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LAS PALMAS

Las pintaderas volvieron a incendiar Mestalla

Las Palmas ganó otra con su camiseta icónica para provocar el caos en Valencia. Fue la famosa “derrota útil” que popularizó Jorge Valdano.

Las Palmas
Las pintaderas volvieron a incendiar Mestalla

Para la presente temporada, en la que celebra sus 75 años de historia, cumplidos el pasado 22 de agosto, Las Palmas se puso de nuevo una de las camisetas más icónicas de su vida, si no la que más, recuperando sus maravillosas pintaderas. Por todo lo que representa, ese precioso símbolo de barro usado por los aborígenes canarios como símbolo de identificación personal y familiar fue acogido con indudable éxito entre la masa social de la entidad grancanaria, así como entre los coleccionistas de distinto pelaje. La Isla entera está salpicada de ella.

Aquellas pintaderas vistieron los hombros de los futbolistas de Las Palmas entre 1994 y 1997, las dos primeras temporadas en lo que era el terrible pozo de la antigua Segunda División B. En el imaginario colectivo grancanario siempre hubo hueco para una prenda que, ni que estuviera destinada a ello, tiene su propio estadio talismán, allí donde nunca ha perdido.

Una vez ascendida a Segunda, bastante mal le iba Las Palmas en aquel invierno de 1997, mendigando como estaba por la permanencia. Tan torcida empezó la temporada que Pacuco Rosales, uno de las personas más importantes de la historia del club, artífice como el que más de aquel irrepetible ascenso de 1996, tuvo que ser destituido en favor de Ángel Cappa, varios años a la vera de Jorge Valdano. Por aquel entonces, el hoy comentarista de Movistar, una de las personalidades más prestigiosas de nuestro fútbol, se sentaba en el banquillo del Valencia. Llegó, entonces, una broma macabra. El destino, haciendo de las suyas, tan punzante siempre, emparejó a Las Palmas y Valencia en los octavos de final de la Copa del Rey.

El puesto de Cappa pendía de un hilo cada vez más fino, así que este enfrentamiento era lo único a lo que parecía poder agarrarse. El morbo como juez. “En los banquillos banquillo estaban Cappa y Valdano. La eliminatoria tenía su morbo y recuerdo que toda la semana se hablaba de ellos dos. Aquí fueron muy superiores. Ese mismo día o el siguiente echan a Ángel Cappa”, recuerda para Diario AS Víctor Afonso, central grancanario, emblema del club en la década de los 90, de aquel 0-2 del 29/01/1997 en el antiguo Estadio Insular que a él le tocó ver desde el banquillo.

Sin tiempo que perder, a los mandos de Las Palmas se puso Paco Castellano, leyenda de leyendas de la entidad, un personaje imperecedero e imprescindible de la época más gloriosa de la UD, aquella que se vivió en blanco y negro, se escuchaba con interferencias y se recuerda a todo color. El primer partido, fuera de casa y ante el Leganés. Después, a Valencia. Casi nada. Sin saberlo nadie, tal vez solo el propio Castellano, la remontada comenzó en Madrid.

“Un miércoles-jueves de aquella semana nos fuimos a Madrid a jugar contra el Leganés. Perdemos 1-0. Nos quedamos allí unos días entrenando y hubo anécdota que me marcó”, recuerda Afonso. El protagonista, claro, era Castellano, que ya hacía de las suyas. Se puso el mono de visionario sin nada que perder: “Al terminar el último entreno en Madrid nos manda a tirar penaltis a 6-7 jugadores, entre ellos yo. A nosotros nos extrañaba, pues pensábamos que era muy complicado eliminar al Valencia con un 0-2 en contra: tenían al Piojo López, Camarasa, Zubizarreta, Mendieta…”. Castellano empezó bien pronto a tocar las teclas adecuadas.

El paso del tiempo no le nubla al ex central grancanario, entrenador entre otros de los respectivos segundos equipos de la propia UD Las Palmas o el Atlético de Madrid, las vivencias de aquellos preciosos días: “Recuerdo perfectamente esa frase que dijo Castellano. No se me irá de la cabeza: “Si ellos ganaron 0-2, nosotros también podemos hacerlo. Por qué no llegar a los penaltis”. Fue justamente lo que pasó”.

“Recuerdo perfectamente la frase de Paco Castellano: “Si ellos ganaron 0-2 nosotros también podemos hacerlo. ¿Por qué no llegar a los penaltis?”

Víctor Afonso

Aquel cinco de febrero Las Palmas golpeó primero y poco a poco fue torturando al Valencia, presa del pánico. Como este pasado lunes. El gol antes del descanso, otra vez, fue decisivo. El equipo de Valdano se confió demasiado: “Recuerdo que por parte de ellos el ambiente era relajado, tranquilo, como que la eliminatoria estaba ganada. Por parte de la afición, también. Entendían que no había mucha leña que tuviera que arder”. Si ardió algo, fue Mestalla. La “sorpresa” que vaticinaba Castellano tomó cuerpo en la primera parte: “Les sorprendemos con el 0-1, gol de Paquito con el pecho tras una jugada por banda de Walter Pico. Se pusieron nerviosos y empezó la gente a chillar. Vieron que no era tan fácil como en principio ellos pensaban. En la primera parte estaban muy nerviosos, y creo que su afición también se puso así”.

