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REAL MADRID | 40 AÑOS DE LA QUINTA DEL BUITRE

Míchel: “La Quinta del Buitre está en el cariño de la gente”

El centrocampista repasa su trayectoria en el Real Madrid, cómo vivió el debut de sus compañeros Sanchís y Martín Vázquez y el poso que dejó aquella hornada de jugadores en toda una generación de madridistas.

Actualizado a
Míchel: “La Quinta del Buitre está en el cariño de la gente”

José Miguel González Martín del Campo, ‘Míchel’ (Madrid, 60 años), fue el integrante de La Quinta del Buitre que tuvo una carrera más prolífica en el Madrid. 12 temporadas y 561 partidos antes de poner fin a su carrera tras un año en el Atlético Celaya de México. Ahora es el entrenador en Al Qadsiah, equipo de la segunda división de la emergente liga de Arabia Saudí. Este es un extracto de la entrevista que se puede escuchar en el podcast Mi recuerdo de La Quinta, de AS Audio.

Se cumplen 40 años...

¿Ya?

Sí, 40 años del debut en La Condomina de La Quinta del Buitre, una generación que, pese a no ganar la Copa de Europa, es recordada entre los grandes Madrid de la historia. Dejaron huella...

Es un magnífico recuerdo y una magnífica enseñanza. No ganamos la Copa de Europa, pero estamos en el cariño de la gente. Lo más satisfactorio personalmente de aquella época es ahora que han pasado 40 años y la gente sigue parándonos por la calle diciéndonos cosas tan entrañables como: “¡Qué felices nos hicisteis!”. Y respondo: “Y vosotros a mí”. Es una enseñanza de lo que es la historia de un club.

LaLiga EA Sports 2023/2024

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1Real Madrid381221
2Girona381221
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*Datos actualizados a fecha 4 de diciembre de 2023

Usted llega a la cantera del Madrid con 13 añitos. Su padre conocía a Joaquín Peiró e iba a meterle en el Atleti, pero al ver lo bueno que era...

No pensaba que era bueno. El director de la cantera entonces había sido entrenador suyo y él pensaba que era una manera seria de, como se decía entonces, estar federado.

Pero el caso es que le dice que es un chaval que puede jugar en el Madrid.

Hice una prueba en La Chopera y me cogieron, cosa que me sorprendió.

Y estuvo más de 20 años en el Madrid.

Yo era un niño y me fui siendo un tío. Cualquier cosa que me pasa ahora en mi vida lo he aprendido ahí. Ha sido una parte de formación y de educación muy grande para mí.

Hay un escaparate en el que se empieza a hablar de usted que es el famoso torneo de Mónaco en el que lo nombran como gran promesa del fútbol europeo. Ahí se empiezan a dar cuenta de que tienen un diamante.

Pero eso pasa frecuentemente en las canteras. En la actualidad, y siempre, el Real Madrid tiene una cantera que siempre gana títulos. Lo complicado es el paso en la transformación de ser un chaval a un futbolista profesional, porque tienes que moldearte. Y eso no se hace si no tienes realmente ilusión y vocación por ser futbolista. Y, por supuesto, si te toca en el Real Madrid, qué bien. Yo se lo digo a mucha gente: eso es algo que no lo puede vivir tanta gente. Y entonces es algo inexplicable.

Míchel gesticula durante la entrevista en la que compartió con Roncero sus recuerdos de La Quinta del Buitre.
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Míchel gesticula durante la entrevista en la que compartió con Roncero sus recuerdos de La Quinta del Buitre.Javier Gandul

Siendo honestos, el primero de La Quinta que debuta es usted en Castellón en abril de 1982 por aquella huelga de futbolistas.

El Madrid se estaba jugando el título...

Y usted marcó.

Marqué, sí.

Aunque sea con esa coyuntura, es un partido oficial. En realidad usted debuta antes que Martín Vázquez y Sanchís.

Pero se engloba al grupo de futbolistas. Y que Di Stéfano se llevara a Manolo [Sanchís] y a Rafa [Martín Vázquez] con 18 años recién cumplidos a jugar y encima tuvieran protagonismo es muy llamativo. Y eso hace que la efeméride esté ahí.

Foto coloreada del debut de Míchel con el Real Madrid, contra el Castellón en abril de 1982.
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Foto coloreada del debut de Míchel con el Real Madrid, contra el Castellón en abril de 1982.

