titular. El equipo era una gozada por cómo jugábamos.

Ahí ya estaba Míchel.

Claro, todos. Míchel, Butragueño, Pardeza, Sanchís... Había un equipazo. Y en diciembre, debuto con el Madrid.

Y Di Stéfano le dice: “Véngase para Murcia”. Todo en cinco meses. De Acedo se puede decir que fue clave en su carrera.

Siempre hay pequeños detalles que marcan.

Siempre hablamos del Castilla aquel de La Quinta del Buitre pero, curiosamente, sólo hubo cinco partidos en los que jugasen los cinco.

Y en el primer equipo tampoco coincidimos tanto. Sanchís, Butragueño y Míchel sí jugarían muchos partidos juntos. A mí me costó, hasta el 87 no fui titular. En el partido de Copa de Europa en Alemania [contra el Bayern, el 8 de abril de 1987] Juanito le pisa la cabeza a Matthäus y le sancionan. Faltando dos o tres meses, acabo de titular. Si no ocurre eso, yo no hubiera seguido en el Madrid, seguramente me habría ido al Atlético.

¡El Atleti le quería en aquella época!

Sí, y el Barça también. Fíjate. Las circunstancias de la vida. Esa es la temporada del playoff [1986-87] y hacemos ese final de temporada espectacular. Entonces ahí renuevo tres años más, hasta el 90.

Una alineación del Castilla en la temporada 1983-84, en la que se proclamó campeón de Segunda División. En la fila de arriba: Juanito, Ochotorena, Francis, Pérez Durán, Martín González y Míchel. En la fila de abajo: Butragueño, Martín Vázquez, De las Heras, Sanchís y Pardeza.
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Una alineación del Castilla en la temporada 1983-84, en la que se proclamó campeón de Segunda División. En la fila de arriba: Juanito, Ochotorena, Francis, Pérez Durán, Martín González y Míchel. En la fila de abajo: Butragueño, Martín Vázquez, De las Heras, Sanchís y Pardeza.

¿Ustedes eran conscientes en el Castilla de que se habían convertido en un fenómeno social? Iba más gente a ver al Castilla que al Madrid...

Éramos conscientes de que la gente estaba entusiasmada con el equipo, pero no piensas en eso.

Usted y Sanchís viajan a Murcia y se pierden el partido contra el Bilbao Athletic con el Bernabéu lleno.

Me jodió un huevo. Y estamos hablando de debutar con el Madrid. Fíjate el sentimiento con ese Castilla. Fue una época maravillosa. Disfrutabas jugando al fútbol. ¿Sabes lo que es llegar a ese vestuario por la mañana dos pipiolos y entrar ahí?

Juanito, Santillana, Camacho, Stielike... Palabras mayores.

Ahí no podías abrir la boca.

¿Ellos les decían algo?

Nos acogieron de maravilla. Juan era muy cercano. No te puedes imaginar aquello. Luego me tocó en la habitación con Isidro y el debut.

Martín Vázquez y Sanchís, el día de su debut con el Real Madrid.
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Martín Vázquez y Sanchís, el día de su debut con el Real Madrid.FOTO ASDiarioAS

Además fue titular, no es que saliera 20 minutos...

Jugamos los dos de titulares. Afortunadamente, salió bien. Ganamos el partido 0-1 con gol de Manolo. Mejor debut imposible.

¿Di Stéfano habló con ustedes antes del partido? ¿Qué les dijo?

Era muy parco en palabras. “Chavales, tranquilos. Salid, disfrutad y jugad como sabéis”.

Y ya se quedaron...

Y luego subió Pardeza a los pocos días y Emilio [Butragueño] en febrero en Cádiz.

El Castilla ganó esa Liga en Segunda.

Lo que nos dio muchísima pena fue caer contra Las Palmas en Copa. Eliminamos al Valencia y al Betis, dos equipazos de Primera.

Y están a punto de ganar la Liga con el primer equipo.

Perdemos la Liga por la diferencia de goles particular con el Athletic de Clemente. Habíamos empatado (0-0) en casa en la primera vuelta y en la segunda nos ganaron (2-1) en San Mamés con un gol de Dani.

Luego llega Amancio.

Ese año no pude hacer la pretemporada, porque estaba haciendo el campamento de la mili en Móstoles. Yo hice la mili voluntario porque el Madrid tenía unos contactos en el cuartel general de Cibeles para que te dieran facilidades. Tengo la mala suerte de que cambian al coronel de la agrupación y ponen a uno nuevo al que no le gustaba el fútbol para nada. Entonces, hasta que yo tengo un estatus como el que se preveía, pasan dos o tres meses. Eso me trastocó mucho esa temporada.

