Humildad pero con ambición: así es el proyecto de Pachuca con el Real Oviedo en Primera
Jesús Martínez, dueño mexicano, ha logrado el ascenso con todos los clubes que ha dirigido: en México ha conquistado varios títulos


Jesús Martínez, un tipo pasional, un ciclón cuando se trata de fútbol, dijo a su llegada a Oviedo que no descansaría hasta devolver al equipo a Primera. “Es el club que más horas de sueño me quita”, repite ahora en cada entrevista un tipo que además de tener el control del conjunto carbayón es dueño de León y Pachuca en México y de Everton en Chile. Por fin podrá descansar, pero no mucho. Los planes del Grupo Pachuca con el Real Oviedo parten de la humildad, paso lógico en un recién ascendido a Primera, pero avanzarán con ambición.
En todos los clubes en los que ha estado ha sucedido lo mismo. Pachuca adquirió la propiedad en Segunda, lo ascendió y ya en Primera han logrado títulos. Pachuca y León en México compiten con los grandes, tanto que han sido recientes ganadores de la Champions de la Concacaf.
El proyecto del Oviedo tendrá ese punto de ambición en Primera. El hecho de pertenecer a un grupo empresarial como Pachuca le da a los azules algunas ventajas a la hora de planificar sus plantillas. Futbolistas como Alemão, Fede Viñas, Colombatto o Seoane han podido colaborar por los lazos que unen a los clubes. También ha habido casos menos brillantes, como los del mexicano Aceves o el ecuatoriano Romario Ibarra. Deberá afinar el olfato Jesús Martínez, un dueño atípico, de los que se involucra de pleno en las decisiones deportivas. Un dirigente de los de antes.
Toca ahora reconstruir el equipo, reforzar la armadura porque el salto de calidad de Primera es pronunciado. Lo saben en el Grupo Pachuca que trabajan a contrarreloj, cosas de los tiempos de las competiciones de Tebas, para armar una plantilla que dé un paso más. Será un año complicado, solo hay que ver los últimos ejemplos de conjuntos que ascienden: todos sufren una barbaridad.
Con Paunovic a los mandos
El primer paso será la renovación de Veljko Paunovic. El técnico ha logrado unos números milagrosos desde su llegada a Oviedo. Quedaban 10 jornadas para el final y los azules eran sextos, cerca de caer fuera del playoff. Pauno encadenó 7 victorias y 3 empates, y el equipo rozó el ascenso directo. En la promoción los azules siguieron la tendencia, con sufrimiento, con dosis de suerte también. Pero triunfando, que era lo importante.
Paunovic aterrizó en Oviedo a finales de marzo, en una decisión de consenso entre los rectores en Asturias y Jesús Martínez. Gustaba su propuesta, pero también el carácter que imprime a sus equipos. Lo dejó claro desde el primer día, con el mensaje de que había que luchar el ascenso directo. Y asumió el reto sin condiciones: solo hasta el 30 de junio. Eso es algo que terminó de convencer de su idoneidad, ya que otros entrenadores pedían otro año extra.
El club negocia desde hace semanas con su agente, Jorge Mendes, porque quería a Paunovic en el proyecto pasara lo que pasara. Pero el técnico ha preferido esperar a la conclusión del campeonato. Ahora, con el ansiado ascenso, los caminos parecen condenados a coincidir. El primer paso del Oviedo de Primera será el de renovar a Paunovic, el técnico milagro.
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