¿Usted qué recuerda del partido contra el Castellón?

Yo estaba en el Castilla. Vino lo de la huelga, tenía que jugar el filial y nosotros jugamos. Tenía 19 años recién cumplidos. Y recuerdo de ese día que me llamó mucho la atención que íbamos jugadores del Castilla pero tratados como jugadores del primer equipo. Viajamos en avión, el hotel...

Le tocó tirar un penalti.

Marqué. En el Castellón jugaron futbolistas amateur y otro cuatro o cinco profesionales, uno de ellos Planelles, que había jugado en el Madrid. Y el portero, Racic, era profesional y tuve que tirarle. El otro día vi el penalti en un vídeo en YouTube y pensé: “¡Qué grande era ese tío!”. Para mí eso fue un penalti gordo.

“El hecho de que un jugador del Castilla subiese al primer equipo, jugase y le fuese bien era una gran noticia para todos; salté cuando marcó Sanchís”

Míchel, sobre el debut de Martín Vázquez y Sanchís.

Martín Vázquez y Sanchís son más jóvenes, pero debutan antes. ¿Cómo llevó usted aquel proceso, viendo que no le subían?

Era un acicate. No sólo era una motivación, sino que además no existía nada de envidia. Somos amigos. El hecho de que un jugador del Castilla subiese al primer equipo, jugase y le fuese bien era una gran noticia para todos. Se mostraba el valor y la capacidad que tenía esa cantera. Y fuimos campeones de Segunda, que tampoco es algo que se haya repetido.

¿Di Stéfano le dijo algo de por qué no le subía?

Me lo comentó mucho después. Ya no era entrenador y me dijo: “Yo no te subí, pero eres al que más quería” (risas). Él sabe que yo nunca le he tenido rencor. Entendía su decisión. En la posición en la que yo jugaba estaban Ricardo Gallego, Lozano, Stielike, Vicente del Bosque. Jugadores excepcionales. Era imposible que pensase en mí. Cuando yo voy en verano a hacer la pretemporada con el primer equipo, pensaba: “Si es que no me van a conocer”. ¡Qué papelón!, ¿no? Al primero que me encontré en el Bernabéu fue a Stielike y me dijo: “¿Qué pasa, Míchel? ¿Cómo estás? Vienes preparado, ¿no?”. Luego te sentabas a comer de cuatro en cuatro y yo vi que había una mesa libre en la que estaban Ricardo Gallego, Camacho y Juanito. Camacho me llamó con un gesto: “¿Qué pasa? ¿Qué no quieres comer?”. Eso era un proceso natural.

“Amancio detectaba con mucha facilidad jugadores válidos para el Real Madrid”

Míchel, sobre su entrenador en el Castilla y en el primer equipo.

La prueba de que asumió esa tardanza es que empezó bien.

El entrenador que había confiado mucho en mí en el Castilla [Amancio] subió al primer equipo. Él sabía de nosotros, nos dio muchas oportunidades... Amancio detectaba con mucha facilidad jugadores válidos para el Madrid, muy similar a lo que luego fue Molowny. Detectaba los jugadores que eran válidos para el Madrid y después sabía valorarlos y ponerlos a jugar.

En una de las remontadas contra el Inter, en las semifinales de la UEFA 84-85, usted marcó el gol definitivo.

Era uno de los primeros partidos de Molowny. La semana anterior habían destituido a Amancio y al terminar el partido yo llamo a Amancio y le digo: “He empezado a meter goles y a hacer grandes partidos cuando usted no está”. Y me dice: “Pero eso yo te lo agradezco porque es una confirmación de que no me equivoqué contigo”.

¿Cómo vivieron ustedes desde el Castilla el debut de Martín Vázquez y Sanchís en Murcia? Ambos son titulares y Manolo marca el gol de la victoria...

Era una tarde de domingo, yo había jugado con el Castilla y me quedé en casa para escuchar el partido por la radio. Salté cuando Sanchís marcó. Me llevé una gran alegría. Luego ellos bajaban a jugar partidos de Copa del Rey con nosotros.

“En el Castilla el gran secreto es que era una diversión. La gente se enganchó”.

Míchel, sobre el filial campeón de Segunda que en la 1983-84 llenaba el Bernabéu.

