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SEVILLA

Los soldados de Nervión

Quique se ciñe a la humildad y al esfuerzo colectivo, a la camaradería, para compactar al Sevilla. El trabajo defensivo conllevará un impulso al ataque: “Me irrita jugar al pie”.

Actualizado a
Marcos Acuña y Unai Gómez, en el Rayo-Sevilla.
JUANJO MARTINEFE

Todos a una remando en la misma dirección. No cabe otra para salir del pozo donde se encuentra el Sevilla después de una temporada calamitosa con el ojo puesto en la zona baja de la tabla. La sombra alargada del descenso planea sobre el club. Ya ha llovido desde que el equipo bajó a Segunda hace 24 años y en Nervión hay un tembleque lógico después de vivir más de 15 temporadas de vino y rosas con siete Europa League en sus vitrinas.

Aun habiendo ganado en Vallecas el lunes, Quique sabe que la papeleta es dura para una entidad habituada a pelear por grandes gestas y quiere convertir a su plantilla en una tropa repleta de soldados en los que prime la camaradería, el esfuerzo colectivo, el sacrificio, las ayudas… Un equipo en mayúsculas, en definitiva. Quiere guerreros que vayan a las batallas y no pisaverdes que se paseen por el terreno de juego con hechuras de estrella. Los galones hay que ganárselos en el campo a base de sangre, sudor y lágrimas.

“Vamos a incidir en la línea de que los chicos mantengan la humildad. Ellos ahora entienden el premio del esfuerzo colectivo, ayudándose unos a otros. En Vallecas me gustaron varios gestos, no sólo las cuatro cabalgadas, pero me fijo en el choque de manos entre Badé y Marcao, el abrazo entre Sow y Óliver tras recuperar un balón... Esa sensación que tienen de que tras esforzarse tienen recompensa es fantástica, por ahí viene la recuperación. La calidad la tienen, tarde o temprano recuperarán energía y confianza”, afirmó tajante Quique este viernes a 48 horas del choque en Nervión contra el Atlético (domingo, 18.30), insuflando energías a sus chicos, deprimidos durante todo el curso a causa de los pésimos resultados.

Así se entiende que jugadores con un nivel de exigencia muy inferior al que demanda el entrenador no tengan espacio en las trincheras sevillistas, como son los casos de Rafa Mir, Januzaj y Hannibal, uno de los últimos en llegar y que frente a los colchoneros cuenta con la oportunidad de ser titular… si se lo ha ganado en los entrenamientos como ocurrió con el canterano Isaac Romero, punta de lanza del ataque junto a Youssef En-Nesyri.

Desde la lucha coral vendrán las victorias, de eso no tiene duda el técnico madrileño. Y la labor defensiva impulsará la ofensiva, aunque su plan desde luego no va por los pases inanes que a nada conducen: “Jugar al pie me irrita”, asegura. “Si quieres atacar bien, tienes que anticiparte, buscar la espalda, saber dónde saltan los jugadores. En defensa igual, tienes que moverte bien, cerrar pases interiores... o tienes energía o no va”, zanja el madrileño, obsesionado con juntar las líneas y compactar a un equipo al que le han caído un saco de goles (37, el cuarto peor de la tabla) en lo que va de campaña.

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