NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CELTA

Las recetas mágicas del ‘Doctor’ Carvalhal

El portugués ha curado los males del Celta de Coudet. Se hizo cargo de un equipo que luchaba por salvarse y lo ha metido de lleno en la carrera por Europa.

Actualizado a
El entrenador portugués Carlos Carvalhal, sentado en el banquillo del RCDE Stadium.
Alex CaparrosGetty

Paulo Futre, con quien en su etapa de futbolista compartió habitación en las categorías inferiores de la selección de Portugal, le puso el apodo de ‘Doctor’ y Carlos Carvalhal está ejerciendo como tal en Vigo. El técnico portugués tomó las riendas a principios de noviembre de un equipo enfermo futbolísticamente. Víctima de una serie de males a los que no daba encontrado solución, el Celta de Eduardo Coudet había caído a la zona baja de la tabla, con un punto de margen sobre los puestos de descenso. Catorce partidos después, y prácticamente con la misma plantilla, los célticos se encuentran a dos puntos del séptimo clasificado y sueñan con Europa. Una transformación que en buena medida se explica por seis recetas mágicas aplicadas desde el banquillo.

Solidez defensiva: La Chachoneta recibía una media de dos goles por partido y con Carvalhal el Celta está encajando menos de uno (0,91) por encuentro. Cortar la hemorragia defensiva fue el primer objetivo del portugués y para ello aplicó una receta táctica nada más tomar las riendas del banquillo olívico. Del inamovible 4-4-2 de Coudet los celestes pasaron a emplear un dibujo 5-3-2. Con el cambio de sistema logró el objetivo de ser menos vulnerable, pero su equipo no acababa de despegar y por ello a finales de enero el técnico portugués recuperó el 4-4-2, con matices diferentes al empleado por el Chacho. La solidez alcanzada se resume en un dato: los 430 minutos que Iván Villar ha estado sin recoger el balón dentro de su portería, una racha de imbatibilidad que se rompió en el tramo final del pasado sábado contra el Espanyol.

Equipo camaleónico: El Celta de Coudet sólo tenía una forma de jugar, presionaba alto para asfixiar al rival y en ataque acumulaba centrocampistas por dentro para que los laterales se incorporaran como si fuesen extremos. Esa idea funcionó a la perfección la primera temporada y bastante bien el segundo año. Sin embargo, esta campaña ya no sorprendía a casi nadie y no había plan B. Todo lo contrario sucede con Carvalhal. El preparador de Braga diseña estrategias a la carta, recetas diferentes para cada partido con las que busca contrarrestar los puntos fuertes de los rivales y explotar los rivales, una forma de entender el juego que repite hasta la saciedad en sus comparecencias ante la prensa. Los célticos son ahora un conjunto camaleónico, que incluso dentro del mismo encuentro altera varias veces su identidad.

Gestión de la plantilla: Todos los jugadores con ficha de la primera plantilla cuentan para Carvalhal en mayor o menor medida. El portugués intenta que esté enchufado el 100% del vestuario y tiene gestos con los menos utilizados, como Gonçalo Paciencia y Williot Swedberg, dándoles minutos en el tramo final de algunos encuentros y alabándolos en la sala de prensa. Incluso a un jugador como Augusto Solari, protegido de Coudet y que no va a continuar en Vigo después de junio, no duda en meterlo cuando el partido lo requiere. Esta gestión no tiene nada que ver con la del Chacho. El argentino tenía un once inamovible y sus cambios eran más que predecibles. Por ejemplo, Swedberg ni llegó a debutar en un partido oficial con el técnico bonaerense.

Luca de la Torre: El norteamericano ha sido el gran descubrimiento de Carvalhal. Fichado este verano por Luís Campos, el internacional estadounidense jugó 50 minutos con Coudet antes del parón por el Mundial. Ahora, el ex del Heracles neerlandés es un fijo en las alineaciones después de que el cuerpo técnico le encontrara su posición en el campo. Como interior izquierdo aporta equilibrio, con y sin balón, y se está complementando a la perfección con Javi Galán, un lateral muy ofensivo.

Carles Pérez: El rol de revulsivo desde el banquillo que tenía con Coudet lo mantuvo con Carvalhal cuando se reanudó la Liga tras Qatar 2022. El preparador portugués no le abrió las puertas del once hasta que no confió en el trabajo defensivo del extremo, faceta en la que le continúa insistiendo. Desde que el jugador cedido por la Roma se ganó el puesto, lo que provocó el cambio de dibujo táctico, su rendimiento no ha parado de ir a más y el pasado sábado fue el MVP ante el Espanyol. Su velocidad y desequilibrio multiplican el peligro del Celta en las transiciones.

Discurso moderado: El apodo de ‘Doctor’ encaja a la perfección a la hora de calificar el comportamiento de Carvalhal ante los micrófonos. Se limita a analizar los partidos desde un punto de vista futbolístico, explicando las estrategias empleadas, y elude toda cuestión que no esté relacionada con la parte técnica. Un discurso moderado y siempre en clave de club. En este apartado tampoco tiene nada que ver con Coudet. El argentino no escondía en la sala de prensa su malestar con algunas decisiones adoptadas desde A Sede (en especial desde la llegada de Luís Campos), no dudaba en poner en entredicho el nivel de la plantilla y, de vez en cuando, se metía en charcos como intentar reconciliar al presidente Carlos Mouriño con el alcalde Abel Caballero.