¿Cómo fue aquel año con el Castilla llenando el Bernabéu?

Para nosotros, el gran secreto es que era una diversión. No lo veíamos como algo de responsabilidad. Nos llamaba la atención que la gente nos conociera. El día del Atlético Madrileño estábamos en el vestuario y escuchábamos mucho ruido. “¿Qué está pasando?”. Al llegar al túnel del vestuario Emilio [Butragueño] me decía: “¡Cómo está esto!”. Encima ganamos 6-1. La gente se acuerda 40 años después. Se enganchó.

En ese Castilla había un centro de campo de época: Míchel, Sanchís y Martín Vázquez.

Pero era curioso, porque jugábamos en posiciones diferentes a las que luego jugábamos en el primer equipo. Sanchís entonces, cuando subió al primer equipo jugó en la banda derecha de centrocampista. Yo en el Castilla era organizador, como era Casemiro. Y cuando llegamos al primer equipo a mí me ponen en la banda izquierda, a Manolo de central... Ser versátil era un ejemplo de la cantera del Madrid. Siempre hay una competencia con el Barça, también en las canteras. El canterano del Real Madrid juega en cualquier posición y al del Barça le cuesta más, tiene que encontrar el hábitat, son mucho más específicos. Si miras la importancia de los jugadores de la cantera del Madrid a lo largo de la historia en diferentes equipos es bastante grande.

“El canterano del Madrid juega en cualquier posición, al del Barça le cuesta más”

Míchel, sobre la filosofía de ambas canteras.

Ese equipo hizo algo que no se ha repetido: ganar cinco Ligas seguidas. En la última, en la que ganaron en Valladolid con un empate 0-0, usted dijo una frase que con el tiempo ha cobrado mucha vigencia: “El día que no ganemos una Liga, la afición valorará lo que cuesta ganar una Liga”.

De hecho ni lo celebramos. Llegamos de Valladolid y nos fuimos a la Selección para preparar el Mundial de Italia. Era otro contexto, absolutamente. Entonces tenías que ganar todos los partidos porque sólo iba a la Copa de Europa el campeón. Un día se lo decía a Sergio Ramos, que obviamente ha ganado más Champions que yo, pero menos Ligas. El Madrid de esas Champions que ganó Ramos sólo había sido campeón de Liga en una. Yo hubo una temporada en la que jugué 82 partidos, había dos cambios... El entrenador no podía permitirse las rotaciones, tenías que jugar siempre. Mucha gente me pregunta si nos ovacionaban mucho cuando nos sustituían y yo digo: “Bueno, es que a mí no me sustituían...”.

Míchel, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de la UEFA 1985-86 contra Neuchâtel Xamax suizo.
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Míchel, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de la UEFA 1985-86 contra Neuchâtel Xamax suizo.

En la famosa Copa de Europa de 1988 justo les elimina el PSV, que era el más ‘sencillo’ de los rivales que les tocaron. Y encima sin ser derrotados en ninguno de los dos partidos.

Ahora con dos empates no nos echarían. Esa temporada estábamos en la playa de vacaciones, hicieron el sorteo de Champions y nos tocó el Nápoles. Las dos siguientes eliminatorias nos tocan los finalistas [Oporto y Bayern] del año anterior. Ganamos aquella Liga, pero caemos en semifinales de la Copa de Europa y parece un fracaso.

“En 1988 ganamos la Liga, pero caemos en semifinales de la Copa de Europa y parece un fracaso”

Míchel, sobre la no celebración del título conseguido en Valladolid.

El Madrid siempre ha sido un club más de jugadores que de entrenadores.

Yo comparo nuestra época a la de los Galácticos, que nunca en sí ganaron una Champions [en la Novena estaban Raúl, Figo y Zidane, pero no Ronaldo y Beckham], y la gente les recuerda como una transición muy buena a lo que ha pasado ahora, con cinco Champions en nueve años.

Su gran noche europea fue aquella temporada en Oporto, que era el vigente campeón que marca usted los dos goles.

En esa Copa de Europa fui el máximo goleador del Madrid y marqué en todas las eliminatorias salvo en la del PSV. Marqué al Nápoles, al Oporto y al Bayern.

“Yo era un tío que marcaba todos los años 14 o 16 goles sin tirar penaltis. ¡Qué centrocampista!”

