Flick: no a priorizar la Champions y Copa
El Barça ha pasado de los 33 puntos de 36 posibles de las doce primeras jornadas a los seis de 24 en los ocho siguientes, la peor racha en los últimos 50 años. El campeonato se ve lejísimos en Barcelona y algunas voces apuestan por apostar por los torneos coperos. El alemán se niega.
El Barça ha pasado de la ilusión desbordante de agosto, septiembre y octubre, cuando sumó 33 puntos de 36 posibles en la Liga, una de sus mejores rachas de siempre, a la frustración más absoluta de noviembre, diciembre y enero. Desde que perdió en el Reale Arena, apenas ha añadido seis puntos de 24 posibles. La peor racha desde la temporada 1974-75. Unos números que le han llevado de salir del Clásico con seis puntos de ventaja sobre el Madrid y la sensación de haberle dado el primer mordisco a la Liga; a estar a siete puntos del actual campeón, una ventaja sólida que deberá enjugar, si quiere ser campeón, en apenas 18 jornadas.
Sea por rotaciones masivas (Osasuna), descuidos en los últimos minutos (Betis y Celta), falta de actitud en los inicios (Leganés, Las Palmas) o falta de acierto (Atlético de Madird y Getafe), el Barça se ha ido dejando la Liga a jirones en los últimos ocho partidos. En la Ciudad Condal, de hecho, empieza a instalarse el debate de si este Barça de Flick, campeón ya de la Supercopa, es un equipo hecho para eliminatorias y partidos grandes: ha ganado los dos Clásicos, a Bayern y Borussia Dortmund en la Champions; y tiene una trayectoria casi inmaculada en Europa, donde lo ha ganado salvo el partido de Mónaco, en el que jugó 80 minutos con diez jugadores. La falta de regularidad se achaca a la juventud de un equipo que no está siendo capaz de manejarse bien cuando hay tres partidos por semana; y que después de exhibirse en Yeda contra el Madrid y en Montjuïc ante el Betis, pinchó en el Coliseum. Sin embargo, la plantilla no sólo es insultante juventud. Futbolistas como Koundé, Araújo, Pedri, Eric, De Jong, Olmo, Ferran, por lo no hablar de Iñigo, Raphinha y Lewandowski, tienen suficiente madurez como para ver en la inexperiencia la causa de este socavón del Barça en la Liga.
Flick, sin embargo, anunció guerra hasta el final en la sala de prensa del Coliseum. Como todo el equipo, terminó pasado de vueltas. Balde, víctima de insultos racistas que él mismo denunció, acabó discutiendo con el banquillo del Getafe. Raphinha, que había sido expulsado hace un año, también vio la amarilla. Gai tuvo discusiones con medio equipo de los azulones… En definitiva, el Barça salió con dos puntos menos y se ve a mitad de enero a siete puntos del Madrid sin que sus sensaciones, paradójicamente, sean negativas. Para el Barça, el único motivo para el optimismo tendría que ver con el calendario. De las 18 jornadas que le restan por jugar, once son en casa: Valencia, Alavés, Rayo Vallecano, Real Sociedad, Osasuna, Girona, Betis, Celta, Mallorca, Real Madrid y Villarreal. A cambio, tiene siete visitas: Sevilla, Las Palmas, Atlético, Leganés, Valladolid, Espanyol y Athletic.
Lo que más dolió en el vestuario del Barça es que existía la conjura de volver a la lucha por la Liga después del buen inicio de temporada. Además, y como admitieron Koundé, Pedri o el mismo Flick después del partido, sabían qué se iban a encontrar en Getafe y no supieron gestionar de manera correcta el partido, más después de un 0-1 que encontraron decepcionante y que les aleja peligrosamente de la lucha por la Liga.
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