El Leganés no se ve en el espejo
El Leganés calca los números de la primera vuelta. Suma en la segunda los mismos cinco puntos que tenía tras la disputa de los primeros cinco partidos, pero en Butarque la sensación de incertidumbre es mayor.
El Leganés suma en la segunda vuelta del campeonato un total de cinco puntos en las cinco jornadas que se han disputado en esta mitad del curso. A saber: triunfo frente al Atlético de Madrid, empate contra el Athletic de Bilbao y empate frente al Alavés. Estos tres resultados son la fuente del casillero blanquiazul, el mismo en el que no pudieron sumar ni ante Rayo Vallecano, ni ante Valencia. Haciéndole una doblez al calendario, son también los mismos cinco puntos con los que comenzó el curso, cuando el Leganés empató ante Osasuna, ganó a Las Palmas y volvió a empatar en Valladolid en las tres primeras jornadas. Las dos siguientes (también la tercera) acabaron con derrota blanquiazul.
Aun así, pese a que ambos inicios de ambas vueltas son idénticos (al menos en cuanto a puntos, porque no se repiten los mismos resultados contra los mismos rivales), las sensaciones que transmite el Leganés son diferentes. Ahora el pesimismo parece haberse extendido sobre mancha de aceite en el seno del equipo, con varios motivos para explicar el pálpito. Un pálpito que tiene que ver, primero, con la forma cómo la mala suerte ha golpeado al equipo en dos ocasiones ya este curso: arrancó con la lesión de Franquesa (adiós a la temporada) y después, con la lesión de Barisic, su reemplazo en el mercado invernal (también adiós a toda la temporada).
Un suflé desinflado
Semejante situación anímica también se mezcla con las perspectivas que tenía el equipo en el comienzo del curso y ahora. En el arranque, la ilusión de ser un recién retornado a la categoría suplía cualquier amago de crítica, toda vez que cualquier resultado positivo que se sacara era oro puro. Ocurre que, con el devenir de las jornadas, el Leganés ha vivido una reconversión con tintes positivos desde que ganó al FC Barcelona en Montjüic (0-1), aquel resultado, junto con el buen comienzo de 2025 (ahí se incluye el triunfo frente al Atlético) imbuyeron al club y su entorno de la percepción de ser modesto con aspiraciones mayores. Un ‘Matagigantes’ con mimbres para ir más allá.
Sin embargo, una bofetada de realidad ha sacudido esas esperanzas, con tres derrotas seguidas y un empate a tres in extremis desde que los blanquiazules pusieran broche a su buena racha en San Mamés (0-0). Desde aquel partido, el suflé se ha bajado con datos negativos (se han encajado nueve goles en cuatro partidos), rendimientos intermitentes de algunas piezas clave y algo de cansancio, como se vio en Mestalla, donde el equipo pagó la ausencia de rotaciones frente al Real Madrid.
Más puntos y mejores resultados directos
A ello hay que unir la certeza compartida de que el Leganés, en esta segunda mitad del campeonato, deberá hacer más puntos que en la primera. Entonces sumó 19 y se quedó a tres del descenso. Ahora, con lo equipos de la zona baja apretando y arañando puntos a los de la cabeza (eso también incluye al Leganés) existe el pálpito de que 38 puntos no serán bastantes para lograr la permanencia.
Habría que lograr mínimo 40 para evitar un descenso que el Leganés no ha pisado aún (casi lo hace ante el Alavés) y que ocupan equipos ante los que el Lega ya ha perdido frente a una primera vuelta sin derrotas ante rivales directos. La derrota frente al Valencia o contra el Rayo (aunque la Franja se haya metido en zona europea) son ya tropiezos frente a rivales llamados a ser la misma zona que este Leganés que no se reconoce en le espejo.
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