En el 87 ya sí que entra en ese centro del campo con Míchel, Jankovic, Martín Vázquez y Gordillo y en el que luego en su última temporada entró Schuster por Jankovic. Ahí ya se sintió titular con el Madrid y fue a la Eurocopa de Alemania 88 con la Selección.

A partir de ahí va todo más o menos rodado.

Aquel equipo gana cinco Ligas seguidas, pero la Copa de Europa se les atraviesa. Lo del PSV fue un fenómeno paranormal.

Nosotros deberíamos haber hecho más. El partido de vuelta yo creo que es la mayor decepción para todos.

“Merecimos una Copa de Europa, pero a nosotros como grupo no nos quedó ningún trauma”

Martín Vázquez, sobre la competición que se le resistió a La Quinta del Buitre.

Tuvieron muchas ocasiones y llegaron a desesperarse, porque la verdad es que en la vuelta ustedes jugaron bien.

Merecimos una, pero a nosotros como grupo no nos quedó ningún trauma. Y luego está la diferencia entre la Copa de Europa de antes y la de ahora: antes sólo la jugaban los campeones y a eliminatorias desde la primera ronda. Nosotros en la 89-90 en la segunda eliminatoria nos toca con el Milan. Es la temporada de los 107 goles con Toshack y yo estoy convencido de que si en vez de en noviembre nos toca en marzo, otro gallo hubiera cantado.

Ustedes han entrado en el santoral de los madridistas. Aunque no ganaran la Copa de Europa se dice que quizás hicieron el mejor fútbol que se haya visto en el Bernabéu.

Para nosotros no hay mejor satisfacción que la gente se acuerde y más con todo el tiempo que ha pasado. Esa gente aún hoy en día te lo recuerda. “Oye, que no nos podíamos perder los primeros diez minutos en el Bernabéu porque a lo mejor ibais 2-0 o 3-0″.

Martín Vázquez, con el Torino.
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Martín Vázquez, con el Torino.

Juanito muere al regresar de un Madrid-Torino que usted juega con los italianos. ¿Qué habló con él aquella noche?

Poco. Después del partido vino al vestuario, estuvimos un rato hablando y nos dimos un abrazo. Se le veía muy ilusionado como entrenador. Nosotros regresamos a Turín esa misma noche. En casa estaban mis padres. Mi madre tenía la costumbre de poner Radio Nacional. Yo estaba en la cama, ella pegó un grito y me levanté. No me lo podía creer. Fue tremendo.

Usted gana la Copa de Europa con el Olympique de Marsella. Juega la eliminatoria contra el Glentoran norirlandés y marca dos goles. ¿Le dieron la medalla como campeón?

Jugué esas dos eliminatorias, marqué y luego ficho por el Madrid. De hecho, cuando vuelvo no me pueden inscribir para jugar la Copa de la UEFA. Nunca me ponen esa Copa de Europa. Sinceramente, no me siento partícipe al 100% de ganar una Copa de Europa, pero lo soy [campeón de Europa].

Una vez Amancio dijo algo que muchos compartimos, que usted era técnicamente “el mejor de los cinco”. ¿Se da por satisfecho con su carrera o piensa que podía haber sido más en el fútbol?

Agradezco esas palabras y más si vienen de compañeros, que es lo que le da más valor. Cada uno de los cinco tenemos características muy diferentes. No se nos puede comparar. El único, por posición, con Míchel, pero aún así somos muy diferentes. Para mí Emilio [Butragueño] es irrepetible. Lo que hacía dentro del área... Yo siempre he sido una persona muy exigente conmigo mismo y creo que podía haber sido mucho más. Hay dos factores que influyeron mucho en que yo no fuera más de lo que fui. Uno de ellos es que tuve muchas lesiones y no tuve continuidad. Y otra, mi carácter: yo no anteponía el lucimiento personal al lucimiento colectivo. Por poner un ejemplo: a mí Toshack me decía que no bajase de medio campo. Me preocupaba más de medio campo para adelante, por eso metí más goles. Sin embargo, anteriormente yo estaba atrás defendiendo cortando un balón y no me daba tiempo a llegar arriba. Esa labor que tú haces de trabajo sucio lo aprovecha otro compañero que se queda en una posición más adelantada. Pero a mí eso no me importaba, era más feliz así.

Eso no se lo va a quitar nadie. ¡Y lo felices que nos hicieron a todos los que íbamos esos años al Bernabéu!

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