Míchel, sobre su carrera.

Usted con el Madrid marcó 130 goles en 561 partidos. Que es casi un gol cada cuatro partidos. Muchos goles para un centrocampista...

Yo era un tío que marcaba todos los años 14 o 16 goles sin tirar penaltis. ¡Qué centrocampista!

Ganaron cinco Ligas seguidas y luego llegaron las dos que se escaparon en Tenerife.

Con este sistema de competición europea no las habríamos perdido. Había tal tensión alrededor del equipo en el último partido que no era fácil de gestionar después de 80 partidos.

Los partidos europeos a las nueve de la noche eran un agotamiento. Aguantar a Camacho y sus secuaces en el hotel...

Míchel, sobre el ambiente en las concentraciones.

En aquella época era habitual jugar a las cinco de la tarde.

A mí me gustaba. Además, los partidos europeos a las nueve de la noche eran un agotamiento. Aguantar a Camacho y sus secuaces en el hotel... Llegabas desintegrado. Muchas veces nos reímos con eso. Si jugábamos por la noche a las ocho de la mañana te estaban aporreando la puerta: “¡¿Qué hacéis dormidos?!”. Era una relación diferente, porque éramos todos amigos, muchos de la cantera... Yo tenía una foto en la que el equipo campeón tenía 21 jugadores. Había dos extranjeros y 14 de la cantera, de los cuales 12 éramos de Madrid.

Con los sistemas de estadísticas que hay ahora, ¿cuántas asistencias desde la derecha le habrían contado?

Hace dos años salió una estadística que recuperó LaLiga y que me igualaba a Messi en asistencias. El año que nosotros hicimos récord con 107 goles [en la 1989-90, estuvo vigente hasta que lo batió el propio Madrid con 121 dianas en la 2011-12] yo aparecí en el 43% de las acciones de gol. Está muy bien (risas). Pero tuve la suerte de jugar con unos tíos que la metían.

“Mi último partido en el Bernabéu es el día más importante de mi carrera futbolística. Es el único día que no puedo verlo, por la emoción”

Míchel se despidió del Bernabéu poniéndose de rodillas.

Con el Bernabéu tuvo una relación de amor-odio...

Yo me he sentido y me siento muy querido por el madridismo. Estoy entre los que más partidos han jugado [es el 11º]. Es algo que está ahí, mis nietos lo ven. La afición del Madrid es muy exigente, pero por ahí hemos pasado muchos. Ahora es raro que no silben a nadie, cosa de la que me alegro. Y yo era un tío factible para silbar, tengo una personalidad más rebelde... Yo cometí un error yéndome del campo [en el Madrid-Espanyol de la Liga 88-89], pero la mayoría silenciosa se puso activista a mi favor y el último día fue el ejemplo. Mi último partido en el Bernabéu es el día más importante de mi carrera futbolística. Es más, es el único día que no puedo verlo, por la emoción. Todavía hay gente que me dice: “Ese día yo lloré contigo”. Dicen que cuando vas a morir tu vida pasa por delante. Eso pasó en esos 40 metros que tuve que recorrer cuando me sustituyó Arsenio. Mucha gente me pregunta si tenía previsto ponerme de rodillas. No. Esa imagen no se me borra. De hecho, la tengo hecha como sticker de WhatsApp.

Míchel posa para AS.
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Míchel posa para AS en la tienda Pugil Store, donde se realizó esta entrevista.JAVIER GANDUL

La Quinta del Buitre fue muy grande para aquella generación de madridistas.

Y fue una generación muy normalizada con todo lo que estaba pasando en el país, una época de un cambio absoluto. En lo social, cultural, deportivo... No éramos futbolistas al uso porque éramos gente normal. Ahora es muy difícil encontrarte a un futbolista en algún sitio. Ni en los aviones.

Ustedes eran gente normal. No estaban en una burbuja.

De hecho, en mi 60º cumpleaños había como 60 o 70 personas y había excompañeros míos futbolistas, pero había gente diversa. Es un poco la historia de nuestra vida, de lo que supuso pasar de la cantera del Madrid al primer equipo. Me gustaría que hubiese mucho más jugadores de la cantera porque le dan un plus al equipo. Pero eso es una opinión antigua y nostálgica.

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