Orlando Suárez

Los minutos pasaban, el Valencia no reaccionaba y Las Palmas sacó el mazo otra vez. “Esos nervios nos favorecieron”, recuerda Víctor. “Y con el 0-2, ni te cuento”, añade también antes de recordar los ramalazos de calidad de Orlando Suárez, uno de los atacantes más talentosos que vistieron jamás la camiseta insulare: “El segundo gol apareció con una jugada de Orlando increíble, una mano a mano con Zubizarreta, pero antes se había llevado a Camarasa en un quiebro de cintura de la manera en la que lo hacía Orlando”. Y así, poco a poco, empezó a cumplirse la profecía de Castellano: “Habíamos tenido alguna opción más como con un cabezazo de Simionato. Ellos tuvieron sus ocasiones también. Mestalla empezó a incendiarse, un poco como el domingo con el 1-3. En la prórroga el Valencia era un manojo de nervios y nosotros controlamos bien el partido. Llegamos a los penaltis y se me viene a la cabeza lo que dijo Castellano el día antes”.

“Lampón hizo un grandísimo partido”, recuerda también Víctor del portero de Las Palmas aquel día. Ya en la tanda de penaltis, Afonso pateó el cuarto lanzamiento. Antes fue el turno de Valerón, que ya empezaba a despuntar. Dando, además, consejos de veterano: “En los momentos de dificultad siempre tomaba las decisiones con tranquilidad. Me viene y me dice: “Víctor, amágale que se te va a un lado. Ya verás”. Cogí el balón y las piernas las tenía súper cargadas. Vi la portería muy pequeña y a Zubizarreta muy grande. Hice lo que hacía en los penaltis: un amague. Lo metimos. Si ellos fallaban, ganábamos. Simionato sentenció”.

“Valerón me dijo que le amagara a Zubizarreta, que se iba a un lado. Metí el penalti. Después llegó la sentencia de Simionato”

Víctor Afonso

Aquel partido entregado en los penaltis fue la famosa “derrota útil” a la que hizo alusión Jorge Valdano. “Hay momentos en que una caída te puede dar después un impulso, supongo que se refería a eso”, valora Afonso más de 27 años después. Y eso que las circunstancias de la eliminación fueron extremas: “Perder 0-2 y caer eliminado contra un equipo de Segunda cuando la semana anterior habían sido muy superior a nosotros. Llegas ahí, te ganan 0-2 y pasan en los penaltis…”.

La celebración grancanaria fue, claro, por todo lo alto. “Es que en liga no estábamos bien”, recuerda Víctor Afonso. “Fue una alegría tremenda que nos permitió coger impulso”, evocó uno de los protagonistas de la gesta, que insiste: “Lo celebramos muchísimo y nos soltamos, había mucha tensión. A principios de temporada empezó Pacuco Rosales, luego vino Cappa y después, Castellano. Cuando pasan tres entrenadores es que las cosas no está bien. Empezamos muy mal pero con Castellano enderezamos un poco el rumbo y terminamos decentemente la temporada. Es que fue una alegría tremenda. Eliminar al EuroValencia en las condiciones en las que estábamos nos dio un impulso tremendo en esa temporada”. Ese impulso que, tal vez, llegue ahora, donde tiempos sombríos, pese a la reciente victoria, atenazan a Las Palmas. De aquella celebración, más íntima en Valencia y por todo alto en la Isla, nació aquello que todo aficionado grancanario de la época recuerda, ese grito que aunaba tantas gargantas acompasadas a un mismo tiempo: “Ni Cappa, ni Valdano. ¡Paco Castellano!”.

Como ayer, la alegría de Las Palmas fue la tragedia del Valencia. Lo vivido dentro y fuera de Mestalla no es tan distinto. “Había mucho follón con la gente en la calle, los aficionados estaban descontentos. Algunos quemaron contenedores. Sí es verdad que el contexto es diferente y quizás más grave lo del domingo, pues te quedas último. Fue más doloroso que aquella Copa. Al final, siempre tienes posibilidades otra vez. Tras lo de ayer el Valencia ha tocado fondo ya. Por su presupuesto tiene que estar entre los ocho primeros y sin embargo, va último”.

Las Palmas, hace 48 horas, hirió casi de muerte al Valencia otra vez con su camiseta fetiche. “De las más bonitas que he tenido en mi carrera”, recuerda Afonso. “Se ganó 2-3 con la misma prenda. Recuerdo nuestro partido y parece que no pasado el tiempo”, rememora. Y es que hay recuerdos que, bien vestidos, siempre estarán presentes en ese armario sin fondo de la memoria. En la suya y en la de Santi Lampón, Manuel Pablo, Simionato, Axier, Eleder, Walter Pico, Juan Carlos Valerón, Paquito Ortiz, Rojas, Orlando, Turu Flores, Miguel Ángel Valerón y Toni González, sus compañeros presentes aquel día. Y en la de Paco Castellano, el primer visionario de una gesta con pintaderas que no se olvida.

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