Eskurza: “Nuestro Valencia fue la base del que luego ganó títulos”

Xabier Eskurza (1970, Valle de Trápaga, Vizcaya) es un exfutbolista del Athletic y del Valencia que entre ambos equipos fue reclutado por Johan Cruyff para rejuvenecer el Dream Team. El excanterano el Athletic hoy es asesor deportivo y analiza con AS el partido de mañana entre sus dos exequipos.

-¿A qué se dedica Eskurza en la actualidad?

-Tengo una asesoría para deportistas hace tres años. Cuando dejé el fútbol acabé mis estudios de empresariales y luego hice un máster de gestión patrimonial. Y desde entonces dedicándome un poco a esto.

-Se retiró muy pronto del fútbol...

-Sí, con 30 años. Tenía artrosis en las dos caderas. Llevaba como dos temporadas con muchos dolores y fue muy difícil acabar. Me dijeron que no había solución y tomé la decisión de retirarme porque no podía continuar a nivel profesional.

-¿Y cómo está ahora de eso?

-En el fútbol es bastante común acabar así de caderas, rodillas, tobillos... Yo bien, me operé hace 15 años, me puse dos prótesis y volví a recuperar una vida normal.

-Usted fue canterano del Athletic, en la época que ganó su última Liga, en 1984.

-Yo tenía 12 años en la primera, entonces no había ni tele. Lo escuchabas por la radio. Luego la segunda sí que la viví, en San Mamés, el último partido contra la Real Sociedad. Yo debuté cinco años después, en San Mamés, en 1989, con muchos de los que eran mis ídolos: Argote, Gallego, Urtubi, Patxi Salinas... Fue un sueño hecho realidad, muy bonito.

-¿Cree que el Athletic, o el propio Valencia, pueden ganar una Liga en los tiempos actuales?

-Es muy difícil. El Athletic acaba de ganar una Copa, también ganó el Valencia en 2019. La Liga o la Champions es mucho más difícil. Son muchos partidos, con grandes plantillas y muy largas. Nunca puedes decir que es imposible pero siendo realistas, saliéndose del Barcelona y el Madrid, es complicadísimo. Incluso para el Atlético, que es el tercero en discordia, también es muy difícil.

-Empezó muy pronto a destacar en el Athletic y en las selecciones inferiores de España. Tendría que haber estado en Barcelona 92, por generación. ¿Qué pasó?

-Yo estaba estudiando ingeniería técnica y tenía el servicio militar por hacer. Estaba con prórrogas. Yo era de esa quinta que ganó el oro. Estaba yendo a la Selección desde la sub-19. Cuando llegó la citación, el Athletic me dijo de hacer la ‘mili’ y yo les dije que no. Al final me convencieron diciéndome que al ser olímpico me iba a librar. Pero eso al final no ocurrió y me perdí los Juegos. Luego esa pretemporada me rompí el tobillo y estuve siete meses de baja. El 92 fue para olvidar.

-¿Cómo fue su salida al Barça?

-Fue muy complicado. Hoy en día también es difícil salir del Athletic aunque hay casos de jugadores que están volviendo. Me alegra mucho ver ese cambio en el Athletic y también que una vez salen se les abre la puerta para volver. Mi salida fue bastante traumática. Yo lo que quería era renovar y seguir en el Athletic. Pero como pasa en todas las negociaciones... yo llevaba en Lezama desde los 10 años, cinco años en el primer equipo. Pero en aquella época los clubes tenían un derecho de retención por el que podían retenernos hasta los 25 años. Yo acaba contrato con 24 pero el club entendió que no estaba libre y que tenía que aceptar su propuesta. A los jugadores de casa les ofrecían un contrato muy por debajo de lo que cobraban los de fuera y ya llevaba mucho tiempo así. No llegamos a ningún acuerdo y decido marcharme. Tenía muchas ofertas y la que me atraía más era la del Barcelona porque había ganado la Copa de Europa... Con tristeza por salir de mi club y con ilusión por ir a un grande.

Pero solo estuvo una temporada en el Barça...

La verdad es que aunque solo estuve un año me marcó mucho. Me siento muy identificado con la ciudad.

¿Se parece en algo su caso al de Nico?

-No, son incomparables. Eran otras épocas, otros contratos... Nosotros no éramos libres. Los clubes tenían una capacidad de influir en las decisiones de los jugadores que hoy no la tienen.

-¿Es cierto que llegó a fichar por el Barça con el chándal del Athletic?

-Sí. Yo fui a la concentración del Barça con el chándal del Athletic y Goiko fue a la del Athletic, con el del Barça porque ambos estábamos concentrados en Holanda y nos intercambiaron. No fue un año bueno. En el primer partido, en El Molinón, me rompo el aductor, me tienen que operar y estuve cuatro meses de baja. Yo estaba muy bien pero surgió la llamada de Luis Aragonés para ir al Valencia.

-¿Cómo fue aquello?

-Estoy muy orgulloso de haber formado parte de ese club. La apuesta de ir a triunfar en el Barcelona había sido importante pero el hecho de que viniese el Valencia y tener esa insistencia que tuvo Luis Aragonés hizo que me diese por cambiar de aires.

-¿Cómo le convenció Luis?

-Me dijo que tenía que ir al Valencia, que él me conocía perfectamente y que con él iba a jugar y a hacer un gran equipo. Fue muy insistente, me sentí muy valorado y así me lo hizo sentir. Y aunque Johan tampoco me dijo que no contaba conmigo, la insistencia de Luis hizo que me decidiera. Yo no tenía miedo de aceptar un reto y no me amarraba a un contrato.

-Y estuvieron a un paso de ganar la Liga...

-Fue una pena. Si hubiese durado un partido más habríamos ganado la Liga del 96. Porque nosotros íbamos de menos a más y el Atlético al revés. Ganó la Liga merecidamente pero estuvimos a punto. Hicimos un gran grupo, con Zubi, Ferreira, Mendieta, Piojo López, José Ignacio... Con algunos aún tengo relación.

-Ustedes pusieron la primera piedra del que más tarde fue el Valencia campeón...

-Sí, porque ya subían de abajo Albelda, Angulo, Farinós… Había un equipo que había hecho una base, jugadores jóvenes, fichajes que complementaban... Fue la base de ese otro Valencia que fue campeón y consiguió llevar títulos la ciudad.

-¿Y cómo ve la situación del Valencia actual?

-Se ve que hay un problema institucional. La propiedad y la afición se ve que no van en la misma dirección. En Valencia a veces hay mucho ruido y no hay la tranquilidad que a veces necesita la plantilla. Yo recuerdo cuando llegué al Naranja, nada más fichar, hubo una pitada tremenda al presidente (Paco Roig). Fue terrible. Yo dije: ‘¿Dónde he llegado?’. Parecía que íbamos a bajar a Segunda y ese año casi ganamos la Liga. Esa disonancia entre la plantilla, la afición, la propiedad, la prensa... El secreto de conseguir éxitos es cuando todos van a una. Creo que el Valencia es uno de los grandes que debería estar en Champions y estar arriba en Liga. Pero siempre falta esa tranquilidad que requiere estar arriba.

-¿Cómo ve el partido de mañana?

-No ha sido la mejor semana para el Athletic ni para el Valencia. El resultado ante el Barça fue muy abultado y no hay que sacar más conclusiones. Yo veo a los dos equipos muy igualados, cada uno con sus diferencias. El Athletic llega con mucha carga y con lesiones y el Valencia en esa línea de intentar engancharse, mantener el bloque con los jóvenes que van saliendo y tratar de consolidarse. Va a ser un partido bonito y emocionante.

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