Lo distinto de Fermín

“Cada uno, su calidad”, decía Johan Cruyff en una de esas frases sencillas pero que envolvían tanto en el holandés. El talento distinto de Fermín López (11-5-2003, El Campillo), su capacidad para llegar al gol, saltó a la vista de todos a el pasado mes de julio en la gira por Estados Unidos. En Arlington, un misil del andaluz sorprendió a Courtois en el Clásico de pretemporada y Xavi dejó caer que intuía algo especial en ese jugador. “Lo que veo me gusta y si se lo cree, puede llegar. Está en él”, avisó. De momento, anunció que se quedaba en la primera plantilla y avisó al club de que cerrase rápido su renovación con la empresa que lleva sus asuntos, Stellar. A final de agosto, amplió su contrato hasta 2027 con una cláusula de rescisión de 400 millones de euros.

Después de un periodo valle de la temporada en la que no había tenido demasiados minutos porque Xavi había preferido a los centrocampistas con más galones, el brillo de Fermín vuelve a deslumbrar. Con su gol en el Metropolitano, se convirtió en el centrocampista más goleador del Barça. Lleva seis (tres en Liga, dos en Champions y una en Copa), por delante de Gündogan (5), De Jong (2), Pedri (2) o el lesionado de larga duración Gavi (2). Las lesiones en el centro del campo le han devuelto protagonismo y él le ha respondido al entrenador. En Madrid, iba a ser suplente, pero los problemas físicos de Christensen le dieron la camiseta de titular y le permitieron jugar un papel clave en el partido. Su inteligencia en los desmarques de ruptura rompió al Atlético. Otra vez, como ante el Nápoles, se entendió bien con Cubarsí, que habla su mismo idioma y lee sus movimientos. Así estuvo a punto de hacer el 0-1, pero se encontró con Oblak. En la segunda parte, selló el partido con el 0-3 después del pase de Lewandowski.

Puede que el fútbol de Fermín no tiene la jerarquía de Gündogan o De Jong. Es posible que tampoco la magia de Pedri para manejar el tiempo del partido, ni el liderazgo de Gavi. Pero juega con energía y ataca los espacios mejor que cualquiera de estos. Le da pimienta al juego del Barça. Y añade el gol, que es lo que más vale en el fútbol. Se ha abierto un hueco en la primera plantilla por méritos propios en silencio y sin tener el fulgor mediático de otros jugadores. Puede que ese anonimato le permita generar menos atención en el rival. Él aprovecha esa discreción para hacer daño y firmar goles. “Cada uno, su calidad”. Y la de Fermín no es una cualquiera: el gol.

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