Inyección de autoestima para el necesitado Espanyol
La plantilla se entrenó en Sant Adrià en una jornada de puertas abiertas con unos 800 socios que ovacionaron a los jugadores durante toda la sesión.
La excepcionalidad reinó esta mañana de martes, día de Todos los Santos, en la Ciudad Deportiva de Sant Adrià. Por segunda vez en la temporada (la otra fue una calurosa mañana de agosto) el primer equipo se entrenó a puerta abierta, ante la mirada de unos 800 socios que han podido disfrutar y ver más cerca que nunca a los futbolistas. Especialmente los niños, que han aprovechado el día festivo, sin colegios, para poder vivir una jornada especial que les ayudará a ser incluso aún más pericos. “Le comentaron a mi hijo pequeño que era a puerta abierta y él quería me apretó para venir. Ellos lo disfrutan mucho”, cuenta Miguel Ángel, un socio que no se pierde ningún partido y siempre está siguiendo la actualidad del Espanyol.
Benjamin Lecomte fue el primer en aparecer. El portero francés, en el foco desde el comienzo de curso por sus actuaciones, salió del gimnasio rumbo al campo principal y se topó con los primeros socios, los más madrugadores que hacían cola desde 40 . Y recibió el caluroso aplauso de los aficionados, especialmente de un grupo de niños que se agolpaban en el palco y que le lanzaron una libreta para pedirle un autógrafo. El meta respondió con una sonrisa y con ese autógrafo deseado. Una ovación más unánime, porque sigue siendo el icono de jóvenes y mayores, recibió Tommy N’Kono, de 66 años, entrenador de porteros y leyenda perica.
Se aparcó por dos horas el descontento generalizado por la situación del equipo (decimoquinto con apenas 11 puntos) y por la gestión durante todo el verano, solo hubo aplausos y espanyolismo, quizás la estampa que mejor define a día de hoy al Espanyol: los futbolistas y los aficionados. Hubo niños con la camiseta de Braithwaite, autor del primer tanto del partido de entrenamiento, mientras que los jugadores más aclamados fueron Joselu Mato, Nico Melamed, Vinicius da Souza, Sergi Darder y Keidi Bare. Incluso otros pequeños aún lucen camisetas de ídolos caídos, como RdT, y las de Darder eran las que más se contabilizaron.
La sesión de entrenamiento, que contó con un partido en dimensiones reducidas en la parte final, fue muy intensa y no contó con la presencia de José Carlos Lazo. Tampoco estuvo Luca Kolesho, con problemas en el tobillo, mientras que sí participaron Dani Villahermosa, Abde y Joan Puig, del filial. Los jugadores se despidieron entre aplausos, ovacionados, y correspondieron a los halagos lanzando balones. Luego, algunos de ellos, volvieron a aparecer a escena y jugaron con sus hijos en el propio césped, como también firmaron autógrafos a la salida. Una inyección de autoestima para un Espanyol necesitado.