El invento del ‘9′ de Ancelotti
Bellingham ha caído de pie en el Madrid: ante el Getafe marcó su quinto gol en cuatro partidos. Medalla para Ancelotti que cambió su sistema por el inglés.
Jude Bellingham llegó a Valdebebas el 10 de julio, con un calor que hubiese derretido a Cunningham, Owen, Woodgate, McManaman o Beckham, los ingleses que le han precedido en el Madrid. Pero este chico es especial y se puso a las órdenes de Ancelotti con hambre por aprender, mejorar aspectos técnicos y tácticos, y dispuesto a demostrarle al italiano que podía ser útil en cualquier posición que diseñase para él. Carletto se quedó prendado de su fútbol tridimensional al tercer entrenamiento. Ya le tenía ganado de su etapa en el Borussia, donde le hechizó su personalidad y desparpajo. Le telefoneó varias veces a Dortmund para que eligiese al Madrid ante que al City de Guardiola o el Liverpool de Klopp, que le pagaban el doble de le ofrecían desde la planta noble del Bernabéu.
Aunque muchos veían en Bellingham un centrocampista cualificado que podría ayudar a Camavinga y Valverde a formar una sala de máquinas poderosa y muy box to box, Carletto entendió que ante la marcha de Benzema y la no llegada de Kane tenía que buscar un encaje con la pizarra que compensase en buena parte los 40 goles perdidos de Karim en el emergente fútbol árabe. Por eso modificó su habitual 4-3-3 para reconvertirlo en un 4-3-1-2. Ese 1 es para Jude, que debía jugar como escolta de Rodrygo y Vinicius en la mediapunta. Le convenció para que adelantase su posición unos metros y para que perfeccionase sus segundas jugadas llegando de segunda línea, justo lo que hizo ante el Getafe con el gol que valió tres puntos de oro.
Ancelotti vio en la envergadura de Bellingham (1,86 metros), su físico todoterreno y su juventud (cuando llegó tenía 19 años) un jugador total que podría lograr un híbrido entre Zidane y el propio Karim, forzándole a pisar más el área y convenciéndole de que en su cabeza y sus botas mágicas puede tener 15 o 20 goles perfectamente. Así fue y está cumpliendo con creces, hasta el extremo de ser el actual Pichichi de la Liga con cuatro jornadas disputadas y cinco goles en su mochila. El Bernabéu y el propio vestuario se han rendido al carisma del chaval y Ancelotti ha encontrado una fórmula para paliar la ausencia de Vini por lesión y la falta de un 9 puro en la plantilla más allá de Joselu. Con Bellingham encontró Ancelotti una solución táctica que ha permitido al 5 crecer en su fútbol, como él mismo ha reconocido. Esta hay que apuntársela a Carletto. El genio de Reggiolo sigue sorprendiéndonos con sus innovaciones y su afán por sacar brillo a una plantilla que no ha necesitado tirar de talonario para optar a todo. Bueno, con la excepción de Bellingham. Pero es que sus 103 millones van a quedar al final en una anécdota. Su techo no lo conoce ni él…