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PREMIOS AS 2022

Koke, capitán legendario

El futbolista del Atlético, premio AS de Deporte 2022 tras convertirse en el jugador que más veces ha vestido la rojiblanca, ya 560.

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Koke, capitán legendario

Koke llegó al borde de las ocho y media de la tarde al Hotel Palace. De la mano, su mujer, Beatriz Espejel. Detrás, a su espalda, ese lugar que conoce tan bien: la fuente de Neptuno bajo una lluvia intensa, Madrid colapsado, el tráfico. Hay quien dirá que es solo piedra pero Koke sabe bien que no. La ha tocado con sus propias manos, la ha sentido latir. La última vez hace no tanto, una noche de mayo de 2021. Era la segunda vez que subía. La primera que lo hacía solo. Porque el chico de Vallecas que ha recibido el Premio AS del Deporte por su trayectoria, por alcanzar a Adelardo en un récord con 47 años de historia, sus 553 partidos con la rojiblanca, se subió la primera vez en 2018 acompañado, con dos hermanos (Gabi y Godín) y el ídolo (Torres) para celebrar la Europa League. Entonces eran casi 400 sus partidos. Hoy ya son 560. Alcanzó ese 553 el 18 de septiembre, en el derbi ante el Madrid. Lo superó el 1 de octubre, en el Pizjuán. El 20 de diciembre recogía de la mano de Leopoldo Satrústegui, director general de Hyundai Motor España, el AS del Deporte que se lo reconocerá siempre.

Debutó en 2009, lo alcanzó en 2022. Son diez sus títulos con la rojiblanca, es legendaria su figura, tan buena gente, siempre ahí para ayudar a los demás, en el campo y fuera. Un pilar, un futbolista de época, un capitán a la altura del escudo que lleva cosido justo al lado del corazón, en el pecho, el del Atlético.

Orgullo y emoción

Se emocionó al recoger el premio y hablar del sufrimiento del deportista de élite. “Todos sufrimos para llegar al éxito”. Sonreía Beatriz, una vida a su lado, bien sabe lo que lleva dentro el Atlético, las noches sin cenar cuando pierde, el dolor cuando las cosas no salen, la alegría de cuando sí. El pequeño Leo, su hijo que hace unos días cumplió tres años, vive rodeado de balones, jugando al fútbol, como hacía su padre en los pasillos de la casa de Sierra Madroña en el barrio de Vallecas en la que creció, en las finales de Mundiales que allí jugaba contra su hermano Borja. Pero Koke solo tenía uno, con el que dormía cada noche, que no sacaba a la calle para que no se ensuciara de barro, de tierra, del verde del parque en el que jugaba con su hermano, al que cuidaba como Gollum al anillo, su tesorooo.

Todos esos recuerdos agolpados en su cabeza cuando se dirigía al escenario a recoger su premio. Un paso, dos, la cabeza bullendo de recuerdos desde ese primer partido en el Camp Nou en el que Abel le dio la alternativa y él comenzó a construir ese récord que le ha hecho eterno. “Estoy muy orgulloso y muy feliz de recibir este premio”, dijo el rojiblanco que ya se entrena desde hace una semana en el Cerro tras el Mundial de Qatar.

Van pasando los días, quedándose atrás. “En la vida todo sigue. Teníamos un gran grupo. Lo habíamos hecho muy bien en la Eurocopa, en la Liga de Naciones... Ahora es un poco rara la vuelta, pero hay que adaptarse. Pasamos del Mundial de Qatar a jugar en dos días contra el Arenteiro, la Copa”. Y aquí se detuvo. “Tenemos ilusión, ganas. Es un torneo muy bonito y la gente se merece que pelemos por ella”, dijo. Y no solo es palabra de capitán. Es promesa de leyenda.